El papa Francisco, mensajero de paz para las guerras de África

La seguridad francesa advierte del peligro del viaje a República Centroafricana

Elaboración de los ropajes litúrgicos del Papa en Kenia

Elaboración de los ropajes litúrgicos del Papa en Kenia

JOSÉ CARLOS RODRÍGUEZ SOTO (BANGUI) | Durante una cumbre de seguridad celebrada en Dakar (Senegal) la semana pasada, varios medios franceses publicaron que los servicios de seguridad galos han desaconsejado que Francisco visite la República Centroafricana los días 29 y 30 de noviembre citando motivos graves de seguridad. Poco tardaron en reaccionar tanto la presidenta del país, Catherine Samba Panza, como el arzobispo de Bangui, Dieudonné Nzapalainga, y el portavoz vaticano, Federico Lombardi, quienes el 12 de noviembre aseguraron en varios comunicados que la visita papal de 33 horas a Bangui se mantenía contra viento y marea.

El propio Francisco tiene motivos para no querer modificar su programa: fuentes vaticanas aseguraron a Vida Nueva que la elección de Centroáfrica como el primer país africano que pisará el Papa partió de él mismo. A Bergoglio le conmovió recibir noticias de un país donde cristianos y musulmanes se mataban a diario y que, a pesar de varias misiones internacionales de paz, se sumía en el pozo de una violencia sin fin.

Tampoco le dejó indiferente saber que numerosos sacerdotes y religiosos arriesgaban su vida a diario por defender a todos: cristianos y musulmanes. Al principio, se pensó en una visita de un día, pero el Papa dejó muy claras varias cosas: quería pasar al menos una noche en la capital, visitar un campo de desplazados e ir a la mezquita central como signo de acercamiento a la comunidad musulmana. Su última iniciativa no tiene precedentes: anticipar en varios días la apertura del Año de la Misericordia en la catedral de Bangui, es decir, proclamar la reconciliación en un lugar donde cada día las comunidades se desgarran un poco más y aumentan los desplazados.

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En el nº 2.965 de Vida Nueva

 

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