El nuevo Vatileaks, “un acto deplorable que no ayuda”

Francisco carga duramente contra las filtraciones y rechaza que busquen apuntalar las reformas

papa-en-santa-marta-G

Homilía de Jorge Mario Bergoglio en Santa Marta

ANTONIO PELAYO (ROMA) | Francisco, por fin, decidió romper el silencio que había mantenido durante toda una semana a propósito del robo de documentos reservados de la Santa Sede, con sus dos autores aún pendientes del juicio que dictamine sus responsabilidades. El domingo 8 de noviembre en la Plaza de San Pedro, a la hora del ángelus, no cabía un alfiler; decenas de millares de fieles se agolpaban para escuchar las palabras del Papa, y este, después de concluir la oración mariana, decidió abordar sin red el tema que durante los días anteriores había monopolizado los comentarios de todos los medios.

“Sé que muchos de vosotros –comenzó– os habéis sentido turbados por las noticias que han circulado estos días a propósito de algunos documentos reservados de la Santa Sede que han sido robados y publicados. Por eso quisiera deciros, antes de nada, que publicarlos ha sido un delito [en el texto previamente distribuido por la Sala de Prensa de la Santa Sede se utilizaba la palabra “error”, que el Papa cambió por la de “reato”, algo muy significativo]. Es un acto deplorable que no ayuda. Yo mismo había pedido que se hiciera dicho estudio, y esos documentos, mis colaboradores y yo los conocíamos bien. Han sido tomadas algunas medidas que han dado sus frutos, algunos de ellos visibles”.

“Pero quiero deciros –añadió con energía– que este hecho tan triste no me aleja ciertamente del trabajo de reforma que llevo adelante con mis colaboradores, con el apoyo de todos vosotros –y aquí surgió un aplauso espontáneo de la multitud–. Sí, con el apoyo de toda la Iglesia –volvieron los aplausos–, porque la Iglesia se renueva con la oración y con la santidad cotidiana de todos los bautizados. (…) Os doy por eso las gracias, y os pido que continuéis rezando por el Papa y por la Iglesia, sin dejarnos perturbar, andando siempre adelante con confianza y esperanza”.

Transparencia

Esta insólita intervención del Papa en una cuestión tan espinosa hay que interpretarla en primer lugar como una decisión personal en la línea de transparencia que Bergoglio quiere imponer en todo lo que se refiere a la gestión económica y financiera de la Santa Sede. En segundo lugar, Francisco ha querido cortar de raíz cualquier interpretación de este robo como una “ayuda” a su tarea de saneamiento del entramado hasta ahora vigente en esta materia.

Con sus palabras queda fuera de lugar cualquier intento de Lucio Ángel Vallejo Balda y de Francesca Immacolata Chaouqui de presentarse como “colaboradores” o “auxiliadores” del Papa en su acción reformadora. A propósito del primero, un diplomático de la embajada de España ante la Santa Sede fue autorizado por los magistrados del Tribunal del Estado de la Ciudad del Vaticano a visitarle.

Fue un encuentro que tuvo lugar en una sala del cuartel de la gendarmería vaticana y que duró una media hora; en el curso de la misma, se le comunicó la disponibilidad del Estado español a brindarle la protección que se ofrece a todos los compatriotas que se encuentran en circunstancias similares. Esta ayuda tiene en cuenta lo insólito de este caso y las especificidades del Estado de la Ciudad del Vaticano. Vallejo agradeció a la embajada su ayuda y manifestó que se encuentra en buen estado y que está siendo bien tratado por las autoridades vaticanas.

Por su parte, en una entrevista concedida a Cristina Cabrejas, de la agencia EFE en Roma, la abogada peruana Carmen Rosales, que asumirá su defensa, aseguró que Vallejo no se encuentra en una celda (como la que ocupó el mayordomo infiel de Benedicto XVI, Paolo Gabriele), sino en una “residencia apta a su rango”, y que puede recibir las visitas que autorice la magistratura vaticana, así como mantener conversaciones telefónicas con su familia, especialmente con su anciana madre, que regresó a Astorga apenas iniciado el escándalo. El proceso contra el exsecretario de la Prefectura para Asuntos Económicos de la Santa Sede se encuentra actualmente en su fase preliminar y, por eso, aún desconoce los cargos de los que se le acusa. “Entonces –ha dicho la abogada– podremos poner en marcha el mecanismo de defensa”.

Por su parte, el portavoz vaticano, Federico Lombardi, hizo públicas unas reflexiones en Radio Vaticano sobre el significado de la publicación de los dos libros en los que se han filtrado innumerables papeles y conversaciones privadas: “Hay que recalcar que la documentación publicada, en su mayor parte, se relaciona con un notable compromiso de recoger datos e informaciones puesta en marcha por el Santo Padre para desarrollar un estudio y una reflexión de reforma y mejora de la situación administrativa del Vaticano y de la Santa Sede. (…) En el curso del tiempo, estos temas vuelven periódicamente, pero son siempre ocasión de curiosidad y polémicas. Habría que tener la seriedad de profundizar en las situaciones y los problemas específicos, de modo que se pueda reconocer lo mucho ya avanzado (mucho más de lo que se dice, aunque sistemáticamente callado por cierto género de publicaciones) y distinguir dónde se encuentran los inconvenientes que hay que corregir, las oscuridades a iluminar, las auténticas incorrecciones o ilegalidades que hay que eliminar”.

“Una publicación desordenada de una gran cantidad de informaciones diferentes –cerró el jesuita–, en gran parte vinculadas a una fase de trabajo ya superada y sin la necesaria profundización y valoración objetiva, alcanza a veces el resultado –por desgracia, algunas veces pretendido– de crear la impresión contraria de un reinado permanente de la confusión, de la no transparencia e incluso del perseguimiento de intereses particulares e incorrectos”.

Al hilo de la escandalera provocada por la publicación de los dos libros en cuestión, se han dado a conocer algunos detalles verdaderamente chuscos, como los referentes a cómo se ha financiado la reestructuración de los dos apartamentos del Palazzo San Carlo, que ocupa el ex secretario de Estado vaticano, el cardenal Tarcisio Bertone. Este, en sendas declaraciones al Corriere della Sera, pretende haber pagado de su bolsillo los gastos originados con este motivo, pero le contradice la evidencia de que una parte del dinero (unos 200.000 euros) provino de la Fundación del Hospital Bambino Gesú, propiedad de la Santa Sede, a lo cual ha respondido, con una ingenuidad sorprendente, que pedirá a su abogado que investigue lo que él pretende no saber…

Renovación de cargos

A propósito del hospital pediátrico, el cardenal Pietro Parolin, actual secretario de Estado, ha renovado totalmente su consejo directivo, presidido a partir de ahora por la doctora Mariella Enoc, y del que forman parte intachables profesionales, como el exdirector del Corriere, el periodista Ferruccio de Bortoli, y el exembajador de Italia ante la Santa Sede, Antonio Zanardi Landi. El nuevo equipo sustituye al presidido por el infausto Giuseppe Profiti, muy ligado a Bertone.

Antes de que explotase el escándalo que muchos ya han bautizado como el ‘Vatileaks 2’, Francisco concedió una entrevista al periódico holandés Straatnieuws (Noticias de la calle), que forma parte de la cadena internacional de publicaciones de los sin techo. “La Iglesia –dice el Papa, refiriéndose al testimonio de la Iglesia– tiene que hablar con la verdad y también con el testimonio, el testimonio de la pobreza. Si un creyente habla de la pobreza y de los que no tienen hogar y vive como un faraón, esto no se puede hacer. Esta es la primera tentación. La segunda es llegar a acuerdos con los gobiernos. Puede haber acuerdos con los gobiernos, pero deben ser claros, acuerdos transparentes…, porque está siempre la tentación de la corrupción en la vida pública. Sea política o religiosa”.

Los libros del escándalo

M. Á. MALAVIA | Avarizia y Via Crucis, los dos libros publicados estos días con el material robado (relativo a 2013 y 2014 en su mayoría), sacan a la luz situaciones escandalosas producidas presuntamente estos años entre los muros vaticanos. Estas son algunas de las principales realidades denunciadas:

  • Más allá de Bertone, serían varios los cardenales que viven en pisos de 500 y 600 metros cuadrados, más ático y terraza panorámica. La Santa Sede poseería en Roma unas 5.000 propiedades, por un valor oficial de 160 millones de euros, aunque su coste real podría llegar a los 4.000 millones de euros. Los alquileres de los mismos serían en buena parte irrisorios y dependerían de tratos de favor.
  • En 2012, solo 11 millones de los 53,2 que llegaron como donaciones a través del óbolo de San Pedro se destinaron a su finalidad caritativa. La mayor parte del dinero se reinvirtió en gastos ordinarios de la Curia.
  • La Secretaría de Economía gastó más de 500.000 euros en cuestiones relativas a su funcionamiento ordinario, como el pago de billetes de avión, alquileres o sueldos; el del ayudante del cardenal Pell, responsable del organismo, ascendería a 15.000 euros al mes.
  • La media del coste para una congregación que desee que su fundador o un personaje destacado de su comunidad sea canonizado era de 500.000 euros.

En Prato y Florencia, “una Iglesia alegre y madre”

En apenas doce horas, el martes 10 de noviembre, el papa Francisco visitó las ciudades de Prato y Florencia. El motivo principal del viaje era participar en el V Congreso Nacional de la Iglesia Italiana, celebrado del 9 al 12 en la capital toscana sobre el tema En Jesucristo, un nuevo humanismo.

papa-en-florencia-GPero antes de dirigirse a Florencia, el Santo Padre había decidido hacer una parada en Prato, ciudad industrial donde viven decenas de miles de asiáticos, especialmente chinos, que trabajan en sus famosas sederías, a veces en condiciones inhumanas. Después de venerar en la catedral la reliquia del sagrado cíngulo (que, según la leyenda, la Virgen María llevaría en su cintura el día de su Asunción), Bergoglio dirigió un discurso a las miles de personas congregadas en la plaza adyacente a la bella catedral. En él volvió sobre uno de sus temas preferidos: la Iglesia que sale de sí misma para encontrar a la humanidad que sufre.

“Salir –dijo– significa arriesgarse, pues no hay fe sin riesgo. Una fe que piensa en sí misma y está cerrada en casa no es fiel a la invitación del Señor, que llama a los suyos a tomar la iniciativa y a comprometerse sin miedo. Frente a las transformaciones a veces vertiginosas de estos últimos años, hay el peligro de sufrir el torbellino de los acontecimientos, perdiendo la valentía de buscar la ruta. Se prefiere entonces el refugio de algún puerto seguro y se renuncia a salir mar adentro según las palabras de Jesús”.

Finalizado este breve encuentro, se dirigió en helicóptero a la vecina Florencia, donde, desde muy primeras horas de la mañana, le esperaba una gran multitud en las afueras de su bellísima catedral y de su famoso baptisterio. Dentro del templo ya estaban numerosos obispos y los 250 delegados del Congreso. A ellos les dirigió un largo discurso donde les presentó tres trazos del nuevo humanismo: la humildad, el desinterés y las bienaventuranzas, y les volvió a repetir lo que ya escribió en el número 49 de la Evangelii gaudium: “Prefiero una Iglesia accidentada, herida y sucia por haber salido a las calles más que una Iglesia enferma por la clausura y la comodidad de agarrarse a las propias seguridades. No quiero una Iglesia preocupada por ser el centro y que acaba encerrada en la maraña de obsesiones y procedimientos”.

Como conclusión, insistió: “Me gusta una Iglesia italiana inquieta, siempre más cercana a los abandonados, a los olvidados, a los imperfectos. Deseo una Iglesia alegre, con el rostro de madre que comprende, acompaña, acaricia. (…) El humanismo cristiano que estáis llamados a vivir afirma radicalmente la dignidad de todas las personas como hijos de Dios, establece entre todos los seres humanos una fraternidad fundamental, enseña a comprender el trabajo, a habitar la creación como una casa común, proporciona razones para la alegría y el humor, incluso en medio de una vida tantas veces muy dura”.

En el nº 2.964 de Vida Nueva

 

LEA TAMBIÉN:

Compartir