Jesús Etayo: “Los 50.000 euros del Premio Princesa de Asturias irán a los hospitales de Liberia y Sierra Leona”

Superior general de la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios

Jesús Etayo, junto a Don Felipe y Doña Letizia

Jesús Etayo, junto a Don Felipe y Doña Letizia

RUBÉN CRUZ | La Orden Hospitalaria de los Hermanos de San Juan de Dios recogió el 23 de octubre el premio Princesa de Asturias de la Concordia 2015 “como reconocimiento a una ejemplar labor asistencial desarrollada a lo largo de cinco siglos”, según explicó el jurado. Un galardón que la orden “no esperaba en absoluto” y cuyo montante económico (50.000 euros) irá destinado a los hospitales de Liberia y Sierra Leona que lucharon contra la epidemia de ébola.

PREGUNTA.- El galardón ayuda a dar más visibilidad a la labor misionera de la orden en todo el mundo…

RESPUESTA.- Todos los premios ayudan a conocer y dar mayor visibilidad social a la orden y su misión. De hecho, este último año, la orden ha recibido un buen número de ellos, incluido el premio Ciudadano Europeo 2014, que ha reconocido la misión de la orden y especialmente la realizada en Liberia y Sierra Leona a raíz de la epidemia de ébola. Todos los premios que hemos recibido pertenecen a las personas enfermas, marginadas, en riesgo de exclusión social, inmigrantes y refugiados que buscan una vida digna fuera de sus países. Ellos son los que sufren anónimamente y a ellos nos debemos. Ojalá este reconocimiento sirva para sensibilizar y favorecer una actitud de mayor acogida y hospitalidad en la sociedad. Para nuestra Familia Hospitalaria de San Juan de Dios (hermanos, profesionales, voluntarios y amigos) es un reconocimiento que agradecemos profundamente. Lo recibimos con sencillez, como una institución de la Iglesia católica a la que pertenecemos, y reconocemos que es un desafío que nos exige empeñarnos y comprometernos cada día más en el servicio a los más desfavorecidos de la sociedad.

‘Paremos el ébola’

P.- ¿A qué proyectos se destinarán los 50.000 euros del premio?

R.- El dinero se destinará a los hospitales de Monrovia (Liberia), Lunsar y Lungui (Sierra Leona), que sufrieron la epidemia de ébola y tuvieron que cerrarse temporalmente. Desde su reapertura, unos meses después, la orden, con la ayuda de otras organizaciones y gracias a los recursos conseguidos con la campaña ‘Paremos el ébola’, está manteniendo económicamente estos centros y tendremos que seguir apoyándoles todavía durante un tiempo, hasta que termine definitivamente el ébola y llegue la total normalidad a dichos países.

P.- El premio tiene dos nombres propios: Miguel Pajares y Manuel García Viejo…

R.- Los hermanos Miguel Pajares y Manuel García Viejo, por el hecho de ser españoles y con motivo de su repatriación, son muy conocidos en la sociedad española. Su testimonio y ejemplo, permaneciendo junto a los contagiados hasta contagiarse y morir, es un signo profético lleno de hospitalidad que a muchos nos impresiona. Por otro lado y más allá de polémicas, lo cierto es que su repatriación contribuyó de forma importante a tomar conciencia de la seriedad del problema del virus por parte de la sociedad europea y occidental. A partir de ese momento comenzaron a ponerse más medios para frenar la epidemia. Quiero también recordar junto a estos dos campeones de la hospitalidad y del servicio desinteresado a los demás a los religiosos de nuestra orden Patrick y George, a la religiosa misionera de la Inmaculada Concepción que colaboraba en nuestro hospital de Liberia, Chantal, y a los trece profesionales colaboradores de los hospitales de Liberia y Sierra Leona. Todos ellos africanos. Todos ellos igualmente merecedores de todos los premios, como Miguel y Manuel.

P.- ¿Cree que la actuación de la orden ante el ébola ha sido crucial para obtener el galardón?

R.- Seguramente sí, porque los acontecimientos ocurridos tuvieron mucha repercusión en los medios y mucha gente conoció la orden por primera vez entonces, o le ayudó a conocerla mejor. Es probable por tanto que el punto de partida fuese este hecho. Creo también que quien se interesó por la orden a partir del ébola y pensó en proponerla para este premio, cuando tuvo la oportunidad de conocer más profundamente la institución, su historia, su trayectoria y la misión que realiza en España en la actualidad, tanto en el campo de asistencia sanitaria como en el de la acción social, se dio cuenta probablemente de que la presentación de la candidatura debería tener mayor amplitud que solo el ébola, que en sí mismo también podría haber sido posible. Pienso que la armonización de estos dos aspectos fundamentan la concesión del premio.

En el nº 2.962 de Vida Nueva

 

LEA TAMBIÉN:

 

Compartir