Luz después del Sínodo

Jesús Sánchez Camacho, profesor CES Don Bosco  JESÚS SÁNCHEZ CAMACHO | Profesor CES Don Bosco

Al comienzo del Sínodo, Thomas Reese, columnista de National Catholic Reporter, pronosticó que la Asamblea estaba condenada al fracaso. En su profetizada frustración, argüía que el tema de la familia era demasiado amplio como para abordarlo; que la diversidad cultural de los padres sinodales podía ser un obstáculo como para llegar al consenso; que el vasto número de charlas, reuniones y documentos suponían una dificultad metodológica; que era demasiada la división de opiniones en las cuestiones pastorales objeto de renovación; y que la significativa ausencia de teólogos, a diferencia del Concilio, de ningún modo podría ser positiva. Una vez acabado el Sínodo, podemos decir que el analista no se equivocaba al finalizar su artículo: Quizás el Sínodo no esté condenado al fracaso, pero quedará inconcluso.

En la Relatio final del Sínodo no se habla de la comunión a los divorciados vueltos a casar, pero sí de una mejor integración en la comunidad cristiana, pues “pueden vivir y madurar como miembros vivos de la Iglesia” (n. 84). No se habla de divorcio, pero sí de una simplificación de los procedimientos en quienes “han vivido una experiencia matrimonial infeliz” (n. 82). Afronta, de manera constructiva, las uniones de hecho o el matrimonio civil, ya que “la decisión de vivir juntos es signo de una relación que quiere realmente orientarse a una perspectiva de estabilidad” (n. 71). Quizá con mayor dureza se han tratado las uniones entre homosexuales, pero se ha subrayado el rechazo de “todo tipo de discriminación injusta” (n. 76).

En la crónica del Concilio Vaticano II del nº 494 de Vida Nueva, se citaban algunos temas cuyos textos finales caerían en una inconcreción que Pablo VI tendría que afrontar con sufrimiento durante su pontificado. De modo similar, en el Sínodo, no aterrizar en lo concreto ha sido clave para que los textos fueran aprobados con mayoría de dos tercios. ¿Será Francisco quien tenga que discernir sobre las imprecisiones del Sínodo? ¿O resolverá la praxis de los textos sinodales con una definitiva llamada a la descentralización? Sin lugar a dudas, estamos “en vísperas de grandes decisiones”.

En el nº 2.962 de Vida Nueva.

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