Pedro Sánchez improvisa un Estado laico

El líder socialista recupera el discurso anticlerical al margen del programa que debate el partido

El secretario general del PSOE, Pedro Sánchez

El secretario general del PSOE, Pedro Sánchez

Pedro Sánchez improvisa un Estado laico [extracto]

RUBÉN CRUZ / JOSÉ LORENZO | Promover la escuela pública laica y sacar del horario escolar las enseñanzas confesionales, reformando para ello los marcos legales y los acuerdos internacionales”. Este es el único punto del extenso borrador –más de 250 folios–, presentado por el PSOE a sus militantes para su discusión, en el que se hace referencia a la asignatura de Religión, a la laicidad del Estado o a los Acuerdos con la Santa Sede. Negro sobre blanco no hay nada más. Aunque el programa definitivo verá la luz el 15 de noviembre, un mes antes de la celebración de los comicios.

Sin embargo, los socialistas, a través de su secretario general, Pedro Sánchez, han comenzado a lanzar “globos sonda”, como denunciar el “Concordato”, eliminar la Religión de la escuela pública, privada y concertada, reformar la Constitución para quitar la referencia a la Iglesia y establecer un protocolo para hacer actos de Estado de carácter civil y no católicos. Estas son sus ideas. Pero, pese a la dureza de Sánchez al hablar de la Iglesia, Patxi López, secretario de Acción Política, Ciudadanía y Libertades del PSOE, ya reconoció a Vida Nueva el pasado marzo que se trata de una forma de expresarse: “A veces se utiliza la brocha gorda, pero hay aspectos que necesitan pincel fino”.

“La prioridad política de mi generación es reformar el Estado para convertirlo en laico”, afirmó el secretario general de los socialistas en TVE. “Sin ir contra nadie y garantizando el hecho religioso, vamos a avanzar, si tengo el honor de presidir el Gobierno, hacia instituciones laicas, y pienso, por ejemplo, en la República francesa”, añadió. Las reacciones a sus declaraciones no se han hecho esperar. “Me sorprenden y desagradan las palabras de Sánchez”, explicó a este semanario, en la presentación del libro Ecclesia et ius, del cardenal Rouco, el ex alcalde socialista de La Coruña y exembajador de España ante la Santa Sede, Francisco Vázquez.

Nunca antes el PSOE había recurrido a esto –continuó-. Este programa electoral rompe cualquier tipo de vinculación con el electorado católico, porque ha planteado un programa hostil hacia la Iglesia y, a la hora de votar, las personas votan en razón de distintas circunstancias, pero una de ellas es su fe”, comentó, enfadado. En este sentido, explica que “estamos ante un nuevo anticlericalismo incomprensible. Hoy no hacen falta cerillas y gasolina para quemar conventos, eso se hizo hace años; hoy se ataca a la Iglesia con medidas como las anunciadas por Sánchez”.

Como dijo Goebbels, una mentira repetida mil veces se convierte en realidad. Así cree Vázquez que sucede con el Concordato: “Se habla de Concordato buscando que los Acuerdos con la Santa Sede tengan una relación con los concordatos de la época franquista. No existe ningún concordato. Este se derogó; lo que hay son tratados internacionales que son posteriores a la Constitución; por tanto, no son anticonstitucionales”. Y añade: “Muchos de ellos aprobados por gran mayoría. Determinados políticos denuncian los Acuerdos y lo que están haciendo es denunciar a sus propios partidos, que impulsaron y aprobaron los mismos”. Estos Acuerdos son los mismos que el Vaticano tiene suscritos con el 90% de los Estados que existen en el mundo.

Tampoco parecen estar en la onda del secretario general los miembros de Cristianos Socialistas en la cuestión de la enseñanza religiosa en la escuela. De hecho, durante su convención federal, celebrada en vísperas de la presentación, el 19 de octubre, del borrador del programa electoral, debatían sobre esta cuestión. Tras la tormenta desatada por Sánchez, hicieron pública una nota en la que manifiestan su intención de “proponer al PSOE, en un documento, una asignatura sobre la enseñanza cultural de la religión dentro de un modelo cultural no confesional que tendrá en cuenta las raíces cristianas de Europa”. Asimismo, enviaban “un mensaje de estabilidad y tranquilidad al profesorado de Religión en defensa de sus derechos como trabajadores”.

División interna

Pero la división interna sobre este tema va más allá. Las declaraciones de Sánchez “son brochazos con tintes electoralistas”, un guiño también de consumo interno cuando el debate sigue abierto sobre estos aspectos. Es verdad, según comentan desde el PSOE, que son muchos los que quieren “cargarse de cualquier manera la existencia de la religión dentro de la escuela”. Es claro, dicen, que en caso de gobernar no se contemplaría tal y como está regulada en la actualidad. Pero tampoco sería lo que ahora el secretario general anda proclamando. “En el borrador del programa está precisado”, señalan fuentes del partido que prefieren mantener el anonimato.

“La enseñanza confesional en el borrador no se contempla ni en el currículo ni en el horario escolar. Pero en su desarrollo sí caben formas de enseñanza confesional en la escuela y, sobre todo, está abierta la opción de desarrollar un nuevo modelo de la enseñanza de la religión con un corte más cultural, más científico, más homologable con el de otras asignaturas”. Así pues, o se cambia lo que aparece en el borrador y se opta por la línea radical, o lo que este contempla sería “un planteamiento moderado desde el debate interino del partido”.

Debate que existe y que no es nuevo. Viene de lejos, con corrientes con mucha influencia (los viejos laicistas y los colectivos feministas y homosexuales, que ejercen mucha presión desde los tiempos de un muy combativo Pedro Zerolo). Pero, mirando al granero de votos, las cosas cambian hasta el punto de que la todopoderosa federación andaluza, con un electorado que se declara mayoritariamente cristiano según consta en una encuesta interna de manejo obligado, pondría reparos a cargar las tintas contra la religión. Y otro tanto pasaría en Extremadura. “Hay distintas sensilidades y cuestiones que aún están abiertas”, confía la misma fuente a esta revista. “Y en algunas de ellas, como se está viendo, responden a un ejercicio más propagandístico que real”, sentencia.

“Ya somos un estado laico, pero no laicista”

“Se está dando una manipulación de los términos. Desde 1978, España es un Estado laico aconfesional, pero no laicista. A lo que se está apuntando con estas reivindicaciones [de un Estado laico] es a algo que está bastante superado, el laicismo, un sistema donde se establece un rígida y absoluta separación entre el elemento religioso y la sociedad y que no responde a nuestro modelo constitucional de 1978”. Así lo afirma Miguel Campo, profesor del Departamento de Derecho Canónico y Eclesiástico del Estado de la Facultad de Derecho Canónico de la Universidad Pontificia Comillas.

Tampoco le parece al especialista que el modelo francés sea el mejor a imitar, como pretende Pedro Sánchez. “Francia viene de un modelo de laicismo radical, de un tratamiento negativo de no colaboración con las confesiones religiosas. Es un modelo superado, que el propio Estado francés viene corrigiendo en los últimos años. En las democracias más avanzadas de nuestro entorno no rige este sistema, en franco retroceso, sino uno de sana colaboración, como el que se da en Reino Unido, Alemania, Italia, Suecia, Dinamarca, Noruega, Bélgica…”.

Jorge Otaduy, profesor de la Facultad de Derecho Canónico de la Universidad de Navarra, por su parte, pondera el tratamiento que la Constitución da al hecho religioso en su artículo 16, que asienta el principio fundamental de libertad religiosa de las personas y de los grupos y determina que ninguna confesión tendrá carácter estatal. Y que declara, además, que los poderes públicos tendrán en cuenta las creencias de las personas y mantendrán relaciones de cooperación con las confesiones religiosas. “Todos estos elementos confluyen en una categoría que describe acertadamente la posición del Estado español ante la religión, que es la de ‘laicidad positiva’. Esta no ve en la religión un peligro, sino un valor y procura facilitar la vida de las religiones o de las corrientes de espiritualidad presentes en la sociedad, en lugar de complicarles la existencia. Yo entiendo la laicidad positiva como aquella laicidad que ha alcanzado su madurez”, afirma Otaduy.

Ambos profesores coinciden en que, si Sánchez quiere ese Estado laico que tiene en su cabeza, “habrá que reformar la Constitución”.

Malestar en la CEE

Por su parte, los obispos españoles también han mostrado su malestar. El portavoz de la Conferencia Episcopal, José María Gil Tamayo, tachó de electoralista el programa. Asimismo, resaltó que la presencia de la religión católica en España está “normalizada” y que el gesto que propone el PSOE sería dar un paso atrás. Además, indicó a 13 TV que “sacar de las aulas la Religión va en contra de la Constitución y de tratados internacionales a los que España está adherida. La Carta Magna reconoce el derecho de los padres a elegir la educación de sus hijos.

José María Gil Tamayo

José María Gil Tamayo

Y cada año, entre el 60% y el 70% de los padres deciden libremente que sus hijos cursen una educación católica”. Y es que, según el CIS, el 70% de los españoles se identifica como católico. Gil Tamayo admite que le sorprende la decisión, puesto que “la ha realizado un partido democrático que participó en la elaboración de la Constitución, un texto que mira el hecho religioso como un hecho positivo”. Asegura también que la idea de Sánchez “suscita un problema que a estas alturas no viene a cuento” y se pregunta si estará buscando con este anuncio “un caladero de votos”.

En el mismo sentido se expresó el secretario general de Escuelas Católicas, José María Alvira: “El mensaje de Sánchez no sorprende en demasía. En épocas preelectorales, los mensajes suelen radicalizarse para buscar votos en sectores más radicalizados o menos informados”. En rueda de prensa el pasado día 21 en Madrid, Alvira comentó que “las propuestas son de cara a la galería y sin un planteamiento serio, no son realistas”.

Al mismo tiempo, desde la entidad que agrupa a más de 2.000 colegios, se pide a las distintas formaciones políticas que se establezca un diálogo serio con toda la sociedad educativa, “algo que el PSOE no ha hecho al elaborar su programa”, señaló Alvira, aunque la concertada representa el 25% del total de la enseñanza en España. Aunque se mostró inquieto por las palabras de Sánchez, el religioso no ve viable que el PSOE, en caso de gobernar, materialice sus ideas: “Denunciar los Acuerdos no es fácil ni conveniente para España. Y eso, quien gobierna, lo sabe”.

Contra la libertad de los padres

A su vez, Jesús Muñoz de Priego, abogado especialista en derecho educativo, indicó que “la implantación de un modelo único y excluyente de escuela pública va en contra de la libertad de elección de los padres. Y si no se puede elegir, no hay libertad de enseñanza”. Además, añadió que un Estado democrático como España debe atender al pluralismo también en el ámbito educativo. Escuelas Católicas quiso también dejar claro que en los colegios concertados estudian 1,5 millones de alumnos y su existencia ahorra al Estado 2.850 millones de euros al año.

Asimismo, a final de este mes celebraran su XIII Congreso, al que han invitado a los secretarios generales de Podemos, Ciudadanos, PSOE y PP para que expongan sus planteamientos sobre Educación. “Si no están es porque no lo consideran una prioridad”, remarcó Alvira. El PSOE ha hecho público su programa en materia educativa, al igual que hizo Ciudadanos a finales de julio. Sin embargo, desde Escuelas Católicas piden que se definan, porque no hay posturas claras por parte de las distintas voces de las formaciones, sobre todo, “de las nuevas fuerzas”.

Meritxel-Batet-Patxi-Lopez

Meritxel Batet presenta el borrador ante Patxi López

Pese a las declaraciones de “brocha gorda” de Sánchez, su número dos y encargada de elaborar el borrador del programa, Meritxel Batet, matizó en Espejo Público que “el programa hace referencia a la escuela pública y que no es una cuestión de desterrar la asignatura, sino de no incluirla como evaluable en el currículo global que después se contabiliza para el acceso a la universidad”. Batet aseguró que nunca se ha planteado eliminar la asignatura de Religión en los colegios privados, porque “no tenemos competencias para hacer eso y respetamos no solo a los colegios privados y religiosos, sino también a las personas que quieren llevar a sus hijos e hijas a esos colegios”.

Y es que, a decir verdad, para eliminar la religión de la enseñanza privada, Sánchez tendría que conseguir que el Papa aceptase que un colegio religioso reduzca la enseñanza de Religión a una actividad extraescolar. Y derogar la Ley Orgánica de Libertad Religiosa, para lo que el futurible presidente del Gobierno debería contar con una mayoría absoluta en el Congreso, algo que, según las encuestas, parece difícil de conseguir, al menos, a corto plazo.

Las propuestas de Sánchez fueron asimismo criticadas por representantes de otros partidos políticos, que las tacharon de demagógicas y electoralistas. Al mismo tiempo, tampoco creen que las realice si llega a Moncloa.

Qué proponen los demás partidos

El PP ya ha mostrado su disconformidad con las propuestas del PSOE. Su opción está contenida en una LOMCE que todos quieren derogar si llegan a La Moncloa. Pero, en esta materia, ¿cuál es la oferta de los principales partidos? Sus representantes lo desgranan en un interesante reportaje que publica en su último número la revista Religión y Escuela.

  • CIUDADANOS. Antonio Espinosa, secretario de acción política, propone “la creación de una asignatura específica sobre la historia de las religiones que atienda, desde la laicidad, los distintos aspectos históricos y culturales de la religión”. Y deja una puerta abierta a la enseñanza confesional, avalada “desde el respeto y garantía del derecho de los padres a que sus hijos reciban la formación religiosa y moral acorde con sus convicciones”. Este principio, recogido en la Constitución, ofrecería “una enseñanza de tipo confesional de su religión cuando exista un acuerdo firmado entre el Estado y las diferentes confesiones religiosas y se alcance un número mínimo de alumnos”.
  • PODEMOS. En palabras de Sandra Mínguez, responsable Educación, “apostamos por una educación pública, gratuita, de calidad y laica”. Los Acuerdos de 1979 “están obsoletos y no responden a las necesidades de una sociedad moderna, abierta y madura. La religión tiene un papel fundamental. Pero la escuela pública no debe ser el lugar para impartirla. Las creencias religiosas forman parte del ámbito personal o de su intimidad. No pueden darse retrocesos en materia de libertades y las escuelas públicas deben quedar exentas de cualquier tipo de dogma religioso”, señala.
  • IZQUIERDA UNIDA. Enrique Díez, coordinador del Área Federal de Educación, está a favor de respetar el derecho constitucional de las familias a la elección del tipo de educación que quieran dar a sus hijos, pero “en ningún caso [a favor de] que el Estado se vea obligado a financiar con dinero público” esa elección. También apuesta por derogar los Acuerdos con el Vaticano y con otras confesiones religiosas “para que cualquier religión quede fuera del currículo escolar; que de forma inmediata la enseñanza de la religión salga del horario lectivo; que desaparezcan los actos y la simbología religiosa de los centros escolares y de los espacios públicos educativos; así como la eliminación de todo procedimiento administrativo que obligue a manifestar las creencias o no creencias, en cumplimiento del artículo 16 de la Constitución”. Díez tampoco está a favor de financiar la escuela concertada.
  • UNIÓN PROGRESO Y DEMOCRACIA (UPyD). Esta formación propone la revisión de los Acuerdos de 1979 y tiene una visión laica de la educación que, en palabras de Carlos Martínez Gorriarán, portavoz adjunto de UPyD en el Congreso de los Diputados, se traduce en que “el respeto a todas las creencias religiosas compatibles con la democracia y la consiguiente neutralidad de las instituciones públicas conlleva la separación entre la educación universal y el adoctrinamiento religioso, que debe quedar fuera del horario escolar y de la evaluación curricular, incluso en los centros educativos confesionales concertados o no”. Este partido sí que contempla incluir una asignatura de la historia de las creencias religiosas en ESO.

En el nº 2.961 de Vida Nueva

 

LEA TAMBIÉN:

Compartir