¿Celebramos la aculturación?

Jesús Sánchez Camacho, profesor CES Don Bosco  JESÚS SÁNCHEZ CAMACHO | Profesor CES Don Bosco

¿Vikingos o Colón?”, se titulaba un pequeño editorial del nº 493 de Vida Nueva, que presentaba un estudio de la Universidad de Yale demostrando que los vikingos llegaron a América antes que Cristóbal Colón. El editorial sostenía que hacía tiempo que el estudio había sido concluido. Pero habían esperado a la llegada del 12 de octubre para hacer pública la investigación, con el fin de causar mayor revuelo.

En las páginas interiores del mismo número, Manuel Gómez Ortiz hacía un recorrido por la esclavitud, recordando que ya sumaban más de 16 millones los negros norteamericanos. Ellos empezaban a disfrutar de la Civil Rights Act of 1964, legislación que prohibía la segregación racial. Entretanto, en el Concilio se discutía sobre la actividad misionera de la Iglesia, cuyo resultado final es promulgado por Pablo VI el 7 de diciembre de 1965, a través del decreto Ad Gentes.

Vida Nueva destaca la intervención de Pedro Arrupe, prepósito general de la Compañía de Jesús, quien en el Aula desglosa algunos “desenfoques” del trabajo misionero de la Iglesia: infantilismo, sentimentalismo, miopía, superficialidad y, sobre todo, sentido de superioridad.

Sin ser plenamente consciente del significado de la Fiesta Nacional de España, el 12 de octubre recibí un correo de un amigo teólogo que, desde el extranjero, me preguntaba con sorna: “¿Cómo podéis seguir celebrando la fiesta de la conquista?; ¿hay indígenas en el ejército?; ¿participan en el desfile?”. No tuve una respuesta. La tenía, al día siguiente, el periodista estrella de COPE, tachando de “paparruchadas” los argumentos de quienes criticaban la celebración de la colonización y llamando “pandilla de cretinos”, “majaderos y demagogos de primera división” a aquellos que se atrevían a hacerlo.

Esta perspectiva contrasta con figuras como la de Francisco de Vitoria que, en plena conquista, cuestionaría los métodos de la ocupación. Porque, si se ha de reconocer que bastantes europeos tuvieron sensibilidad con el pueblo indígena, apostando por la inculturación, no pocos han entrado en América, como embajadores de la Corona, arrasando con todo tipo de obstáculos encontrados en su camino. Hay razones suficientes como para plantearse si el 12 de octubre deberíamos estar de celebración.

En el nº 2.961 de Vida Nueva.

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