El Sínodo comienza su tercera y última semana centrado en los divorciados

Cardenales y asistentes a la Asamblea esperan ya el documento final del papa Francisco

RUEDA-DE-PRENSA-19-octubre

Rueda de prensa 19 de octubre. De derecha a izquierda: Lombardi, Twal, Coleridge y Solmi

M.PÉREZ | Hoy lunes 19 de octubre ha dado comienzo la tercera y última semana de trabajos en el marco del Sínodo de la Familia 2015, que concluirá con la misa de clausura el próximo domingo. A lo largo de estos siete días, los 270 obispos presentes en el Sínodo deberán votar el documento oficial, que entregarán al papa Francisco. Él, como presidente de la Asamblea, será el encargado de firmarlo y publicarlo al término del Sínodo como documento magisterial de la Iglesia que permita una mejor comprensión de los desafíos que afronta la familia, o como texto que desarrolle posteriormente un documento pontificio sobre la familia.

 Como ya viene siendo costumbre desde el inicio del Sínodo, son varios los cardenales que se sientan junto al portavoz de la Santa Sede, el P. Federico Lombardi, durante su rueda de prensa para periodistas en la Sala Stampa del Vaticano. En la mañana de hoy lo han hecho el australiano Mark Benedict Coleridge (arzobispo de Brisbane), el jordano Fouad Twal (patriarca de Jerusalén de los Latinos) y el italiano Enrico Solmi (obispo de Parma).

“Estamos en tercer semana del Sínodo, y admito que se siente un poco de cansancio”, ha confesado el patriarca Twal. Y es que, mientras todas las miradas están puestas en el documento final, el jordano ha querido dejar claro que “lo único seguro es que el próximo Domingo no se termina el trabajo, el camino continua”. Un camino muy complejo y con muy diversas perspectivas, pues, “todos venimos de contextos diferentes, los desafíos no son los mismos, es normal que no estemos de acuerdo en todo”.

Respecto a este documento final, el arzobispo Coleridge ha afirmado que “no tengo una bola de cristal, pero en base a la discusión estos días no hay un gran deseo de cambio de las enseñanzas de la Iglesia”. “Veo en el Sínodo el sentido de catolicidad eclesial, el salir al encuentro del mundo para tener una visión menos cerrada de la familia”, ha relatado el obispo de Parma, Enrico Solmi, quien además espera que “este Sínodo no sea superficial, sino que entre en la vida de la Iglesia, dejando a la familia en el lugar que se espera

El niño con padres divorciados que conmovió a los cardenales

Durante todo el fin de semana, muchos medios de comunicación se han hecho eco de la supuesta historia contada por un padre sinodal mexicano acerca del chico que partió la hostia en su primera comunión para darle un pedacito a cada uno de sus padres, divorciados vueltos a casar, que no podían participar de la ceremonia.

Y es que la cuestión de la comunión a divorciados tras un posible itinerario de reconciliación o vía penitencial, ha sido uno de los temas que más ha dividido la opinión de los padres sinodales a lo largo de los debates.

Preguntados por uno de los periodistas durante la rueda de prensa, estos tres padres sinodales han ofrecido su punto de vista. “No recuerdo ninguna intervención en la que se pidiera la admisión a la comunión de los divorciados y vueltos a casar”, ha afirmado Coleridge. “Estas parejas no vienen a la Iglesia porque están seriamente aislados –se ha preguntado el arzobispo–, ¿cómo podemos entonces ir a su encuentro?”. La solución, en palabras del australiano, pasa por “una pastoral necesaria para dialogar con estas parejas: hay que escuchar sus historias y no ofuscarles con la doctrina”.

En la misma línea se ha expresado el patriarca Twal sobre la comunión de divorciados y vueltos a casar: “Es un campo muy delicado. No podemos generalizar, es mejor ver cada caso en concreto”. El jordano también ha querido remarcar que en su círculo a lo largo de esta semana “hemos hablado no sólo de los divorciados, sino también de los problemas de las familias inmigrantes o víctimas de la violencia”.

En todo caso, “los Gobiernos también deben ayudar a resolver los problemas de las familias: la Iglesia tiene limites, no podemos resolver todos estos temas solos”, ha concluido el patriarca de Jerusalén.

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