Encuentro de la Vida Consagrada: una comunión sin descartes

Encuentro de Vida Consagrada en Madrid 4 octubre 2015 Algo grande

Más de 1.500 obispos y religiosos visibilizan un nuevo tiempo eclesial también en España

Encuentro de Vida Consagrada en Madrid 4 octubre 2015 Algo grande

Un momento de oración con las hermanitas y hermanitos del Cordero durante el Encuentro de Vida Consagrada

Encuentro de la Vida Consagrada: una comunión sin descartes [extracto]

JOSÉ LORENZO. Fotos: VÍCTOR JAVIER VAQUERO | El mayor símbolo de comunión eclesial entre obispos y Vida Consagrada de los últimos tiempos en España se pudo vivir el primer fin de semana de octubre con motivo del Encuentro de la Vida Consagrada. Más de 1.500 religiosas (abrumadoramente mayoritarias) y religiosos desbordaron la capacidad del templo de Nuestra Señora de Guadalupe, en Madrid, bajo el lema Corazones que desean algo grande, y enmarcado dentro del Año de la Vida Consagrada. Se trataba de una iniciativa conjunta de la Conferencia Episcopal Española (CEE), la Conferencia Española de Religiosos (CONFER), la Conferencia Española de Institutos Seculares (CEDIS), Ordo Virginum y las nuevas formas de Vida Consagrada (VC) surgidas en los últimos años.

Un encuentro gozoso, festivo y también introspectivo, porque en la primera jornada se abordaron con tres ponencias los retos que hoy se le presentan a la VC, tanto desde la propia Iglesia como desde su realidad cambiante, pasando por su inserción dentro de la sociedad y en un tiempo eclesialmente nuevo con el papa Francisco, que –casi se pudo palpar– entusiasma y estimula especialmente a la Vida Religiosa.

Ya no es novedad pero siguen sonando muy bien los halagos que la jerarquía vierte ahora sobre los consagrados. También en esta inauguración se escucharon por boca del arzobispo de Madrid. Carlos Osoro, que quiso hacerse presente un instante aun cuando tenía que viajar a Roma para participar en el Sínodo de la Familia, presidió la inauguración el sábado 3 y les dejó una nueva muestra de su reconocimiento: “Os debemos mucho. Gracias por vuestra respuesta generosa a la llamada del Señor y por vuestros múltiples ministerios en la Iglesia y en la sociedad”.

También Vicente Jiménez, arzobispo de Zaragoza y presidente de la Comisión Episcopal para la Vida Consagrada, brindó muestras de ese aprecio. Primero en esa jornada inaugural, cuando les dijo que “la Iglesia no sería la misma sin vosotros ni vosotras… ¡Cuánto os deben la Iglesia y la sociedad!”; pero también la eucaristía de clausura en la catedral de La Almudena, el domingo 4, cuando, recordando las palabras de Francisco, afirmó que “la Vida Consagrada es un don para la Iglesia”.

Esa conciencia de ser uno estuvo también en los consagrados. Así, Luis Ángel de las Heras, como presidente de CONFER, señaló en su intervención que los religiosos quieren ser “artífices de comunión, sin descartes, con una mística del encuentro”. En la misma línea se pronunció Vicenta Estellés, presidenta de CEDIS, quien subrayó: “Nos necesitamos todos”.

El presente y el futuro

Tras esta dulce constatación llegó el momento de abordar el presente y el futuro. Comenzó François-Marie Léthel, quien enfrió un tanto el ambiente al afirmar que la VC había perdido “la gran verdad del amor esponsal de Cristo”. Para el carmelita francés, esta pérdida –“seguramente una de las más profundas causas de la crisis” de la Vida Religiosa– se arrastra desde 1968, y “hasta el punto de que todavía hoy se niega explícitamente” la importancia de dicha esponsalidad. Para conjurar ese mal, el religioso habló con los ejemplos de Francisco y Clara de Asís, por un lado, y de san Juan de la Cruz y Teresa de Lisieux, por otro.

Empezó a caldearse el auditorio con Inmaculada Fukasawa. La superiora general de las Esclavas del Sagrado Corazón de Jesús prefirió centrarse en “el tiempo de gracia” que está viviendo la Iglesia con Francisco, quien “está haciendo creíble la palabra y posible la esperanza”. “Él nos ha puesto en movimiento y nos ha enseñado un camino: volver a Jesucristo y su Evangelio”, sintetizó la religiosa nipona.

Pero fue con el jesuita Marko Ivan Rupnik con quien vibró el auditorio, y eso que comenzó con una afirmación que lo dejó helado: “Podemos decir que la vida religiosa hoy, ciertamente, no es bella, porque no atrae”. A partir de ahí, su ponencia fue un despojarse de lo viejo para prepararse para lo nuevo y bello, con afirmaciones como que la Iglesia ha pasado “de la experiencia vital a la doctrina y de la fe a la religión”, hecho que constituye “una trampa por la que ha entrado la secularización”.

Para el conocido religioso y artista, “con el paso del tiempo, esto también nos ha sucedido a nosotros [la Vida Consagrada], se ha perdido el verdadero sentido de la Iglesia”, lo que hace que “no tengamos prácticamente una propuesta convincente que pueda atraer la atención de nuestros contemporáneos”.

Sin embargo, para la “vida nueva” que se atisba, se necesita “una inteligencia nueva”. “Habíamos aceptado el principio de que primero estaba el individuo y la doctrina y luego la praxis. Pero esto se acabó con el siglo XX y con el Vaticano II, aunque aún no lo hemos entendido. Nosotros todavía discutimos para crear leyes y doctrina. Y en la época nueva, las leyes seguirán a la vida”, sentenció en un final que levantó muchos de sus asientos.

Tras las ponencias, que ocuparon la mañana del primer día, llegó el tiempo de los testimonios personales, de la música y de la oración compartida. Al día siguiente, eucaristía de clausura, en donde los participantes volvieron a reafirmar sus votos y testimoniaron también la fraternidad, con una recaudación destinada a los religiosos y religiosas de Siria e Irak. El resto de la jornada, los participantes peregrinaron a los lugares más significativos de la Vida Consagrada en Madrid.

Marko Rupnik: “Tenemos una Iglesia aburridísima porque no hay vida en ella”

Marko-RupnikEl jesuita esloveno, sin eludir la crítica, transmite entusiasmo por un futuro para la Iglesia que está rompiendo aguas.

PREGUNTA.- ¿Intuye una gran primavera eclesial?

RESPUESTA.- Sí, porque el tiempo del dominio de las cosas abstractas se ha acabado. Llega una época que absolutamente privilegiará la vida. Y los consagrados estamos llamados a revelar esa vida. Pero hay que cambiar la mente, porque todavía estamos reaccionando a este tiempo con una mente abstracta y no con la mente de la persona.

P.- ¿Está contribuyendo Francisco a esta nueva época?

R.- Este hombre es una gran providencia divina porque ha entendido exactamente qué cosas han terminado –como esa Iglesia paraimperial–, y el comienzo de una Iglesia como organismo, como un cuerpo, como la Eucaristía.

P.- ¿Hay que devolverle a la Iglesia su belleza original?

R.- No se devuelve, sino que se creará, porque la vida misma se expresará. Hoy tenemos una Iglesia aburridísima porque no hay vida, pero cuando haya vida, esta se expresará.

 

Inmaculada Fukasawa: “No estábamos viviendo con alegría”

Inmaculada-FukasawaLa superiora general de las Esclavas del Sagrado Corazón de Jesús está entusiasmada con el papa Francisco y no duda de que los consagrados se sumarán a “esta corriente de transformación de la Iglesia”.

PREGUNTA.- ¿Con qué actitud tiene que acompañar la la VC esta nueva etapa eclesial?

RESPUESTA.- Acogiéndola como una gracia y respondiendo con generosidad a las llamadas que nos llegan principalmente del Papa, pero son solo, sino de toda la Iglesia.

P.- ¿Qué busca Francisco con este Año de la Vida Consagrada?

R.- Estimular, reavivar y volver de verdad al mensaje de Jesús.

P.- ¿Estaba necesitada la Vida Religiosa de su propia evangelización?

R.- Sí, porque no estábamos viviendo con alegría. Necesitamos dar importancia a la relación con Jesucristo, a la oración…

P.- ¿Están los consagrados viviendo una etapa estimulante con Francisco?

R.- Sí, sí, de verdad que sí, por lo menos para mí, es una gracia muy grande.

 

François-Marie Léthel: “Si no estamos enamorados de Cristo, podemos enamorarnos humanamente”

Francois-Marie-Lethel--En su ponencia, el carmelita francés se mostró muy preocupado por la pérdida “del amor esponsal de Cristo en la VC”.

PREGUNTA.-  ¿Es eso síntoma de la mundanización de la que habla Francisco?

RESPUESTA.- Al contrario que los santos, hoy los consagrados no hablan de este tema, que se ha vuelto incomprensible. En parte se debe a esa mundanización, pero tiene una raíz más profunda, cultural, una herida de la crisis de 1968 que aún no se ha sanado.

P.- ¿Y tiene la VC conciencia de esa herida?

R.- No hay conciencia de que falta esa dimensión fundamental para vivir bien el celibato. Debemos ser personas enamoradas de Cristo. Si no lo estamos, un día podemos enamorarnos humanamente.

P.- El consagrado debe cultivar cada día ese amor por Cristo en la Eucaristía, en la Palabra de Dios, en la oración… Es esencial para el futuro.Esta carencia, ¿es igual en todos los países?

R.- No, porque la crisis cultural no fue igual de profunda en todos.

P.- ¿Dónde están hoy esos iconos vivos de la esponsabilidad?

R.- En las nuevas comunidades, como por ejemplo, en los focolares. Para ellos, la luz esponsal de Cristo es para todos, consagrados y casados. Estas nuevas comunidades son muy útiles para las “viejas” para redescubrir esta realidad fundamental en nuestra tradición.

En el nº 2.959 de Vida Nueva

 

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