El Sínodo se esfuerza por recoger la diversidad de problemáticas de la familia en todos los países

cardenales padres sinodales participantes en el Sínodo de la Familia 2015

Comienzan las sesiones de trabajo de los círculos menores

cardenales padres sinodales participantes en el Sínodo de la Familia 2015

Algunos de los participantes del Sínodo

MARÍA GÓMEZ | Siguiendo el calendario previsto para el Sínodo de la Familia, ayer por la tarde empezaron las tareas de los círculos menores, esto es, los grupos organizados por idioma donde se trabajan en profundidad los temas expuestos durante las congregaciones generales y cuyas conclusiones se usarán en el texto final. El Sínodo, pues, avanza al ritmo normal, pero, por lo visto hoy en la Sala de Prensa de la Santa Sede, hay una cierta preocupación por recoger verdaderamente las preocupaciones y dar respuesta a toda la diversidad de problemáticas y procedencias.

En la mañana de hoy miércoles 6 de octubre, han comparecido ante los medios de comunicación tres representantes de los círculos menores: Charles J. Chaput, arzobispo de Filadelfia (EE.UU.), que ha sido elegido relator de un grupo de habla inglesa; Laurent Ulrich, arzobispo de Lille (Francia), relator de un grupo francófono; y Salvador Piñeiro, arzobispo de Ayacucho y presidente de la Conferencia Episcopal de Perú, miembro de uno de los grupos de lengua española.

Chaput, que recibió al Papa en Filadelfia hace apenas dos semanas para clausurar el VIII Encuentro Mundial de las Familias (EMF), ha confesado que una de las preocupaciones en su grupo esta mañana era que el Instrumentum laboris “quizá no refleje a la Iglesia universal. Es importante para los trabajos del Sínodo tener en cuenta las preocupaciones y problemas que son relevantes para todos los países, no solo para un país. ¿Quién es nuestra audiencia? Las personas a las que nos dirigimos son una entidad inmensa y tenemos que tener en cuenta esta diversidad”.

El arzobispo francés Ulrich también ha mostrado su inquietud: “En la Iglesia valoramos la unidad, pero tenemos que estar seguros de que se muestren las diferencias culturales y todos puedan expresarse”. Si bien ha asegurado que “trabajar juntos en un objetivo común, delicado y complejo como es la familia nos ayuda a confrontarnos y a superar nuestras diferencias”.

“Como el año pasado, es importante que hablemos con toda libertad y escuchemos con toda humildad”, ha dicho, por su parte, el arzobispo Salvador Piñeiro. El peruano ha subrayado la “alegría”, “fraternidad” e “ilusión” con la que se está trabajando en los grupos de habla hispana: “En América nos une nuestra fe en Jesús y la lengua de Cervantes”, así como “el camino del CELAM”. Aunque esta sintonía entre los obispos latinoamericanos contribuye a los trabajos de los grupos, incluso aquí se registran distintas sensibilidades: “En mi grupo tenemos al único obispo de África que habla español, es de Guinea Ecuatorial, así que conocemos la realidad de África”.

Pero también él coincide en la importancia de tener claro el sujeto de estudio: “Traemos los problemas de la familia. Los desafíos los vimos el año pasado y ahora queremos insistir en la belleza, la llamada de Dios a la pareja para que sean esposos y padres, y cómo la Iglesia tiene que acompañar a la familia”.

Al principio de su intervención, Piñeiro había denunciado “un ataque artero a la familia. Todos coincidimos en el bien que supone para la sociedad, en la familia como célula de la sociedad… pero por debajo vemos en nuestras legislaciones que se dan más motivos para el divorcio civil, que abre la puerta al aborto, etc. Nosotros tenemos que apostar por el evangelio de Jesús, que es de vida y esperanza”.

“Reafirmar la enseñanza sobre el matrimonio”

A preguntas de los periodistas sobre la visita de Francisco a Filadelfia, el arzobispo Chaput ha indicado que el objetivo del EMF era “celebrar la vida familiar, y los participantes se han ido reforzados y con más confianza para el futuro. Hubo un gran deseo de reafirmar la enseñanza sobre el matrimonio”.

Un poco después, señaló que “tenemos que tener cuidado con las palabras que usamos para no herir a la personas; pero tenemos que ser fieles también a la doctrina”. Y añadió: “Animemos a las 99 ovejas que siguen las enseñanzas de la Iglesia sobre la familia, para que no se sientan abandonadas”. “No estamos aquí para ganar nada. Estamos aquí para llevar a la verdad que el Señor ha establecido para su Iglesia”, dijo en otro momento.

Preguntado concretamente por el tema de la homosexualidad, Chaput ha explicado que “ayer se mencionó, pero no fue punto dominante de la conversación. Estoy seguro de que será objeto de discusión más adelante, y espero que encontraremos palabras que acojan y no hieran”.

Las sesiones de los círculos menores continuarán hasta el viernes 9 de octubre, cuando se reúna la 4ª Congregación General y se entreguen los borradores de trabajo sobre la primera parte del Instrumentum laboris. [ver calendario de trabajo]

Francisco: “La Iglesia es y debe ser la familia de Dios”

Mientras dure el Sínodo (4-25 de octubre), las catequesis que el papa Francisco imparte en la audiencia general de los miércoles tratarán varios aspectos de la relación entre Iglesia y familia, según anunció hoy el propio Pontífice a las miles de personas que se congregaban en la Plaza de San Pedro para escucharle. El Papa ha pedido a todos que rezcen por el buen resultado de la Asamblea sinodal.

Francisco ha lamentado que hoy “no se da a la familia el peso que le corresponde, ni el reconocimiento, ni el apoyo en la organización política y económica de la sociedad contemporánea. Yo diría más: ¡la familia no solo no tiene un reconocimiento adecuado, sino que no genera aprendizaje! A veces dan ganas de decir que, con toda su ciencia y su técnica, la sociedad moderna todavía no es capaz de traducir estos conocimientos en formas mejores de convivencia civil… En esa situación, los extremos opuestos de este embrutecimiento de las relaciones, es decir, la obtusidad tecnocrática y el familismo amoral, se unen y se alimentan mutuamente. Es una paradoja”.

Es en esta realidad, siguió explicando el Papa, donde la Iglesia encuentra “el sentido histórico de su misión en lo que respecta a la familia y al auténtico espíritu familiar, empezando por una atenta revisión de vida que empieza por ella misma. Se podría decir que el ‘espíritu de familia’ es la carta constitucional de la Iglesia: así debe aparecer el cristianismo y así debe ser… La Iglesia es y debe ser la familia de Dios”.

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