¿Cuál es la misión de la familia hoy? Los temas del Sínodo 2015, según el relator general

apertura del Sínodo de la Familia 2015 con el papa Francisco y los cardenales Lorenzo Baldisseri y Peter Erdo

En la 1ª Congregación General, el cardenal Peter Erdö lista los asuntos que se debaten

apertura del Sínodo de la Familia 2015 con el papa Francisco y los cardenales Lorenzo Baldisseri y Peter Erdo

1ª Congregación General con el papa Francisco, el cardenal Baldisseri (izq.) y el cardenal Peter Erdö (dcha.)

M. GÓMEZ | El relator general del Sínodo de la Familia 2015, Peter Erdö, cardenal de Budapest, ha enunciado y explicado los temas principales que se van a abordar en la XIV Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos que se está celebrando en Roma. En su intervención en el Aula Sinodal, ayer lunes 5 de octubre, presentó la relación de temas del Instrumentum laboris; el debate sobre estos asuntos durará hasta el viernes 9. [ver calendario de trabajo]

El relator fue listando los temas, dividiendo su disertación en tres partes: la escucha de los desafíos de la familia, la vocación de la institución y la misión de la familia hoy. A continuación, recogemos algunas de las declaraciones más importantes de Erdö, con respecto a las razones para estos temas.

Los desafíos de la familia

  • “[Existe] un cambio antropológico que corre el riesgo de transformarse en un reduccionismo antropológico: la persona, en la búsqueda de la propia libertad, busca muy a menudo ser independiente de toda unión”.
  • “Las instituciones son frágiles, y los hombres tienen miedo a los compromisos definitivos, concentrados como están solo en su presente y en los deseos personales que parecen convertirse en ‘derechos reales y propios’”.
  • “El creciente individualismo lleva a confundir los límites de instituciones fundamentales como el matrimonio y la familia. (…) El matrimonio y la familia no dejan a los individuos aislados; sino que transmiten valores y ofrecen una posibilidad de desarrollo de la persona humana insustituible”.

La vocación de la familia

  • La vocación de la familia deriva de la indisolubilidad del matrimonio. “La indisolubilidad del matrimonio no es un yugo para los hombres, sino un don”.
  • “El matrimonio y la familia expresan de modo especial que el ser humano ha sido creado a imagen y semejanza de Dios, y, con ello, que “la diferencia entre hombre y mujer no es por la contraposición o subordinación, sino por la comunión y la generación”.
  • Es importante la “promoción de la dignidad del matrimonio y de la familia”, en cuanto que es “comunidad de vida y amor. (…) La Iglesia doméstica basada en el matrimonio sacramental entre dos cristianos” es “principio de vida en la sociedad” y “el lugar en el que se aprende la experiencia del bien común’”.

La misión de la Iglesia hoy

  • “Es importante la formación tanto de los esposos –para que el matrimonio no sea solo un factor externo y emocional, sino también espiritual y eclesial– como del clero, para que acompañe a las familias con una maduración afectiva y psicológica”. Sin olvidar la exigencia de una “conversión del lenguaje, porque resulta efectivamente significativo”, sobre todo cuando se trata de ayudar a aquellos que viven “situaciones problemáticas y difíciles”, en las que hay que conectar “misericordia y justicia”.
  • Otra misión de la familia hoy es “hacer valer las reales instancias de la familia en la sociedad”, “sobre todo allí donde el concepto oficial de familia no coincide con el cristiano o con su sentido natural”. “Los cristianos debemos buscar crear estructuras económicas de apoyo para ayudar a aquellas familias que sufren particularmente la pobreza, el paro, la precariedad laboral, la falta de asistencia sociosanitaria, etc. Toda la comunidad eclesial debe buscar ayudar a las familias víctimas de guerras y persecuciones’”.
  • Es una misión “delicada y exigente” de la Iglesia “la misericordia y la acogida” a “familias heridas”, acompañada, sin embargo, por “la presentación clara de la verdad del matrimonio”. “La misericordia más grande es decir la verdad con amor. Vayamos más allá de la compasión. El amor misericordioso atrae y une, transforma y eleva, invita a la conversión”.
  • Para los divorciados no vueltos a casar se anima a la creación de centros de escucha diocesanos, y que se ayude a los hijos, sin omitir “el camino del perdón y de la reconciliación, si es posible”. Para los divorciados vueltos a casar, se pide “una profunda reflexión”, teniendo en cuenta un principio importante: “Un acompañamiento pastoral misericordioso que, sin embargo, no deje duda de la verdad de la indisolubilidad del matrimonio enseñada por el mismo Jesucristo. La misericordia de Dios ofrece al pecador el perdón, pero busca la conversión”.
  • Una “vía penitencial” puede ofrecerse a los divorciados vueltos a casar que practican la continencia y que “podrán acceder también a los sacramentos de la Penitencia y la Eucaristía, pero evitando provocar escándalo”. También puede seguirse una práctica tradicional que permitía a los sacerdotes escuchar la confesión de los divorciados vueltos a casar, dando la absolución solo a aquellos que se proponían cambiar de vida.
  • Los homosexuales deben ser acogidos “con respeto y delicadeza”, evitando injusta discriminación, pero “no existe fundamento alguno para asimilar o establecer analogías, ni la más remota, entre las uniones homosexuales y el diseño de Dios sobre el matrimonio y la familia”.
  • No al aborto ni a la eutanasia, y sí a la apertura a la vida como “una exigencia intrínseca del amor conyugal. (…) [Hay que] promover la cultura de la vida frente a la siempre difusa cultura de la muerte”, así como una “enseñanza adecuada sobre los métodos naturales para la procreación responsable”, redescubriendo el mensaje de la Humanae Vitae. Se anima también a la adopción de niños como “forma específica de apostolado familiar”.
  • “Los padres son los primeros responsables de la educación humana y religiosa de sus hijos” y la tarea de la Iglesia es animarlos y apoyarlos “en la participación vigilante y responsable” de los programas educativos.

La Relación concluye exhortando a la Iglesia a “convertirse y ser más viva, más personal, más comunitaria”, testigo de la “más grande misericordia” de Dios.

Índice de la relación introductoria del relator general

INTRODUCCIÓN

1. LA ESCUCHA DE LOS DESAFÍOS DE LA FAMILIA

1.1 Contexto sociocultural.
1.2 Cambio antropológico: fuga de las instituciones.
1.3 Inestabilidad institucional
1.4 Individualismo y subjetivismo
1.5 Aspectos biológicos y culturales

2. EL DISCERNIMIENTO DE LA VOCACIÓN FAMILIAR

2.1 Familia y pedagogía divina
2.2 Jesús y la familia: la indisolubilidad don y tarea
2.3 La familia imagen de la Trinidad
2.4 La familia en el Magisterio de la Iglesia
2.5 La dimensión misionera de la familia
2.6 La indisolubilidad del matrimonio y la alegría del vivir juntos
2.7 El proyecto del Creador y el matrimonio natural
2.8 Misericordia hacia la familia herida: misión de la Iglesia
2.9 Misericordia y verdad revelada

3. LA MISIÓN DE LA FAMILIA HOY

3.1 Familia y evangelización
3.2 Familia, formación e instituciones públicas
3.3 Familia, acompañamiento e integración eclesial
3.4 Familia, procreación, educación
3.5 La responsabilidad procreadora
3.6 La vida humana ministerio intangible
3.7 El desafío de la educación y el papel de la familia en la evangelización

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