Los obispos catalanes frente a Novell: “No nos planteamos una conferencia episcopal propia”

La Tarraconense había consensuado no hacer declaraciones; el obispo de Solsona pide el voto para los independentistas

Imagen de archivo de los obispos catalanes en la Conferencia Episcopal Tarraconense (2012)

Imagen de archivo de la Conferencia Episcopal Tarraconense. De izquierda a derecha: Taltavull, Novell, Sáiz Meneses y Piris

RUBÉN CRUZ / JOSÉ LORENZO | Los obispos catalanes han manifestado su “desacuerdo” con la misiva elaborada por el obispo de Solsona, Xavier Novell, en tanto que consideran que no refleja el sentir general de la Conferencia Episcopal Tarraconense ni se corresponde con la manera que en los últimos años, meses y semanas han afrontado el debate soberanista en las diferentes reuniones y encuentros que han mantenido, y en los que este tema se ha puesto sobre la mesa. Novell sería pues, a los ojos del resto de prelados catalanes, “un verso suelto” pero que, aseguran, no rompe la comunión del episcopado catalán, que prefiere mantener la máxima de acompañar a su pueblo en estos tiempos difíciles y no abanderar propuesta concreta alguna.

La semana previa a la celebración de las elecciones autonómicas del 27-S en Cataluña ha tenido una elevada tensión por las posibles consecuencias políticas y económicas que tendría el triunfo de los partidarios de la secesión. Pero la hipotética independencia de Cataluña, ¿qué efectos tendría a nivel eclesial? ¿Habría que crear una Conferencia Episcopal Catalana, o continuaría ligada a la Conferencia Episcopal Española (CEE)? “No nos planteamos una conferencia episcopal propia porque sería hacer pastoral-ficción”, reconoce un obispo catalán a Vida Nueva.

La idea del episcopado catalán era no hacer declaraciones al respecto, porque “en casos como este, el de Flandes, Padania o Escocia, el Papa nos recomienda ir con 40 pinzas”, dice uno de los pocos obispos que se atreve a descolgar el teléfono. Sin embargo, Novell ha decidido tirarse a la piscina apostando por una opción concreta –Junts pel Sí-, pese a que uno de sus hermanos en el episcopado tiene claro que “no nos toca a los pastores decidir la configuración futura del Estado español. Esto es una tarea de los laicos”, subraya.

El precedente de Cañizares

De hecho, los obispos de la Tarraconense se reiteran en la posición mostrada tanto en el documento dado a conocer el 7 de septiembre como en la nota que hicieron público el pasado miércoles después de que el cardenal Antonio Cañizares, como arzobispo de Valencia, llamara a los fieles a “rezar por España y su unidad” en una vigilia mañana viernes en la catedral. Frente a esta invitación, los obispos catalanes quisieron apearse del debate político apelando a “la legitimidad moral de todas las opciones políticas”.

Asimismo, el cardenal Lluís Martínez Sistach, en la homilía con motivo de la celebración de la solemnidad de la Madre de Dios de la Merced, introdujo uno de los párrafos de la nota aprobada por unanimidad el pasado 7 de septiembre y que no estaba en una primera versión: “No corresponde a la Iglesia proponer una opción concreta, pero sí que defienden la legitimidad moral de todas las opciones políticas que se basen en el respeto a la dignidad de las personas y de los pueblos, y que busquen con constancia la paz, la solidaridad y la justicia”.

Sin embargo, en la última nota firmada por Nobert Miracle, vicesecretario de la Tarraconense, se apunta que “los obispos diocesanos tienen en sus respectivas diócesis la responsabilidad propia e inmediata de acompañar y orientar a sus fieles”. Son estas últimas líneas del comunicado a las que se aferra Novell para escribir la carta pastoral que ha disgustado a sus hermanos en el Episcopado. Desde la CEE han decidido guardar silencio, pero admiten la “sorpresa” que ha generado en el seno de la Iglesia el documento del obispo de Solsona.

“Legitimidad de las posiciones nacionalistas”

Eso sí, remiten a la Instrucción Pastoral Orientaciones morales de la situación actual de España, de noviembre de 2006. En ella, se recoge que “la Iglesia reconoce, en principio, la legitimidad de las posiciones nacionalistas que, sin recurrir a la violencia, por métodos democráticos, pretendan modificar la unidad política de España. Pero enseña también que, en este caso, como en cualquier otro, las propuestas nacionalistas deben ser justificadas con referencia al bien común de toda la población directa o indirectamente afectada”.

El punto 76 de la instrucción pastoral de alguna manera justificaría la vigilia de oración promovida por el cardenal Cañizares en tanto que invita a “elevar oraciones a Dios en favor de la convivencia pacífica y la mayor solidaridad entre los pueblos de España, por caminos de un diálogo honesto y generoso, salvaguardando los bienes comunes y reconociendo los derechos propios de los diferentes pueblos integrados en la unidad histórica y cultural que llamamos España”.

Sin embargo, las tesis de Novell quedarían fuera y le dejarían en una situación delicada ante la Santa Sede -al igual que sor Lucía Caram y Teresa Forcades-, pues como apunta el punto 74, “los Obispos nos sentimos obligados a exhortar a los católicos a proceder responsablemente, de acuerdo con los criterios mencionados en los párrafos anteriores, sin dejarse llevar por impulsos egoístas ni por reivindicaciones ideológicas”. Hay que recordar también que algunos de estos puntos de la instrucción pastoral fueron rechazados por algunos obispos catalanes, que finalmente votaron en contra.

 

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