Proyecto Avizor: la pobreza, expulsada del hemiciclo

Esta iniciativa controla la actividad parlamentaria relativa al desarrollo y los Derechos Humanos

Congreso de los Diputados

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RAMIRO VIÑUALES Y MIRIAM SEGOVIA (Centro de Investigación y Estudios sobre Coherencia y Desarrollo)

Una de las grandes preocupaciones sociales de estos últimos meses en España y en el seno de la Unión Europea está siendo cómo enfocar y hacer frente de una forma justa, eficaz y coordinada a la problemática de la inmigración en el Mediterráneo. Miles de refugiados están llegando a nuestras costas con el fin de huir de la emergencia humanitaria en la que se encuentran en países como Siria, Libia o Nigeria. ¿Cómo estamos gestionando la acogida y el respeto a los derechos humanos de estas personas?

Desgraciadamente, la crisis de los refugiados en el Mediterráneo no es un problema aislado, sino uno de tantos desafíos a los que nos enfrentamos como sociedad global: sin ser exhaustivos, la inseguridad alimentaria, las consecuencias del cambio climático o la incidencia de enfermedades infecciosas en países en desarrollo, son algunos ejemplos que podemos citar.

Precisamente, para saber qué respuesta política se está dando y qué están haciendo nuestros políticos ante estos retos, desde el Centro de Investigación y Estudios sobre Coherencia y Desarrollo (CIECODE) pusimos en marcha el Proyecto Avizor. Este promueve una mayor transparencia y control ciudadano de los diputados en relación con la reducción de la pobreza y la promoción de un desarrollo internacional justo y sostenible.

Para ello, hace un seguimiento y evaluación de lo que los parlamentarios presentan y debaten en el Congreso de los Diputados. Además, para incentivar y promover su compromiso político con la justicia global, entrega anualmente el Premio al Diputad@ del Año. Por ahora, las diputadas Laia Ortiz, del Grupo de la Izquierda Plural (2012 y 2013), e Irene Lozano, del Grupo UPyD (2014), han sido las galardonadas.

A pesar de que estas diputadas son ejemplos de representantes políticos comprometidos con las causas de la pobreza y el respeto a los derechos humanos, después de tres años de vigilancia y tras haber analizado más de 2.200 iniciativas parlamentarias de esta legislatura, podemos decir que el Congreso de los Diputados no está respondiendo a los retos de la pobreza y el desarrollo internacional.

Seis de cada diez veces que se han planteado iniciativas parlamentarias con potencial impacto en países en desarrollo, han ignorado la repercusión sobre estos o directamente han planteado opciones políticas cuyo impacto es negativo. Así, por ejemplo, durante 2014, siete de cada diez veces que se ha hablado del ébola en el Congreso, ha sido para plantear inquietudes relacionadas con el impacto doméstico de la epidemia, sin mencionar la crisis humanitaria y el sufrimiento al que ha dado lugar en los países de África Occidental.

A esta falta de sensibilización de nuestros políticos en el Congreso se suma una ausencia de cumplimiento por el Gobierno de las orientaciones que se aprueban en nuestro Parlamento. De las 120 propuestas de orientación al Ejecutivo con potencial impacto en el desarrollo aprobadas por el Congreso, el Gobierno ha incumplido el 77% de las mismas.

Este problema no afecta solo a la rendición de cuentas, sino que le lleva a incoherencias como, por ejemplo, hacer campaña por los Derechos Humanos ante el Consejo de Seguridad de la ONU o por la abolición de la pena de muerte a nivel mundial, cuando aquí no se es capaz de cumplir el compromiso de renovar el II Plan Nacional de Derechos Humanos o de aprobar el Plan de Empresa y Derechos Humanos.

Migración internacional

No todo es tan negativo. Precisamente, las cuestiones sobre migraciones internacionales están siendo en esta legislatura el ámbito con mayor actividad parlamentaria dentro de los temas a los que da seguimiento el Proyecto Avizor. De hecho, ha incrementado el enfoque pro-desarrollo del 14% en 2013 al 57% en 2014. Parece que la vulneración de derechos de las personas en las fronteras de Ceuta y Melilla, la situación de los CIE, así como el refugio y asilo de personas procedentes de países como Siria o Libia inquietan y preocupan a nuestros representantes.

Aun así, todavía queda mucho camino por recorrer. A día de hoy, hay 234 diputados que aún no han hecho una sola aportación con un enfoque favorable a la lucha contra la pobreza. El Congreso de los Diputados puede ser un actor clave en la configuración de las políticas para acabar con la pobreza, pero, para ello, es necesario que haya políticos comprometidos y responsables, así como ciudadanos informados y exigentes.

En el nº 2.956 de Vida Nueva.

 

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