La Europa fortaleza frena la acogida a refugiados

Fracasada la cumbre de “emergencia” de la UE, Eslovaquia se desmarca y afirma que solo aceptaría a cristianos

Refugiados

La Europa fortaleza frena la acogida a refugiados [extracto]

MIGUEL ÁNGEL MALAVIA | Con un fracaso. Así se cerró, el día 14 en Bruselas, la cumbre de “emergencia” de la Unión Europea (UE) para consensuar la acogida de los miles de refugiados que cada día cruzan nuestras fronteras. La cerrada posición de Hungría, Polonia, República Checa y Eslovaquia frustró un acuerdo en el que Alemania exigía que cada país aceptara las cuotas impuestas la semana pasada por la Comisión Europea.

La canciller alemana, Angela Merkel, hizo causa común con Austria y reclamó al Consejo Europeo la convocatoria de otra reunión extraordinaria. En su alocución ante los medios, apeló a “recuperar el espíritu europeo”, esgrimiendo que “las amenazas no son el camino adecuado para la unidad”. Para ello, reclamó que se estudie la posibilidad de sancionar a los estados que se nieguen a cumplir los acuerdos alcanzados.

Por una “solución común”

A las pocas horas, Cáritas Europa emitió un comunicado en el que mostró su decepción y se dijo “profundamente frustrada por la incapacidad de los responsables europeos para llegar a una solución común. Esta incapacidad demuestra claramente que Europa está perdiendo definitivamente su brújula, como alertó el papa Francisco a la UE durante su discurso ante el Parlamento en noviembre el año pasado”. Este fracaso “no solo prolonga de manera innecesaria el sufrimiento de los cientos de miles de migrantes”, sino que también “pone en peligro la esencia misma de Europa como un proyecto común basado en la solidaridad, la democracia y la libertad”.

“Cáritas Europa –continúa el mensaje– está convencida de que hay muchas y buenas soluciones para esta crisis. Soluciones que están al alcance de la mano solo si existe voluntad política para ello”. Así, concreta su llamada y ofrece cuatro grandes acciones a seguir. La primera sería “establecer vías eficientes, legales y seguras para entrar en Europa”, para lo que son imprescindibles “el reconocimiento del estatus de refugiados y la concesión de visados humanitarios”, así como “la ampliación de la reunificación familiar y la puesta en marcha de programas de reasentamiento adaptados a las necesidades reales”. Otra medida clave es fomentar “la integración social sostenible a través de la laboral y la educación”.

Las dos siguientes estrategias van enfocadas a lo que ocurre más allá de las fronteras de la Unión, donde tiene su germen esta crisis. Así, hay que “contribuir a garantizar que las condiciones de vida en los campos de refugiados” en Turquía, Jordania o Líbano sigan “un mayor desarrollo humano, incluyendo actividades escolares y de tiempo libre para niños, educación de adultos y reinserción en los mercados de trabajo locales”. Finalmente, es imprescindible “invertir en medidas diplomáticas y políticas para poner fin a la guerra y conseguir una paz sostenible”.

Si hay algo que ha despertado un especial malestar en varias delegaciones nacionales, es la posición de Eslovaquia, que se ha descolgado afirmando que solo aceptaría acoger a refugiados cristianos, cuando la mayoría de los provenientes de Siria o Irak son musulmanes. En declaraciones a la BBC el pasado 20 de agosto, el ministro de Interior eslovaco, Ivan Metik, ya reconoció que “podríamos acoger a 800 musulmanes, pero no tenemos ninguna mezquita en Eslovaquia. ¿Cómo se van a integrar los musulmanes si no les va a gustar estar aquí?”.

Vigilias por las víctimas de la guerra

Convocadas por Cáritas, Justicia y Paz, la Comisión Episcopal de Migraciones, CONFER y el Sector Social de la Compañía de Jesús, este sábado 12 se celebraron, en numerosas diócesis de toda España, vigilias de oración por las víctimas de la guerra en Siria y en el resto de países de donde huyen los refugiados. Este día 19 se sumarán otras más con sus respectivas celebraciones. En la de Madrid, celebrada en el seminario diocesano, el arzobispo Carlos Osoro fue contundente en su alocución: “No podemos vivir estas llamadas angustiosas como un ataque a nuestras cuotas de bienestar, ni podemos alimentar el discurso del miedo al diferente. Europa debe responder de forma humanitaria, coordinada, conjunta y generosa a este gran desafío”. En la vigilia de Bilbao, en la parroquia de los jesuitas, su pastor, Mario Iceta, denunció que este no es tiempo de “demagogias, improvisaciones, oportunismos o emotivismos que no mueven a obrar”. Por contra, reclamó “audacia y valentía” para encontrar soluciones reales.

En el nº 2.956 de Vida Nueva.

 

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