Francisco acaba con el embudo de las nulidades matrimoniales

La comisión vaticana, que lo ha aprobado por unanimidad tras un año de estudio, reconoce que puede haber “resistencias”

Pio Vito Pinto, presidente de la comisión

Pio Vito Pinto, presidente de la comisión

Las nulidades matrimoniales de Francisco: gratuitas y más rápidas [extracto]

DARÍO MENOR (ROMA) | Cambia el proceso canónico para conseguir la nulidad matrimonial. Con dos motu proprio (texto magisterial), uno dedicado a los católicos de rito latino y otro a los orientales, el papa Francisco agiliza y simplifica estos procedimientos que, hasta ahora, han contribuido al alejamiento de la fe de tantos fieles a causa de la distancia “física y moral de las estructuras jurídicas de la Iglesia”, como lamenta en Mitis Iudex Dominus Iesus.

Este texto, junto a su hermano oriental, Mitis et misericors Iesus, fueron publicados el martes 8 de septiembre por el Vaticano y entrarán en vigor a partir del próximo 8 de diciembre. El Pontífice responde así a la demanda que le hicieron obispos de todo el mundo en el Sínodo sobre la Familia de octubre de año pasado, en el que hubo unanimidad sobre la necesidad de cambiar estos procedimientos. La reforma acaba con la necesidad de que haya una doble sentencia para declarar nulo un matrimonio, instituye los juicios rápidos presididos por obispos, simplifica la composición de los tribunales y pide la gratuidad de estos procesos.

Convirtiendo en ley lo que ya manifestó en noviembre de 2014 durante un encuentro con miembros de la Rota romana, Jorge Mario Bergoglio insta a las conferencias episcopales a que las nulidades no supongan un desembolso para los fieles interesados. “Junto a la cercanía del juez, deben ocuparse de que se asegure la gratuidad de los procedimientos”, les dice el Papa a los episcopados, pidiéndoles a la vez que garanticen una retribución “justa y digna” a los abogados y demás trabajadores de los tribunales. De esta manera, la Iglesia se muestra a los feligreses “como una madre generosa en una materia estrechamente ligada a la salvación de las almas, manifestando el amor gratuito de Cristo, que nos ha salvado a todos”.

El Papa sustenta su reforma en el trabajo de la comisión presidida por monseñor Pio Vito Pinto, decano de la Rota romana, que durante un año ha estudiado cómo renovar el proceso de nulidad matrimonial respetando siempre “el principio de indisolubilidad del vínculo matrimonial”, como se deja claro en el preámbulo de Mitis Iudex Dominus Iesus. Los dos motu proprio son fruto de las deliberaciones de un grupo de expertos –entre los que se encontraba el arzobispo jesuita español Luis Francisco Ladaria Ferrer, secretario de la Congregación para la Doctrina de la Fe–, “que pueden estar equivocados, pero que son honestos”, reconoció Vito Pinto. “Hemos discutido, votado y todo al final se ha aprobado por unanimidad.

El Santo Padre se ha sentido confortado por esta conclusión”. El decano de la Rota romana aseguró que la puesta en marcha de los cambios “no será fácil” e incluso no descartó que surjan “resistencias”. La voluntad por servir a los pobres, entre quienes colocó a los divorciados, es el objetivo que motiva la reforma de Francisco, insistió Vito Pinto, pidiendo que los obispos sean tanto “jueces” como “padres”.

Sería válida una sentencia

La novedad más significativa de Mitis Iudex Dominus Iesus es la abolición de la doble sentencia obligatoria para poder considerar un matrimonio nulo, como ocurría hasta ahora. Bastará, pues, con el fallo en primer grado, siempre que las dos partes lo acepten. Si no es así, se respeta el derecho a apelar la decisión del tribunal. En caso de que el juez considere que la apelación solo tiene como objetivo prolongar los tiempos, puede confirmar sin más dilación lo decidido en primera instancia. Otro de los cambios sustantivos es la creación de procesos breves: quedan reservados a los obispos diocesanos, quienes ejercerán en ellos como jueces, y a los casos en que las dos partes estén convencidas de que la unión era nula y presenten pruebas evidentes de ello. Debe celebrarse como muy tarde un mes y medio después de la convocatoria de los participantes.

La otra gran innovación introducida por el motu proprio permite la constitución de tribunales formados por un solo clérigo, quien, eso sí, debe apoyarse en dos asesores aprobados por el obispo diocesano, con conocimientos jurídicos y con una manifiesta vida cristiana. Con todos estos cambios, como dijo el cardenal Francesco Coccopalmerio, presidente del Pontificio Consejo para los Textos Legislativos, los procesos de nulidad matrimonial se verán “acelerados” en la medida de lo posible, pero respetando siempre “su naturaleza de búsqueda de la verdad”.

En el nº 2.955 de Vida Nueva.

 

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