Las nulidades matrimoniales de Francisco: gratuitas y más rápidas

El Papa reforma el proceso actual a través de dos cartas motu proprio

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Parejas de recién casados profesan sus votos en la Basílica de San Pedro

M. PÉREZ | El papa Francisco, a través de dos cartas motu proprio que han sido dadas a conocer en la mañana de hoy martes 8 de septiembre, ha reformado el proceso canónico relacionado con las causas de declaración de nulidad matrimonial, tanto en el Código de Derecho Canónico de la Iglesia latina, como en el Código de los Cánones de las Iglesias orientales, a fin de hacerlas más ágiles y más baratas. Toda una declaración de intenciones en la que se asegura la gratuidad del proceso, a tan solo un mes del Sínodo de la Familia.

Estas dos cartas motu proprio de Francisco se titulan Mitis Iudex Dominus Iesus, sobre el Código de Derecho Canónico de la Iglesia latina; y Mitis et misericors Iesus, sobre el Código de los Cánones de las Iglesias orientales.

Respetando el principio de indisolubilidad del matrimonio, se simplificarán y agilizarán los procesos de verificación de nulidad matrimonial, eliminando el requisito de la doble sentencia o segundo grado de juicio conforme para las declaraciones de nulidad matrimonial en que haya acuerdo entre ambas partes. En tal caso de haber acuerdo, será el vicario judicial el encargado de realizar una “investigación rápida” sobre el matrimonio, y el obispo de la Diócesis de referencia podrá declarar la nulidad.

Además, Francisco ha pedido que los tribunales eclesiásticos que garanticen la “gratuidad del proceso”, de la misma manera que “la Iglesia, mostrándose madre generosa en una materia tan ligada a la salvación de las almas, garantiza el amor gratuito de Cristo, a través del cual todos somos salvados”.

Comisión de estudio

En septiembre del 2014, cuando se constituyó la Comisión especial para la reforma del proceso matrimonial católico presidida por Pio Vito Pinto (decano del Tribunal de la Rota Romana), el Papa les pidió propuestas que “simplifiquen los trámites, haciéndolos más ágiles y salvaguardando el principio de indisolubilidad del matrimonio”. Al mismo tiempo, Francisco les urgió a evitar que “se entremezclen intereses espirituales y económicos: eso no es de Dios”.

Esta mañana, cinco miembros de dicha Comisión han acompañado a Pio Vito Pinto, durante la exposición del nuevo proceso de nulidad: Francesco Cocopalmerio (presidente del Pontificio Consejo de los Textos Legislativos), Dimitrios Salachas (exarca apostólico de Atenas para los católicos griegos de rito bizantino), Luis Ladaria Ferrer, S.J. (secretario de la Congregación para la Doctrina de la Fe), Alejandro W. Bunge (prelado auditor de la Rota Romana) y el P. Nikolaus Schoch (promotor de Justicia sustituto del Supremo Tribunal de la Signatura Apostólica).

Durante el Sínodo Extraordinario para la Familia celebrado el pasado año, hubo propuestas sobre cómo acelerar las nulidades. En líneas generales, los participantes coincidieron en torno a la necesidad de que el proceso debería ser más asequible para aquellas personas que desearan realizarlo. Ahora, estas dos cartas motu proprio suponen toda una declaración de intenciones por parte de Francisco de cara a XIV Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos, que tendrá lugar el próximo mes bajo el título La vocación y la misión de la familia en la Iglesia y en el mundo contemporáneo.

El caso español

Hasta el momento, un juicio por nulidad en primera instancia en nuestro país costaba 800 euros (con la posibilidad de pagar a plazos, de un descuento de hasta un 33% para personas con cargas, así como de gratuito patrocinio para personas que, por su situación, estén exentas de pagar). A ello se añadiría la prueba pericial (400 euros) y los patronos estables, esto es, los abogados sacerdotes que el tribunal eclesiástico pone a disposición de las partes (en la Archidiócesis de Madrid son gratuitos, pero otros tribunales tasan sus honorarios). Además, la duración oscilaba entre ocho meses y un año en primera instancia, y de cuatro a seis meses en segunda, si se confirmaba por decreto. [A fondo: La nulidad no es cosa de ricos]

Información ampliada en el próximo número de Vida Nueva.

 

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