El obispo de Cádiz no da permiso al transexual para ser padrino de bautismo

Tras consultar al Vaticano, considera que Álex no lleva “una vida conforme a la fe”

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MATEO GONZÁLEZ ALONSO | La Iglesia de Cádiz ha sido noticia de forma persistente este verano a raíz de la petición de un transexual de ser padrino en el bautismo de su primer sobrino. Se trata de Álex Salinas Callealta, quien, desde febrero de 2014, figura como varón en el registro civil. Álex, de 21 años, acudió el pasado mes de julio a la parroquia de San José Artesano, en San Fernando (Cádiz), y, tras un primer encuentro con el párroco, Lázaro Albar, pareció no haber ningún impedimento, según la versión del joven.

Tras una serie de consultas hechas en la curia diocesana, el párroco le comunicó que la transexualidad del propuesto como padrino parecía incompatible con el canon 874 del Código de Derecho Canónico, el que expone los requisitos para los padrinos y que exige a quien vaya a ejercer como tal que “sea católico, esté confirmado, haya recibido ya el santísimo sacramento de la Eucaristía y lleve, al mismo tiempo, una vida congruente con la fe y con la misión que va a asumir”. Por su parte, le invitó a que “participara de algún modo como padrino espiritual, pudiendo animar y ayudar en la vida de fe al bautizando”, según una nota informativa del Obispado de Cádiz y Ceuta en la que se señala que esta decisión se le trasladó al joven desde el primer momento.

El 6 de agosto, el párroco nuevamente establece contacto con Salinas para comunicarle que, tras examinar detenidamente el caso, ha habido “confusión”, ya que no existe una normativa eclesial respecto a estos casos concretos. El propio joven acogía muy favorablemente la decisión y las explicaciones del párroco y agradeció las más de 36.000 firmas recogidas a través de una campaña, ya que “esta victoria no solo es importante para mí y para mi familia, también es un paso histórico para otros muchos transexuales que somos católicos”.

A la espera de un prometido encuentro con el obispo de la diócesis, Rafael Zornoza, fijado para este mes de septiembre, y dado por concluido el debate social, el mismo día 1, la diócesis emitía otro comunicado en el que nuevamente rectificaba, ahora en sentido contrario.

Aludiendo a una consulta a la Congregación para la Doctrina de la Fe, y “ante la confusión provocada entre algunos fieles”, el obispo es claro en su conclusión: “Sobre este particular le comunico la imposibilidad de que se le admita”, ya que “resulta evidente que esta persona no posee el requisito de llevar una vida conforme a la fe y al cargo de padrino”, tal como pide el Derecho Canónico, aclara citando al organismo vaticano. El comunicado señala también que estas razones son “objetivas” –“su conducta es contraria a la naturaleza del hombre”– y están en “consonancia con el Magisterio de la Iglesia” y del papa Francisco, quien en el pasado mes de enero recibió al transexual de Plasencia Diego Neria Lejárraga.

Zornoza también hace referencia directa a la encíclica Laudato si’, en la que se afirma que “la valoración del propio cuerpo en su femineidad o masculinidad es necesaria para reconocerse a sí mismo en el encuentro con el diferente” (nº 155).

Este último comunicado concluye señalando que, fiel a su misión, la Iglesia “acoge a todas las personas con caridad queriendo ayudar a cada uno en su situación con entrañas de misericordia, pero sin negar la verdad que predica, que a todos propone como un camino de fe para ser libremente acogida”.

Finalmente, la familia del joven ha decidido no bautizar al recién nacido como reacción a esta última postura manifestada por el obispado andaluz.

“Desde niño he seguido a la Iglesia”

La primera negativa del obispado supuso una cascada de declaraciones y apoyos de numerosas organizaciones. Carla Antonelli, diputada del PSOE en la Asamblea de Madrid y única diputada transexual de España, no dudó en calificar la decisión como “falta de respeto absoluta”, “daño gratuito”, elemento de “odio” y “discriminación”. El propio Álex Salinas creó una petición en las redes sociales presentándose como creyente –“desde niño he seguido a la Iglesia, uno de los días más importantes de mi vida fue mi primera comunión y, siempre que el trabajo y las obligaciones me lo han permitido, he acudido a misa”, asegura– y recordando que “el papa Francisco ha tenido varios gestos hacia la comunidad transexual, como cuando citó en audiencia privada a un transexual español a comienzos de este año”. Esta decisión, para el obispado, no es discriminatoria; simplemente vela “por el propio bien del bautizado”.

En el nº 2.954 de Vida Nueva.

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