Pedro Velasco: “Estamos en manos de narcotraficantes y corruptos”

Pedro Velasco, dominico español en Bañado Sur, Paraguay

Dominico español en Bañado Sur (Paraguay)

Pedro Velasco, dominico español en Bañado Sur, Paraguay

NICOLÁS MIRABET, enviado especial al viaje apostólico | Con un acento marcadamente español, el dominico Pedro Velasco camina por las calles de tierra colorada del Bañado Tacumbú, uno de los tantos bañados (terrenos bajos cercanos al río Paraguay que suelen inundarse con frecuencia) del Bañado Sur. Oriundo de León, con 69 años de edad, 50 de consagrado y 46 de sacerdote, está instalado en Asunción desde hace 40 años.

Párroco de San Felipe Santiago, atiende también cuatro capillas, un centro comunitario con diversas actividades y la vida de las casi 10.000 personas que viven en el Bañado Tacumbú. Por si fuera poco, durante los preparativos para recibir al Papa en Paraguay, luchó para que en la visita que Francisco realizó el domingo 12 por la mañana al Bañado Norte “pudieran participar los bañadenses”.

PREGUNTA.- ¿Cómo se gestó la idea de que el papa Francisco visitara el Bañado Norte?

RESPUESTA.- Es un misterio cómo se armó la visita del Papa al Paraguay. Yo creo que su visita a nuestro barrio fue una inquietud del propio Papa, porque si hubiera sido por decisión del Gobierno o de la jerarquía de la Iglesia paraguaya, Francisco no habría pasado por aquí. El Gobierno procura tapar todo lo que implique visibilizar los problemas de uno de los países latinoamericanos donde sufrimos más injusticia, más estancamiento social y donde se habla de democracia, pero nunca se lleva a cabo. Estamos en manos de corruptos y narcotraficantes. Cuando nos visitó Juan Pablo II en 1988, la situación del país era mucho más dura. Creo que esta vez la riqueza de esta visita es el papa Francisco en sí mismo.

P.- ¿Se imaginó que algún papa podía visitarlos?

R.- Me pareció natural tratándose de Francisco; sentí una alegría muy grande. Con la visita del Papa, todo Paraguay vibró. Es un pueblo muy cristiano, sobre todo los sectores más humildes. Con su gesto de visitar al Bañado Norte, los bañadenses se sintieron honrados, porque habitualmente a ellos se les discrimina, se les olvida, se les desprecia.

P.- ¿La Iglesia no pudo insistir para que hubiera más participación de la gente?

R.- Yo creo que pudo, pero no lo hizo porque no le sale. La jerarquía eclesial paraguaya hoy es muy poco cercana a la problemática social de estos tiempos. Así, había conformado parte de este programa que, para un Papa profeta como Francisco, era un programa light. Venir aquí es un gesto que se encarna dentro de la dinámica del Papa: acercarse a las personas que son víctimas y sufren, como lo hizo al comienzo de su pontificado con los inmigrantes africanos en Lampedusa. La visita a los bañados es una interrogación a la sociedad paraguaya: ¿qué hacemos con estas víctimas? Porque los bañados, la reforma agraria que no se hace, la falta de trabajo, la ausencia de políticas sociales son parte de una corrupción generalizada en donde el dinero se queda en algunos bolsillos y no llega al pueblo. Creo que la presencia del papa Francisco fue fuerte, muy dura, pero sumamente amable y amigable, capaz de decir las verdades más grandes, pero sin necesidad de ofender.

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En el nº 2.950 de Vida Nueva

 

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