Lluís Martínez Sistach: “Francisco nos plantea sueños posibles”

El cardenal arzobispo de Barcelona publica ‘La pastoral de las grandes ciudades’

Lluís Martínez Sistach, cardenal arzobispo de Barcelona

JOSÉ BELTRÁN. Fotos: JESÚS G. FERIA | Una evangelización enraizada en las calles, en las plazas, entre los pasos de peatones y los atascos. Así nace La pastoral de las grandes ciudades, la obra editada por el cardenal arzobispo de Barcelona, que recoge las actas de del I Congreso Internacional de Pastoral de las Grandes Ciudades, celebrado en Barcelona en mayo de 2014. Con motivo de la presentación de este libro, Vida Nueva mantiene una conversación con Lluís Martínez Sistach que tiene como punto de partida y estación de destino las dificultades y posibilidades que ofrecen las grandes concentraciones urbanas –y, por tanto, sus periferias– para el anuncio del Evangelio.

La pastoral de las grandes ciudades está publicado en castellano por PPC, en catalán por Claret y en italiano por la Libreria Editrice Vaticana.

PREGUNTA.- ¿Dios está en el metro?

RESPUESTA.- Dios está en las personas que buscan justicia, que dan sentido a la vida, quienes buscan la verdad y quieren hacer las cosas de otra manera, los que buscan ayudarse, quienes están al servicio de los más necesitados… En las visitas pastorales, cuando vas a las casas con dificultades y te encuentras con un enfermo, descubres inmediatamente que siempre tiene alguien a su lado. Ahí está Dios. También en toda esa gente que intenta parar los desahucios, que intentan evitar que le quiten la vivienda a alguien. Hay muchas manifestaciones de su presencia, más de las que nos pensamos. Muchas veces no lo vemos, pero habita dentro del corazón. Nos llevaríamos más de una sorpresa si las personas confesaran si sienten o no esta presencia; de alguna manera, también rezan. Por eso estamos llamados a evangelizar en las grandes ciudades.

presentación en Madrid de La pastoral de las grandes ciudades, libro del cardenal Sistach 14 julio 2015

Abrazo entre Osoro y Sistach en la presentación en Madrid del libro del cardenal

P.- Ante estas situaciones de deshumanización de las grandes urbes que se denuncian en el libro, ¿desde la Iglesia se está dando la talla para atenderlas?

R.- A veces no nos sentimos impotentes, pero sí con la falta de fuerzas suficientes y los medios necesarios para hacer frente a todas estas realidades. Y no solo le sucede a la Iglesia, también le ocurre a la Administración, que no es capaz de llegar a todo. Al menos, intentamos estar cerca de las personas. Pensemos en Cáritas, en las parroquias, en cómo toda la Iglesia ha respondido ante esta crisis económica. A veces ves cómo alguien te pide trabajo y nosotros no tenemos trabajo para ofrecerle, pero lo que tenemos, tenga por seguro que lo damos. Quizá tendríamos que concienciarnos más con el llamamiento del Papa para evangelizar a los pobres en la línea de Pedro: “Oro y plata no tengo, pero lo que tengo te lo doy”. Este mensaje de Dios da sentido a la vida y puede curar muchas enfermedades espirituales y materiales que aparecen en las megalópolis.

P.- Parroquias en medio de estas ciudades inhóspitas. ¿Acaban deshumanizándose?

R.- No creo que nuestras parroquias estén deshumanizadas. Están haciendo un trabajo interesante para crear nuevas comunidades. El problema es que en las ciudades las personas acaban haciendo una vida individualista, alejándose los unos de los otros, con la familia lejos, sin relación con los vecinos… Esto hace que incluso a los cristianos que van a misa, en estas ciudades, les cueste darse la mano en el momento de la paz porque no se conocen, porque lamentablemente no han podido formar comunidad. Tienen la misma fe, pero hay un pensamiento previo de identidad que les separa. Aun así, las parroquias todavía representan un refugio para el grupo.

P.- El Papa respalda este proyecto pastoral. Este carácter profético le está costando resistencias en el seno de la Iglesia… ¿Cree que podrá llevar a cabo todas las reformas que tiene entre manos?

R.- El Papa confía mucho en Dios y es muy valiente. Él ha marcado el programa de la Iglesia en la Evangelii gaudium y lo irá plasmando. O mejor, lo tenemos que ir haciendo entre todos. Tiene dos cualidades muy importantes unidas: habla de lo que interesa a la gente y lo habla con un lenguaje que entiende la gente. Estos dos elementos no siempre se dan, y él los tiene. Hay mucha gente entusiasmada con el Papa, dentro y fuera de la Iglesia.

P.- A veces da la sensación de que el entusiasmo es mayor fuera que dentro…

R.- No creo. Dentro hay muchas personas que aman al Papa. Primero, porque quieren al obispo de Roma, sea quien sea. En segundo lugar, porque ha caído muy bien. Nos dice cosas que son necesarias en la Iglesia, nos plantea cambios y sueños que son posibles. Pero también hay que tener claro que aquello que no se puede cambiar en la Iglesia, él no lo cambiará nunca. Francisco nunca cambiará la doctrina de la Iglesia.

Seguir leyendo (solo suscriptores)

En el nº 2.950 de Vida Nueva

 

LEA TAMBIÉN:

Compartir