Francisco en Caacupé: “Las mujeres paraguayas, con gran valor y abnegación, han sabido levantar un país derrotado por la guerra”

papa Francisco reza ante la estatua de la Virgen de Caacupé en el Santuario de Paraguay 11 julio 2015

El Papa oficia una misa en el Santuario mariano a las afueras de Asunción

papa Francisco reza ante la estatua de la Virgen de Caacupé en el Santuario de Paraguay 11 julio 2015

El Papa reza ante la Virgen de Caacupé

M. PÉREZ | La primera misa del papa Francisco en el último país de su viaje a América Latina, Paraguay, ha estado dedicada por completo a la figura de la mujer. En el Santuario mariano de Caacupé, en las afueras de Asunción, no ha dudado en comparar a las mujeres paraguayas con la Virgen María, afirmando que “cuando todo parecía derrumbarse, junto a María se decían: No temamos, el Señor está con nosotras, está con nuestro Pueblo, con nuestras familias, hagamos lo que Él nos diga”.

Cientos de miles de peregrinos de Paraguay, Argentina y Brasil han pasado la noche del viernes al sábado entre rezos, cantos y con pocas horas de sueño frente al santuario de la Virgen de los Milagros de Caacupé, un poblado situado a 50 km de Asunción, donde el papa Francisco ha oficiado su primera misa multitudinaria en el país.

Una misa centrada por completo en la figura de la Virgen, “la Madre que ha estado a nuestro lado en tantas situaciones difíciles”, y en cómo María ha acompañado siempre al pueblo paraguayo.

“Este Santuario [Caacupé], guarda, atesora, la memoria de un pueblo que sabe que María es Madre y ha estado y está al lado de sus hijos. Ha estado y está en nuestros hospitales, en nuestras escuelas, en nuestras casas. Ha estado y está en nuestros trabajos y en nuestros caminos. Ha estado y está en las mesas de cada hogar. Ha estado y está en la formación de la Patria, haciéndonos Nación. Siempre con una presencia discreta y silenciosa. En la mirada de una imagen, estampita o medalla. Bajo el signo de un rosario, sabemos que no vamos solos”.

De un modo especial, Francisco se ha dirigido a las “mujeres y madres paraguayas, que con gran valor y abnegación, han sabido levantar un País derrotado, hundido, sumergido por la guerra. Ustedes tienen la memoria, la genética de aquellas que reconstruyeron la vida, la fe, la dignidad de su Pueblo”.

“Como María,- ha afirmado-, han vivido situaciones muy pero muy difíciles, que desde una lógica común sería contraria a toda fe. Ustedes al contrario, al igual que María, impulsadas y sostenidas por su ejemplo, siguieron creyentes, inclusive esperando contra toda esperanza. Cuando todo parecía derrumbarse, junto a María se decían: No temamos, el Señor está con nosotras, está con nuestro Pueblo, con nuestras familias, hagamos lo que Él nos diga. Y allí encontraron ayer y encuentran hoy la fuerza para no dejar que esta tierra se desmadre.”

“Dios bendiga ese tesón, Dios bendiga y aliente su fe, Dios bendiga a la mujer paraguaya, la más gloriosa de América”, ha concluido Bergoglio.

Tierno encuentro con niños y jóvenes enfermos

Dos horas antes, el papa Francisco había visitado el Hospital Pediátrico “Niños de Acosta Ñu”. Un encuentro íntimo, que ha contado solamente con la presencia de los familiares de los pacientes y los profesionales del hospital, ya que tanto periodistas como fotógrafos de varios medios han permanecido fuera, por disposición de la organización.

Tras visitar el hospital, Bergoglio habló brevemente desde la entrada ante el público. Un mensaje tuvo como centro a los más pequeños, a quienes puso de ejemplo a seguir. “Este es un hospital donde muchos chicos sufren, y yo quiero decirles a ustedes, mamás y papás, que rezo por ustedes y rezo por sus hijos, para que la Virgen esté muy cerca de ustedes, para que Jesús les dé la salud a sus hijos y para que ustedes tengan esa fuerza y esa constancia que solamente tienen las mamis y papis”, afirmó Francisco.

“Para Jesús los chicos son muy importantes, a tal punto que nos dice a todos los grandes que ustedes en su corazón deben hacerse como los chicos para llegar al reino de los cielos”.

Antes de despedirse, dijo tanto a pacientes como a familiares que “siempre reza por ellos”, para que tengan “la fuerza y la constancia que tienen solamente los padres y las madres”.

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