El Quijote que rescató el sur de Quito

La Fundación Tierra Nueva atiende a medio millón de personas de los barrios más pobres de la capital de Ecuador

Fundación Tierra Nueva (Quito, Ecuador)

Fundación Tierra Nueva (Quito, Ecuador)

JOSÉ BELTRÁN (enviado especial a ECUADOR) | No baja del diez en sus notas. Viendo sus cuadernos, dibujos y exámenes, uno puede vislumbrar un futuro para José Guamán, pero sobre todo, un presente que no espera. Desde que la Fundación Tierra Nueva entró en su vida, la distrofia en la médula espinal ha dejado de ser un obstáculo para ir a la escuela e integrarse como un alumno más. La parálisis ya no es un obstáculo. Y todo, gracias a esta entidad que nació de la mano del P. José Carollo, fallecido en 2005 y conocido como el “constructor de Quito Sur”.

Cuando la capital de Ecuador acogió en los años 70 de forma vertiginosa un éxodo rural de todo el país, las infraestructuras resultaban insuficientes. La invitación que Francisco hizo en la Plaza de la Independencia para que “ninguno sea descartado o excluido” fue la máxima por la que trabajó este sacerdote italiano para acabar con las desigualdades en esta periferia real de la capital. Todo comenzó con un pequeño dispensario atendido por voluntarios y un taller de costura que le llevó a dejar su comunidad salesiana para incardinarse en la Arquidiócesis de Quito.

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Taller de ebanistería con discapacitados

El tiempo avaló esta decisión. Su empuje y creatividad se traduce hoy en la atención a cerca de medio millón de personas en intervención directa, que superan el millón de forma indirecta con su presencia en el ámbito sanitario, educativo y de la protección social. Sin embargo, a pesar de estas cifras, que les ha convertido en una de las fundaciones con más peso del país, no les ha llevado a institucionalizarse, sino a aumentar su compromiso en lo cotidiano y lo pequeño.

Esta apuesta por los menores con dificultades se traduce también en dos centros para jóvenes con diferentes grados de discapacidad intelectual. Vicky Rosas abre a Vida Nueva las puertas de la escuela taller que coordina y donde jóvenes de entre 15 y 25 años aprenden a ser autónomos a través de un oficio: artesanía, carpintería… ¿El objetivo? La plena inserción laboral, como ha logrado Bryan, de 28 años, que trabaja a media jornada en el centro de mayores de la Fundación, donde residen 60 ancianos sin recursos. “Muchos de ellos llegan aquí sin saber lavar un plato porque en su casa temen que puedan hacerse daño. Ya ves cómo son capaces…”, explica Vicky mientras varios adolescentes friegan tras el almuerzo y otros tantos elaboran pompones para una alfombra.

La Fundación Tierra Nueva participó en el encuentro de Francisco con la sociedad civil de Ecuador el pasado 7 de julio. “Me encantaría haberle dicho que le respaldamos totalmente en todas las reformas que está haciendo y en su apuesta por una Iglesia abierta. En estos momentos difíciles para él, necesitamos que sepa que le apoyamos”, afirma Gloria Dávila, directora ejecutiva de la Fundación. “Francisco transparenta una Iglesia que estaba en la oscuridad. Sabíamos que no estábamos equivocados, como algunos nos hicieron saber. Hoy, la Iglesia de los pobres es una Iglesia liberadora que está más viva”.

Reportaje completo solo para suscriptores

En el nº 2.949 de Vida Nueva.

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