Comienza su viaje por América Latina, que durará hasta el próximo 13 de julio
Francisco, junto a Rafael Correa, en su llegada al aeropuerto Mariscal Sucre de Quito
M. PÉREZ | Tras un vuelo de 13 horas, el papa Francisco aterrizó en Quito en la tarde de ayer domingo, a las 14.44 hora local (21.44 horas en España). A su llegada al aeropuerto Mariscal Sucre, fue recibido por el presidente de Ecuador, Rafael Correa; junto a autoridades políticas y religiosas del país, y la Orquesta Sinfónica Juvenil que tocó los himnos del país y el Vaticano, en una ceremonia de bienvenida donde pronunció su primer discurso. Francisco instó a fomentar “el diálogo y la participación sin exclusiones”, en un país sacudido desde hace un mes por las manifestaciones a favor y en contra del Gobierno. La capital de Ecuador es la primera parada en su gira latinoamericana, que lo llevará también a Bolivia y Paraguay.
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“Vengo como testigo de la misericordia de Dios y de la fe en Jesucristo”, expresó el papa Francisco a su llegada a Ecuador, “la misma fe que durante siglos ha modelado la identidad de este pueblo y dado tan buenos frutos, entre los que destacan figuras como santa Mariana de Jesús, el santo hermano Miguel Febres, santa Narcisa de Jesús o la beata Mercedes de Jesús Molina, beatificada en Guayaquil hace treinta años durante la visita de san Juan Pablo II”.
El abrazo con Correa
Tras el recibimiento por parte del presidente Rafael Correa con un fuerte abrazo, Franscisco exhortó a buscar en el Evangelio “las claves que nos permitan afrontar los desafíos actuales, valorando las diferencias, fomentando el diálogo y la participación sin exclusiones, para que los logros en progreso y desarrollo que se están consiguiendo se consoliden y garanticen un futuro mejor para todos, poniendo una especial atención en las minorías más vulnerables, que son la deuda que todavía toda América Latina tiene”.
El Pontífice también pidió Correa que ponga una “especial atención” en los “hermanos más frágiles”, pues “los pobres son la deuda que todavía toda América Latina tiene”, exclamó.
En una calurosa acogida en la que miles de ecuatorianos se agolpaban en las calles de Quito, Francisco dijo abrazar “al Ecuador entero”, y les deseó “que desde la cima del Chimborazo, hasta las costas del Pacífico; desde la selva amazónica, hasta las Islas Galápagos, nunca pierdan la capacidad de dar gracias a Dios por lo que hizo y hace por ustedes, la capacidad de proteger lo pequeño y lo sencillo, de cuidar de sus niños y de sus ancianos, que son la memoria de su pueblo”.
La visita a Ecuador, que tendrá como eventos destacados las misas Guayaquil y Quito y el encuentro con Rafael Correa, finalizará el miércoles 8 de julio, día que se trasladará a La Paz (Bolivia) para continuar con su periplo por América Latina.
Saludos a España, Venezuela y Colombia
Cuando el avión de la compañía italiana Alitalia en el que Francisco viajaba se encontraba en el espacio aéreo de España, Venezuela y Colombia, el Pontífice remitió tres telegramas a las autoridades de los países que sobrevolaba, un acto habitual en los viajes pastorales de los papas.
“Me es grato enviar un cordial saludo a vuestra majestad Felipe VI y a la reina, y renovar mi afecto y cercanía al pueblo español, para el que pido al Señor copiosas gracias y un creciente progreso espiritual y social en pacífica convivencia”, reza el telegrama remitido a España.
En el telegrama venezolano, Francisco expresaba a Nicolás Maduro su “afecto y cercanía por el pueblo venezolano”, deseando que progrese “cada día más en solidaridad y pacífica convivencia”.
Al presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, Francisco le deseaba “una prosperidad creciente y una convivencia pacífica” para su pueblo, “que lo hagan progresar en los valores humanos y espirituales que le caracterizan”.
El Papa también visitó la cabina del avión A330 en el que viajaba, y saludó a los 75 periodistas de todo el mundo que le acompañaron durante el vuelo papal.
