‘Una segunda madre’: actrices que engendran vida

Fotograma de la película 'Una segunda madre'

J. L. CELADA | La fructífera relación que mantienen las madres con el cine viene de lejos. No solo porque hayan alumbrado tantos y tantos nombres que han ennoblecido este oficio, sino porque ellas son las más consumadas expertas en el arte de interpretar, de hacer de tripas corazón y capear los muchos temporales que amenazan el frágil equilibrio familiar. Penúltima representante de esta larga estirpe es Val (Regina Casé metida en la piel de un personaje adorable), la interna que trabaja en casa de un acaudalado matrimonio brasileño y que se ha convertido también en Una segunda madre para su hijo.

Así se titula, justamente, el nuevo largometraje de la paulista Anna Muylaert, elogio al empeño de una mujer que busca recuperar los años perdidos y el cariño de su hija biológica (Helena Albergaria) sin desatender sus obligaciones domésticas. La llegada a la ciudad de la joven, en vísperas de sus exámenes, se presenta como el momento propicio para limar ese alejamiento de más de una década. Sin embargo, más allá de la relación que se establece entre ambas y que alterará la rutina laboral de la progenitora, la presencia de una invitada tan especial –con su inteligencia y descaro– es la mejor aliada de la directora para denunciar las diferencias de clase que arrastra la sociedad de su país.

La historia deshoja algunos de esos verbos conjugados con maternal porfía: (mal)criar, mimar, encubrir, defender o criticar (eso sí, cada cual a sus vástagos). Y, sobre todo, arremete sin retóricas contra quienes ironizan a cuenta de las aspiraciones de los pobres, a los que –como la señora a su fiel criada– ordenan más que escuchan y no dudan en humillarlos con elegante desprecio.

Fotograma de la película 'Una segunda madre'Una crítica sutil pero contundente, a la que Muylaert pone imágenes sirviéndose de situaciones ya conocidas y de objetos no menos comunes, aunque provistos aquí de una interesante carga simbólica. Si una escalera traza la frontera entre el hogar de la protagonista y su lugar de trabajo, un juego de café o un colchón nuevo establecen los límites entre un regalo y una limosna, otorgando el valor real a cada gesto y poniendo en su sitio a amos y sirvientes. Si un helado encarna la educación debida –¿y sincera?– a cuantos comparten techo, la piscina de la vivienda es testigo de una discriminación milenaria minutos antes de transformarse en escenario de un feliz acto de rebeldía.

Mientras todo esto sucede, madre e hija desnudan sus sentimientos (de orgullo, de vergüenza…), camino de una meta en forma de promesa: “Un día vas a entender a tu madre”; sus penas y sus alegrías, sus desvelos y sus sueños… Porque Una segunda madre es el retrato –a veces cómico, a ratos triste, siempre tierno– de una heroína que sabe hacer de la necesidad virtud; y de su maternidad, un ejercicio de resistencia, superación y entrega. Esta hermosa película nos descubre que madres y actrices comparten una misma vocación: engendrar vida. Aunque a menudo intercambien sus papeles.

FICHA TÉCNICA

Título original: Que horas ela volta?

Dirección y guión: Anna Muylaert.

Fotografía: Bárbara Álvarez .

Música: Fabio Trummer, Vitor Araújo.

Producción: Caio Gullane, Fabiano Gullane, Débora Ivanov, Gabriel Lacerda, Anna Muylaert.

Intérpretes: Regina Casé, Helena Albergaria, Michel Joelsas, Camila Márdila, Karine Teles, Lourenço Mutarello .

En el nº 2.948 de Vida Nueva

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