Lo califican como de “trágico error que perjudica el bien común”
Celebración en la Corte Suprema (Washington) tras la aprobación del matrimonio gay
MARÍA PÉREZ | El pasado viernes 26 de junio, la Corte Suprema de Justicia de los Estados Unidos, máxima instancia judicial, declaró ilegales las leyes que prohibían casarse a personas del mismo sexo, aprobando así el matrimonio homosexual en los 50 Estados que conforman el país.
A través de un comunicado, la Conferencia Episcopal Estadounidense ha rechazado el reconocimiento a la unión entre personas del mismo sexo. Su presidente, el arzobispo de Louisville Joseph E. Kurtz, ha calificado esta decisión como un “trágico error que perjudica el bien común y a los más vulnerables entre nosotros, especialmente a los niños”. “La Corte se ha equivocado nuevamente: es profundamente inmoral e injusto que el Gobierno declare que dos personas del mismo sexo pueden constituir un matrimonio”, ha sentenciado.
Además, apelando a la reciente encíclica Laudato si’, del papa Francisco, Kurtz considera que “el significado único del matrimonio como la unión de un hombre y una mujer está marcado por nuestros cuerpos como hombre y mujer. La protección de este significado es una dimensión esencial de la ecología integral que el Papa nos ha llamado a promover”.
Esta decisión de la Corte Suprema afecta también a Puerto Rico, por ser un territorio regido por las leyes estadounidenses. En este sentido, el obispo de la Iglesia luterana en Puerto Rico, Felipe Lozada, avaló la resolución por entender que el matrimonio “es un derecho de todos los seres humanos”: “No estamos en contra de que se legalice el matrimonio gay, la Iglesia luterana se adapta a las situaciones que se estén dando”. Además, en declaraciones al periódico puertoriqueño El Nuevo Día, afirmó que “el pastor que quiera casar parejas gais, lo podrá hacer”.
Desde América Latina, el arzobispo de Lima, Juan Luis Cipriani, también se ha pronunciado en la cadena de televisión peruana RPP, considerando que la unión entre dos personas del mismo sexo “rompe la figura y estructura de familia que ha estado instituida desde hace siglos por Dios” y que “una tercera opción sexual atenta y destruye lo dispuesto por Dios y la Biblia”.
En el nº 2.948 de Vida Nueva.
