Laudato si’, una encíclica a muchas manos

Presentada en el Vaticano, han trabajado en ella teólogos y representantes de otras confesiones

El cardenal Peter Turkson junto a John Zizioulas

El cardenal Peter Turkson (presidente del Pontificio Consejo para la Justicia y la Paz del Vaticano) junto a John Zizioulas (obispo metropolitano de la iglesia ortodoxa griega)

MIGUEL ÁNGEL MALAVIA | Laudato si’, la segunda encíclica del papa Francisco (tras Lumen fidei, realizada a “cuatro manos” con Benedicto XVI) versada sobre la necesidad de que la humanidad asuma de un modo concreto e inapelable su responsabilidad en el cuidado de la Tierra, acaba de ser presentada a los medios en el Aula Nueva del Sínodo. La fuerte presencia mediática, que abarrotaba la estancia vaticana, ha sorprendido a Federico Lombardi, el portavoz de la Santa Sede, quien ha admitido que, “en 25 años de experiencia, nunca había visto tanta expectación ante la presentación de una encíclica”. Aunque desde este mediodía ya es pública, el jesuita ha admitido que Bergoglio envió hace dos días el texto a los obispos de todo el mundo.

Lombardi ha destacado “el gran trabajo del Papa”, pero aún más “el que no lo ha hecho solo”, sino que ha sido una labor coordinada en la que ha querido contar con muchas personas de distinta condición, incluidos representantes de otras confesiones religiosas. El cardenal Peter Turkson, presidente del Consejo Pontificio Justicia y Paz y uno de los más implicados en la preparación de Laudato si’, ha comparecido junto a Lombardi en la rueda de prensa y ha valorado especialmente que se ha tratado de un “trabajo colegiado”.

Además, ha subrayado de la encíclica los siguientes principios vertebradores: “Como dice Francisco, es posible invertir la ruta. El ser humano es capaz de intervenir positivamente en cuanto ocurre. No todo está perdido. (…) Es necesario combatir la pobreza y promover la dignidad; hay una íntima relación entre la pobreza y la fragilidad del planeta. (…) Para ello, es necesaria una crítica al nuevo paradigma y a la forma de poder que deriva de la tecnología. Se necesita la responsabilidad de la política internacional y local para promover un nuevo estilo de vida. Toda la humanidad es responsable de todos. (…) Reclamamos cambios concretos y no ideológicos, superficiales”.

Muy significativa ha sido la comparecencia de Ioannis Zizioulas, patriarca ortodoxo y metropolita de Pérgamo. Considerado uno de los grandes teólogos de la Iglesia ortodoxa, ha sido delegado del patriarca de Constantinopla, Bartolomé I, para este trabajo colegiado, siendo una persona clave en la preparación de Laudato si’.

Joachim-Schellnhuber

Joachim Schellnhuber

Así, ha alabado la audacia del texto de Francisco, “que no se limita al tema de la ecología en sí”, sino que está cargado de profundidad y entronca con la actividad política o la económica, por lo que exige “la unidad de los cristianos” a la hora de ofrecer una palabra creíble y constructiva ante tamaño reto. También ha defendido que la defensa del medio ambiente “no es romanticismo. Nace de la convicción de que entre el mundo natural y nosotros mismos hay una unidad orgánica”.

En su turno, Joachim Schellnhuber, fundador y director del Instituto para la Investigación del Impacto Climático de Postdam, ha centrado su alocución en la parte en la que el Papa aborda la responsabilidad de los más poderosos, dejando una de las sentencias más rotundas: “Los ricos son cada vez más ricos, mientras que los pobres no tienen salidas… No es la pobreza la que destruye el medio ambiente; es la riqueza, el consumo, el despilfarro”.

Carolyn-Woo

Carolyn Woo

Carolyn Woo, presidenta del Catholic Relief Services, ha remarcado que “el Papa nos pide que el futuro no dependa únicamente de la tecnología y de las fuerzas del mercado. Los valores humanos y el compromiso para servir a las personas son la clave. Los cambios han de ser desde la gente y por la gente”.

Ha cerrado la presentación la profesora y miembro activo de Sant’Egidio Valeria Martano. Conocedora directa de la situación de muchos excluidos en la periferia de Roma, ha pedido “cambiar la ruta” de la humanidad y apostar de un modo real por la justicia, la equidad y la dignidad frente al simple individualismo, siendo esos valores “el gran tesoro humano”, la “ecología integral” que demanda Francisco.

 

ESPECIAL ENCÍCLICA ‘LAUDATO SI”

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