Una reina en la periferia de las maras

Doña Letizia visita Suchitoto, en El Salvador, y conoce su pastoral

La reina Letizia con el sacerdote español Jesús Carrión

La reina Letizia con el sacerdote español Jesús Carrión

ÁLVARO DE JUANA | Nunca pensó que protagonizaría imágenes con la reina de España. Tampoco que se harían virales a través de los medios y le terminarían reconociendo en la Huelva en la que se crió y a la que se trasladó de pequeño después de nacer en Sevilla. Jesús Carrión es un sacerdote español, neocatecumenal, de 39 años, que trabaja como misionero en la pequeña ciudad colonial de Suchitoto, a 44 kilómetros al norte de San Salvador, en El Salvador. Allí es párroco de la iglesia de Santa Lucía desde hace unos años, un templo en pleno proceso de rehabilitación.

El 27 de mayo, recibieron una visita ilustre, la más “real” que se pudieran haber imaginado: la reina Letizia. Formaba parte de la agenda del primer viaje oficial en solitario de la esposa de Felipe VI, una visita centrada en los proyectos de la Agencia Española de Cooperación Internacional al Desarrollo (AECID). La iglesia de Santa Lucía, al igual que el mercado o el ayuntamiento, está siendo rehabilitada gracias a los fondos de la ayuda española.

“En 2007 vinieron también al país los reyes don Juan Carlos y doña Sofía, y uno de los sitios que visitaron fue Suchitoto. Aquí la patrona es santa Lucía, de la que tenemos en la iglesia una talla del siglo XVIII”, relata a Vida Nueva el sacerdote. “Ese día –continúa– se le hizo una ofrenda floral a la santa y los reyes conocieron la iglesia y vieron su situación. El párroco y el alcalde pidieron a los monarcas que intercedieran para ver si la parroquia podía entrar en el proyecto. Al poco tiempo, nos informaron de que nos iban a ayudar y comenzaron las obras de reforma”.

Jesús asegura que doña Letizia se mostró “muy contenta” por cómo habían avanzado las labores y su resultado. En la conversación que mantuvieron, también salió a relucir la Primera Comunión de su hija, la princesa Leonor, ocurrida justo una semana antes. “Mencionamos que su hija había hecho la comunión, y un padre regaló a Letizia una pequeña reliquia de san Juan Pablo II, un recuerdito para las hijas”, cuenta el presbítero.

Apenas cuatro días antes de la real visita, había sido beatificado Óscar Romero, el que fuera arzobispo de San Salvador. “Yo le hablé un poco de Romero –explica–, de su figura, de todo lo que había hecho, y se veía que estaba al tanto”. De hecho, pudo apreciar la devoción por el nuevo beato, pues en la parroquia, junto al altar, hay una imagen de monseñor Romero.

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En el nº 2.945 de Vida Nueva

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