El Tribunal Supremo dicta que Lleida debe entregar a Barbastro los “bienes de la Franja”

Una vitrina del Museo de Barbastro, a la espera de la talla original

Ángel Pérez Pueyo: “Nadie tiene excusas para no devolver las piezas”

Una vitrina del Museo de Barbastro, a la espera de la talla original

Una vitrina del Museo de Barbastro, a la espera de la talla original

J. LORENZO | El 3 de junio, una sentencia inapelable del Tribunal Supremo confirmaba la legitimidad del Gobierno aragonés para catalogar como patrimonio propio varios de los bienes eclesiásticos depositados en el Museo Diocesano de Lleida. Se ponía fin así a un litigio que la Generalitat de Cataluña había abierto por la vía civil después de que, en 2005, la Signatura Apostólica lo hubiese cerrado canónicamente al dictaminar que los llamados “bienes de la Franja” (113 piezas de arte religioso) debían ser devueltos por la diócesis de Lleida a la de Barbastro-Monzón.

“A partir de ahora, nadie tiene excusa para no devolver las piezas, pues la sentencia del Tribunal Supremo pone fin al litigio tanto en la vía civil como en la eclesiástica”, señaló nada más conocer el fallo Ángel Pérez Pueyo, el obispo de la sede aragonesa.

“Cuando he descubierto –añadió– los múltiples pasos de este litigio, los interminables recursos interpuestos por el Obispado de Lleida, como se desprende de las diferentes sentencias, el pretendido blindaje llevado a cabo por las autoridades civiles mediante una catalogación tardía de los bienes para que no pudiesen sacarse de Cataluña, se desvanece con esta sentencia”.

“Las colecciones deben hacerse con piezas propias, no con piezas ajenas”, añade Pérez Pueyo en un comunicado, y recuerda que la catalogación por las autoridades catalanas como “indivisible” de todo el fondo de arte del Obispado de Lleida “no tenía efectos reales más que en las piezas en las que este resultase ser el propietario, pues respecto de lo que no es propietario, deja de tener efectos jurídicos”.

Este conflicto, que ha llevado a un enfrentamiento entre dos diócesis hermanas, envenenado luego por intereses políticos, comenzó en 1995 tras la revisión de los límites territoriales de ambas diócesis, lo que llevó a que 111 parroquias aragonesas, pero que habían estado bajo jurisdicción de catalana, fuesen transferidas a la nueva diócesis de Barbastro-Monzón. Sin embargo, la valiosa colección artística quedó depositada en el Museo Diocesano de Lleida. Ahora, el Supremo ratifica que ese depósito tiene carácter provisional y no de propiedad.

Desde la diócesis catalana no se ha hecho ninguna valoración sobre el fallo. En todo caso, Pérez Pueyo cree que esta sentencia, “tan justa como brillante, pondrá fin a tantos años de litigio”.

En el nº 2.945 de Vida Nueva.

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