Velasio de Paolis: “La política activa no es para los eclesiásticos”

El cardenal advierte que Lucía Caram y Teresa Forcades se exponen a la excomunión

El líder de Podemos en Asturias saluda a la presidenta de una mesa electoral

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D. MENOR / J. LORENZO | Sin comentarios. La Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica (CIVCSVA) ha optado por el silencio ante la militancia política en Cataluña de las religiosas Teresa Forcades y Lucía Caram. Aunque algunos diarios publicaron que el secretario de la CIVCSVA, José Rodríguez Carballo, estaba siguiendo de cerca el caso, el aludido prefiere no hacer declaraciones.

El cardenal italiano Velasio de Paolis, experto en Derecho Canónico y en Vida Consagrada, subraya que será determinante para esclarecer el futuro de las dos monjas el parecer que muestren el obispo del territorio eclesiástico al que pertenecen las abadía y el convento de la benedictina Forcades y la dominica Caram, Sant Feliu y Vic, respectivamente. “Serán ellos quienes tendrán la última palabra sobre si le conceden un permiso tras estudiar si sus actividades políticas son contrarias a su estilo de vida como consagradas. Habitualmente no se conceden, aunque hay que conocer cada caso”, explica De Paolis.

El purpurado recuerda que en casos anteriores en que un eclesiástico se presentó a unas elecciones, como ocurrió con el paraguayo Fernando Lugo, su decisión supuso la reducción al estado laical. En este caso podría significar la expulsión de sus comunidades. “En principio, la política activa no es para los sacerdotes y los religiosos. Ha habido alguna excepción, pero no es lo general”, sostiene De Paolis, quien advierte que entre los castigos en caso de indisciplina está la excomunión.

Tampoco en España es fácil encontrar voces que quieran comentar abiertamente este caso. Se escudan es que es necesaria mucha prudencia y que, tras la intervención de Nunciatura, es Roma quien tiene la palabra. “Y Roma no puede permitir esto”, señala a Vida Nueva un obispo que pide el anonimato. “Implicarse personalmente asumiendo una ideología determinada es una equivocación total. Estamos al servicio de todos, no de un partido concreto. El que quiera hacerlo, que deje los hábitos”, señala este prelado.

Mayor condescendencia se encuentra en Cataluña. Un obispo, que niega que el caso haya sido objeto de reflexión en las sesiones de la Conferencia Episcopal Tarraconense, apuesta por “dejar reposar el tema” y que sean las superioras las que tomen cartas en el asunto y, si no fuese así, esperar a lo que decida la CIVCSVA. Este pastor, que también se acoge al anonimato, cree que ambos casos son diferentes. “El de Forcades es más político, el típico asunto –que también se ha dado en sacerdotes– de decidir por fin qué es lo que quiere hacer con su vida. En su convento tiene dificultades por su postura, y tampoco lo ven muy claro en Montserrat, aunque nunca lo dirán en alto”. Por contra, se muestra más comprensivo con la dominica, “a la que sí se le podrían hacer admoniciones sobre algunas de sus declaraciones”.

“Qué significa meterse en política”, se pregunta por su parte el secretario general de la Unió de Religiosos de Catalunya, Lluís Serra. Y responde, dejando puertas abiertas a la reflexión: “Los programas no son neutros. ¿Cabe situarse ante ellos con indiferencia? ¿Cabe el silencio ante derechos humanos conculcados y ante las víctimas? Tres criterios básicos: fidelidad a la propia conciencia, discernimiento personal y comunitario según el carisma y la vocación recibida, y denuncia profética y constructiva ante el abuso del poder sin entrar ni en su juego ni en su seducción. En síntesis, seguir aquí y ahora a Jesús a la luz del Evangelio y obrar de modo que nada ni nadie se anteponga al amor de Cristo”.

En el nº 2.943 de Vida Nueva.

 

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