Lucía Caram y Teresa Forcades: “No tenemos ningún proceso abierto en Roma”

Las religiosas niegan a ‘Vida Nueva’ estar expedientadas por la Santa Sede tras significarse políticamente en las elecciones

Teresa Forcades, en un acto con Ada Colau

La religiosa Teresa Forcades con Ada Colau

JORDI LLISTERRI (BARCELONA) | En Cataluña hay 5.354 monjas, aunque parezca que solo hay dos: Lucía Caram y Teresa Forcades. Y es que uno de los puntos fuertes de la recién concluida campaña electoral en Cataluña ha sido ver a sor Lucía en un acto junto a Artur Mas y Xavier Trias, de CiU, mientras criticaba en Twitter el proyecto de Ada Colau, futurible alcaldesa de Barcelona con una marca vinculada a Podemos, que respalda Forcades.

En ambos casos se ha cuestionado la compatibilidad de la vida monástica con una intensa actividad pública, mediática o política. Pero hasta aquí las coincidencias. En el caso de la dominica de Santa Clara de Manresa, Lucía Caram, una información de La Vanguardia revelaba el martes 19 que el nuncio Renzo Fratini se había dirigido a su superiora para que cesara sus apariciones públicas, especialmente críticas con el gobierno del Partido Popular. La benedictina de Sant Benet de Montserrat, Teresa Forcades, el domingo anterior había anunciado que se planteaba encabezar una lista en las próximas elecciones catalanas liderando una confluencia de movimientos sociales y de izquierda. Las dos cuentan a Vida Nueva su situación.

Advertidas y amenazadas

Lucía Caram ha denunciado que lo que ha llevado al nuncio a exigirle silencio son las presiones del Gobierno (cosa que el ministro Jorge Fernández Díaz negó) y de algunos sectores de la Iglesia. Pero insiste: “No tengo ningún proceso abierto”. Lo que hay es una carta reciente de Fratini dirigida a la priora en la que le pide “que me invite a un silencio mediático”. Desde otros frentes, el monasterio sí ha recibido amenazas: “Hasta llamaron diciendo que eran de la Congregación para la Vida Consagrada, cosa que no era real, amenazando con cerrar el convento si no callaba”.

A Teresa Forcades tampoco le consta ningún problema con la Santa Sede, “de momento”, apostilla. En 2009, antes de cualquier implicación política, sí tuvo una carta de la Congregación para la Vida Consagrada pidiéndole retractarse por un artículo sobre el aborto.

Lo que ahora ha hecho la religiosa, tras dos años promoviendo un movimiento político, es plantear a su comunidad la intención de concurrir en una lista electoral sin colgar los hábitos. “Hay hermanas que no ven clara mi implicación política y otras sí”. La mayoría consideró que no era compatible dar el paso y ella tiene claro que “si no lo ve mi comunidad, no voy a hacerlo siendo monja”.

Artículo íntegro solo para suscriptores

En el nº 2.943 de Vida Nueva.

 

LEA TAMBIÉN:

Compartir