Más de 3.000 personas piden renovación en la Iglesia de Bilbao

Puesto en marcha el V Plan Diocesano de Evangelización

V Plan Diocesano de Evangelización de Bilbao

El PDE pide procesos donde los jóvenes sean protagonistas

VICENTE LUIS GARCÍA (BILBAO) | En septiembre de 2014, la Diócesis de Bilbao puso en marcha su V Plan Diocesano de Evangelización (PDE), un proceso de reflexión que ha implicado a más de 3.000 personas a lo largo de este curso para diseñar las líneas maestras de lo que se quiere que la Iglesia sea en Vizcaya.

Entre las necesidades prioritarias que el PDE ha detectado, y al que ha tenido acceso Vida Nueva, destacan: fortalecer el sentido de pertenencia a la Iglesia (“todos la formamos, cada uno con su carisma”); salir a la calle, estar en las redes sociales, el compromiso social y político (“la Iglesia se tiene que hacer presente fuera de los templos”); lograr una mayor implicación con los desfavorecidos (“Jesús es denuncia de injusticia”); buscar un cambio en el papel de la mujer en la Iglesia (“con acceso a tareas de responsabilidad”); aumentar los espacios de oración (“actualizando el lenguaje de la liturgia y adecuando los rituales a nuestro tiempo y cultura”); formar sacerdotes más pastores que gestores; lograr que la voz de la Iglesia se oiga; y aprovechar las estructuras donde están los jóvenes para proponer procesos de evangelización en los que se sientan protagonistas (“hay que estar donde están ellos”).

Cheli Turrillas, laica de la Unidad Pastoral de Deusto, y participante en este proceso deliberativo, considera que el PDE “se presenta como oportunidad para ver y sentir una Iglesia viva, con ganas de revisar viejos modos de hacer”. Para el salesiano Abel Domínguez “fue sorprendente y estimulante descubrir que un PDE no nace en los despachos, sino a través de un camino que se inicia removiendo los corazones de cada creyente implicado en el discernimiento”.

Los participantes también constatan que este PDE muestra un “hambre de renovación, de cortar con un pasado del que nos avergonzamos”. No en vano, Turillas afirma que “a menudo a la Iglesia, como institución, se le cuestiona su credibilidad como consecuencia de los graves problemas que se van arrastrando a lo largo de los años”. Esta laica sostiene que, “como creyentes, es difícil entender cómo la Iglesia ha pasado por alto ciertas cuestiones que resultan insoportables”. Por eso, “otro tiempo nuevo se está abriendo con el papa Francisco: con su mensaje y gestos de sencillez y cercanía, resulta más creíble y auténtico. Es un signo de esperanza para los creyentes, y de expectación para los no creyentes”.

En el nº 2.942 de Vida Nueva.

Compartir