La Asamblea debate sobre las desigualdades y la “globalización de la indiferencia”
DARÍO MENOR (ROMA) | Cáritas Internationalis tiene un nuevo presidente: el cardenal filipino Luis Antonio Tagle, arzobispo de Manila, quien fue elegido en la 20ª Asamblea General de esta organización caritativa de la Iglesia católica, celebrada del 12 al 17 de mayo en Roma. Sucesor del purpurado hondureño Óscar Andrés Rodríguez Maradiaga, Tagle agradeció por teléfono el nombramiento a los representantes de más de 160 Cáritas locales.
“Tengo capacidades limitadas, pero con todos vosotros, con el amor que Jesús ha puesto en nuestros corazones y en nombre de todos los pobres del mundo, acepto la elección”, dijo el purpurado filipino, animando a que “juntos reforcemos la Iglesia de los pobres” para llevar al mundo a un nuevo escenario en el que primen “el entendimiento, la justicia, la verdadera libertad y la paz”.
Fue además nombrado un nuevo tesorero, el austríaco Alexander Bodmann, mientras que fue reelegido como secretario general el francés Michel Roy, quien destacó que el Banco Mundial ha pedido colaborar con Cáritas Internationalis.
A diferencia de asambleas generales anteriores, esta vez la reunión comenzó con una eucaristía presidida en la basílica de San Pedro por el papa Francisco, un gesto celebrado por los participantes. “Empezar con esta misa nos motivó mucho”, explicó Sebastián Mora, secretario general de Cáritas Española. “El Santo Padre nos regaló algunas ideas esenciales sobre la dimensión social de la evangelización como centro integral de la evangelización misma. No es algo aledaño o aleatorio, es un componente esencial junto a la dimensión profética y litúrgica”, comentó por su parte el sacerdote costarricense Francisco Hernández Rojas, coordinador regional de Cáritas América Latina y el Caribe.
El cardenal Maradiaga con el papa Francisco
En su homilía, Francisco alabó la labor de esta organización. “Es la Iglesia presente en muchas partes del mundo y todavía debe lograr mayor difusión incluso en las diferentes parroquias y comunidades, para renovar lo que sucedió en los primeros años de la Iglesia”, dijo, ubicando su raíz en “la acogida, sencilla y obediente, de Dios y del prójimo”. “Si se quita esa raíz, Cáritas muere”, advirtió.
Pidió a sus miembros que no se conviertan en trabajadores de una “simple organización humanitaria” y que sirvan a los hombres “en nombre de Cristo”, viendo a cada uno como un “hermano y hermana”. “Quien vive la misión de Cáritas no es un simple agente, sino un testigo de Cristo –subrayó Francisco–. Una persona que busca a Cristo y se deja buscar por Cristo, una persona que ama con el espíritu de Cristo, el espíritu de la gratuidad, de la entrega. Todas nuestras estrategias y planificaciones se quedan vacías si no llevamos en nosotros este amor”.
El Papa recordó que no hay “Cáritas grandes y Cáritas pequeñas”. “Todas son iguales”, remarcó. Como en otras ocasiones y en otros ámbitos, Bergoglio mostró su gusto por la descentralización: “Pidamos al Señor la gracia de no caer en el engaño de creer que un centralismo bien organizado sea el camino; la gracia de entender que Cáritas está siempre en la periferia, en cada Iglesia particular; y la gracia de creer que Cáritas central es solo de ayuda, servicio y experiencia de comunión, pero no es el jefe de todas las demás”.
La época pos, según Gutiérrez
Bajo el lema Una sola familia humana, cuidando de la Creación, la Asamblea de Roma se ocupó en sus conferencias, plenarias y grupos de trabajo de cómo proteger a las personas de las consecuencias del cambio climático, del aumento de las desigualdades y de la “globalización de la indiferencia” denunciada por Francisco.
Entre los ponentes del encuentro, destacó el peruano Gustavo Gutiérrez, uno de los padres de la Teología de la liberación, quien realizó una conferencia titulada ‘Iglesia pobre para los pobres’.
Durante la presentación de la Asamblea General ante los medios, Gutiérrez recordó que esta corriente teológica “nunca fue condenada por la Santa Sede”, aunque existió un diálogo “muy crítico” al respecto, y aseguró que, pese a que nos encontramos “en la época pos” (“postsocialista, poscapitalista, posindustrial”), el mundo aún no entró en una fase “pospobreza”. De la pobreza es, precisamente, de lo que se ocupa “el 90% de la Teología de la liberación”. Francisco ha hecho ver a los fieles que la opción preferencial por los pobres es “una cuestión teológica”, remarcó, diciendo con cierta sorna que, al leer la Biblia, lo que uno encuentra son “pobres, no teólogos”.
Participantes en la Asamblea General
Durante su conferencia en la Asamblea, Gutiérrez insistió en este tema explicando cuál es el papel que debe desarrollar Cáritas: “¿En qué consiste la evangelización? En compartir la realización de la Palabra de Dios y de su Reino. Muchos dicen que no tienen nada que compartir, cuando se puede valorar al otro, dar afecto, compartir una sonrisa, escucharle. Cáritas es compartir el mensaje, comunicarlo; nadie puede decir que no tiene nada para compartir, esto es imposible”.
Tras denunciar las “estructuras sociales y económicas” que marginan a las personas y provocan la pobreza, el teólogo peruano insistió en la importancia de la justicia como “primer paso” de la caridad. “No confundamos la legalidad con la justicia, no siempre la legalidad es justa”, advirtió.
A buena parte de los asistentes, como a Hernández Rojas, la conferencia de Gutiérrez les entusiasmó. “Puso los contenidos de la Asamblea en la misma perspectiva que la Evangelii gaudium, partiendo del Concilio Vaticano II y del magisterio de los documentos de la Iglesia latinoamericana, en los que la opción preferencial por los pobres fue un tema central”, comentó el coordinador regional de Cáritas América Latina y el Caribe.
Este sacerdote costarricense también celebró el nombramiento del Tagle como presidente: “Viene de un país pobre, nos parece que su lectura teológica está encaminada desde la dimensión de los empobrecidos y que tiene sensibilidad para tener una perspectiva eclesial que responda a ellos de forma preferencial”.
El secretario general de Cáritas Española apuntó, por su parte, tres motivos que explican la elección del purpurado filipino. “Primero, porque es un hombre con un perfil muy amable, muy comunicativo, muy líder. Segundo, por su compromiso con los pobres, que ya venía impulsando. Y tercero, porque es cardenal y tiene una interlocución más directa con la Santa Sede y con el Papa. Eso siempre ayuda”.
A Mora, la Asamblea General le sirvió para aprender de las experiencias de otros países sobre la importancia de que “las personas empobrecidas sean el sujeto de su historia”. “Ver cómo los hermanos latinoamericanos y africanos empoderan en las poblaciones a las personas empobrecidas supone una enseñanza clave”, comentó.
Mauricio López Oropesa, secretario ejecutivo de la Red Eclesial Panamazónica y de Cáritas Ecuador, explicó que la mayor riqueza que se llevaba de vuelta a su tierra era la toma de conciencia de que “cada uno responde a contextos diversos, pero todos estamos unidos en un proyecto conjunto”. “Se siente una comunión muy grande, una esperanza de que se puede trabajar juntos de manera mancomunada”, aseguró, confesando que había aprendido mucho de las Cáritas más pequeñas. “Con pocos recursos –añadió– están dando un gran servicio a los más necesitados. La idea de proyectos está ya bastante superada, ahora vamos hacia una visión de proceso”.
Romero será nuevo beato y patrono
Cáritas Internationalis tiene un nuevo patrono: el arzobispo salvadoreño Óscar Arnulfo Romero, asesinado en odio a la fe en 1980 y cuya beatificación tendrá lugar el 23 de mayo en San Salvador. Lo eligieron los delegados presentes en la 20ª Asamblea General celebrada en Roma, destacando que dio su vida como mártir en defensa de la dignidad de los pobres y de las personas marginadas.
Gregorio Rosa Chávez, arzobispo auxiliar de San Salvador y amigo personal del prelado asesinado, considera que el nuevo beato representa un modelo a seguir para todos los operadores de Cáritas: “Romero encarna cuatro cosas: la opción por los pobres, la lucha por la justicia, la defensa de la vida humana y el ser voz de los que no la tienen”.
En el nº 2.942 de Vida Nueva
