El Papa bendice la Biblia de la Iglesia en América

_AD79430_opt

 

 

La presidencia del CELAM entrega a Francisco el NT de este gran proyecto editado por PPC

El papa Francisco ya tiene en sus manos el Nuevo Testamento de la Biblia de la Iglesia en América (BIA), el gran proyecto editorial realizado por el Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM) y financiado por el Episcopado estadounidense. El presidente del CELAM, el mexicano Carlos Aguiar Retes, arzobispo de Tlalnepantla, y el secretario general, el chileno Santiago Silva Retamales, obispo auxiliar de Valparaíso, entregaron al Pontífice una copia de esta primera parte de la BIA en una audiencia celebrada el 6 de mayo en la Domus Santa Marta, la residencia vaticana donde vive Jorge Mario Bergoglio. En el encuentro participó Aurelio Matos, director general global de la editorial PPC, encargada de la publicación del Nuevo Testamento de la BIA y editora de Vida Nueva.

Carlos Aguiar, Santiago Silva y Aurelio Matos con el papa Francisco

Carlos Aguiar, Santiago Silva y Aurelio Matos con el papa Francisco

Para Francisco, ver la primera parte de esta traducción de la Biblia realizada por y para los hispanohablantes de toda América supuso recoger “un fruto esperado”. “Lo valoró enormemente y se comprometió a leer pasajes bíblicos junto con sus notas de este Nuevo Testamento y hacernos saber su parecer”, explicaron Aguiar Retes y Silva Retamales tras la audiencia con el Papa, que duró unos 45 minutos. En su conversación, también hablaron sobre la situación del CELAM y la próxima asamblea general, en la que se elegirá a una nueva presidencia. Por ello, Aguiar Retes y Silva Retamales le entregaron una memoria explicativa de las actividades y las gestiones realizadas durante el tiempo que han estado al frente de este organismo.

Francisco valoró los recursos y el tiempo invertidos en este proyecto iniciado hace diez años. “En lo que más insistió fue en la importancia que tiene la Palabra de Dios en la formación y seguimiento de Jesucristo por parte de todo cristiano. Sin ella no hay conocimiento de Jesucristo ni amor hacia Él ni a los hermanos”, contaron el presidente y el secretario general del CELAM. A juicio de ambos, la BIA representa el momento de “madurez bíblica” y el “empuje de la nueva evangelización” que ha alcanzado la comunidad eclesiástica en América Latina. “Es una Iglesia que cada vez más quiere salir al mundo con el anuncio de la Palabra. Traducir la Biblia y ofrecerla a familias, hombres y mujeres del continente nos hace una ‘Iglesia en salida’”.

Accesible en lectura y precio

Aguiar Retes y Silva Retamales hablaron con el Papa sobre los destinatarios de la BIA y sus traductores, algunos de los cuales Francisco conocía. También trataron la posibilidad de confeccionar los leccionarios a partir de este texto bíblico para el servicio litúrgico de las conferencias episcopales. Igualmente, mostraron la importancia de que la Palabra llegue a todo el Pueblo de Dios “de modo accesible no solo en cuanto al dinero se refiere, sino también accesible en su lectura”. Para la cúpula del CELAM, esta iniciativa coloca a la comunidad cristiana latinoamericana “a la vanguardia”. “Nunca se había afrontado un desafío de tamaña importancia pastoral como la traducción de la Sagrada Escritura hecha por latinoamericanos y para latinoamericanos”, destacaron, agradeciendo la “indispensable ayuda”, especialmente financiera, brindada por el Episcopado estadounidense, que ha acompañado de forma permanente el proceso de traducción. De hecho, el proyecto de la BIA nació porque la Conferencia Episcopal de los Estados Unidos quería contar con una Biblia en lengua española para la comunidad hispanohablante que reside en aquel país.

Para el presidente y el secretario general del CELAM, siempre ha estado claro que la BIA no debía “ocupar el puesto que otras biblias tienen en la alimentación de la fe de tantos cristianos”, sino complementarlas, de modo que “la riqueza de todas las biblias que hoy utilizamos contribuya a un testimonio de Jesús más actual y valiente”. Ambos relataron que, durante la conversación con el Papa, se produjo un momento divertido: después de que el Pontífice les pidiera que “hicieran lío”, hablaron sobre cómo traducir esta expresión a otras lenguas distintas al español.

Matos agradeció la deferencia de Francisco al recibirles y destacó su trato “dulce y amable”, así como la gran atención con la que siguió las explicaciones de la BIA.

II. LA PALABRA DEL MESÍAS EN GALILEA *

1. El primer anuncio de Jesús de Nazaret ◊

Me envió a llevar la Buena Noticia a los pobres

Mt 4,12-17; 13,53-58; Mc 1,14-15; 6,1-6

papa_francisco_bia14 Jesús volvió a Galilea llevado por la fuerza del Espíritu, y su fama se divulgó por toda esa región. 15 Enseñaba en las sinagogas de ellos y era elogiado por todos. 16 Fue a Nazaret, donde se había criado, y, según su costumbre, entró un sábado en la sinagoga y se puso de pie para hacer la lectura. 17 Le entregaron el volumen de Isaías, el profeta, y –al desenrollarlo– encontró el texto donde estaba escrito: 18 El Espíritu del Señor está sobre mí, porque me ha ungido para anunciar la Buena Noticia a los pobres, me ha enviado a proclamar la liberación a los cautivos y la vista a los ciegos, a dejar en libertad a los oprimidos, 19 y a proclamar un año de gracia del Señor. 20 Cuando enrolló el volumen, lo entregó al ayudante y se sentó. Todos en la sinagoga lo miraban con atención. 21 Y comenzó a decirles: «Esta lectura que acaban de oír se ha cumplido hoy».


4,14-30. El Espíritu Santo conduce a Jesús para que proclame ante el pueblo cuál es la misión que Dios le ha encomendado. Ante todos los que están en la sinagoga de Nazaret, en medio de su gente, por tanto, Jesús explica que en él se cumple un pasaje de Isaías en el que se presenta al designado por Dios al que el Espíritu Santo lo unge para que cumpla la función de profeta (Is 42,1-4), llevando a los pobres la buena noticia de que Dios otorga la liberación y el perdón a todos. Para presentar la misión de Jesús, Lucas omite de Is 61,1-2 (ver Lc 4,18-19) la parte que se refiere al «día de la venganza de nuestro Dios» (Is 61,2), porque el tiempo de Jesús es tiempo de misericordia, no de venganza. Además, a la cita de Isaías, Lucas añade dos promesas más: Dios dará la vista a los ciegos (42,7) y la libertad a los oprimidos (58,6). Is 42,7 (ver Lc 4,18) pertenece al primer poema del Siervo del Señor, descrito como «mi elegido», en quien Dios se complace, porque «he puesto en él mi espíritu» (Is 42,1). Esta profecía se cumple en Jesús, el Siervo fiel y obediente de Dios, que ha sido ungido con el Espíritu Santo en su bautismo y en quien Dios se complace. Jesús es también ungido como un rey, y su misión es anunciar y llevar a cabo el año de gracia, es decir, el año del jubileo, en el que se perdonaban las deudas y se liberaba a los presos y esclavos (Lv 25,8-17).

Tomado de Nuevo Testamento – Biblia de la Iglesia en América, PPC, 2015, página 197

Darío Menor. Roma

Compartir