Editorial

El liderazgo moral del papa Francisco

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EDITORIAL VIDA NUEVA | Cuando Estados Unidos y Cuba anunciaron hace unos meses el comienzo del deshielo en sus relaciones, sus presidentes no escatimaron elogios a la labor que, con tanta sigilo como eficacia, habían jugado el papa Francisco y la maquinaria diplomática del Vaticano.

Aquel deslumbramiento ha tenido un capítulo más sorprendente tras la audiencia que Bergoglio concedió a Raúl Castro el 10 de mayo en el Vaticano. “Si sigue así, volveré a la Iglesia. Y no lo digo en broma”, confesó el mandatario comunista.

Más allá de lo que esta anécdota significa y comporta para el pueblo cubano, es reseñable la altura moral de Francisco, que emerge como un auténtico líder global, al que cada vez se le escucha más, con independencia del credo que se profese, o aunque no se profese, como Castro. Una buena noticia no para la vanagloria, sino para los preferidos del Pontífice: los que no cuentan para quienes escriben la historia del mundo.

En el nº 2.941 de Vida Nueva

 

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