Más comunión que comunicación en el C-9

Tras la nueva reunión del Consejo de cardenales, se confirma que el Papa irá a Cuba

V_cardenales1

El Papa preside el funeral del cardenal jesuita Roberto Tucci

La novena reunión del C-9 se celebró en Roma del 13 al 15 de abril. Ya están anunciados los próximos encuentros de los nueve cardenales: a comienzos de junio y en la primera mitad de septiembre.

Todo lo que la Santa Sede consideraba oportuno anunciar se limita a un briefing del P. Lombardi que no brilla por su riqueza de detalles. Tema central: la reforma de la Curia y “la orientación hacia la constitución de dos dicasterios competentes, uno, sobre caridad, justicia y paz; y el otro, sobre laicos, familia y vida”. Todo ya sabido. Segundo tema: la reorganización de los medios informativos vaticanos, sobre los que la comisión presidida por lord Chris Patten ha presentado su informe final; ahora el Papa creará otra comisión para llevar a la práctica sus conclusiones. El tiempo dirá. Finalmente, el cardenal O’Malley, presidente de la Comisión para la Tutela de los Menores, ha insistido sobre la “responsabilidad” en la hipótesis de posibles “abusos de oficio” en estos dolorosos casos de “cuantas personas tienen responsabilidad en la Iglesia” (léase los obispos). Tampoco aquí se comunicaron decisiones.

Es comprensible y respetable que los eminentísimos cardenales quieran protegerse de cualquier exceso de información sobre estos y otros temas tratados con el papa Francisco. Sin embargo, se peca por exceso, con la contrapartida de un evidente desinterés sobre cuanto se está tratando en tan alto “cenáculo”. Y repito lo ya mil veces dicho: no hay comunión sin comunicación. Cabe lamentarse, aunque sirva para poco.

Agenda de viajes

Va adquiriendo perfiles definidos la agenda internacional del Papa en los próximos meses. El 6 de junio viajará a Sarajevo, capital de Bosnia-Herzegovina, donde ya estuvo Juan Pablo II en 1997. Once horas muy aprovechadas, ya que incluye, además de la visita al presidente del país, una misa en el estadio Kosevo, almuerzo con los obispos y encuentros con sacerdotes, religiosos, seminaristas, jóvenes y líderes ecuménicos y de otras religiones.

Un mes más tarde, Francisco tomará de nuevo el avión para la que será una intensa gira americana. Algo significativo, pues hablamos del primer Papa latinoamericano de la historia. Bergoglio irá a Ecuador (6-8 de julio), Bolivia (8-10) y Paraguay (10-12). Cuantos conocen América Latina saben bien que, en cada una de estas naciones, la Iglesia afronta situaciones delicadas, diferentes entre sí y con peligrosos intentos de manipulación política por parte de sus gobiernos, como se ha visto apenas comenzaron a circular los rumores de este viaje.

Más “pimienta” periodística tiene aún la declaración que hizo Lombardi el miércoles 22, cuando confirmó al fin una noticia muy esperada: justo antes de desembarcar en Estados Unidos, en la última semana de septiembre, Francisco hará escala en Cuba. El anuncio fue realmente sorprendente, pues, si bien el Papa deseaba visitar la Isla, faltaba por conocer la postura final de La Habana, ya que sectores del régimen no veían con tan buenos ojos la presencia del Pontífice en su suelo antes de encontrarse con Obama. Queda claro que Raúl Castro sí deseaba la visita, de ahí que le remitiera la invitación.

Finalmente, el 19 de abril, fallecía en Roma el que fue Gran Rabino de Roma, Elio Toaff, figura histórica en el acercamiento católico-judío, hombre que recibió la primera e histórica visita de un papa a la Sinagoga de Roma: Juan Pablo II, el 13 de abril de 1986. Lo recordaba Bergoglio en la carta de pésame a su sucesor, el rabino Riccardo di Segni, calificándolo de “memorable momento significativo”.

Dos días antes, moría a los 78 años el que fuera arzobispo de Chicago entre 1997 y 2014, el cardenal Francis George.

ROBERTO TUCCI por Antonio Pelayo

Por pocos días no llegó a cumplir los 94 años, de los cuales vivió 79 como miembro de la Compañía de Jesús, donde entró apenas cumplidos los 15. Perito del Vaticano II, director de La Civiltà Cattolica y, posteriormente, de Radio Vaticano; sucedió a monseñor Paul C. Marcinkus como organizador de los viajes papales; 

su bautizo en estas tareas lo realizó en España en 1982; desde entonces, compartimos con él muchas horas de vuelo y estancia en los más diversos países: desde Australia a Madagascar, la India o Malawi. Pendiente de todos los detalles, siempre amable y eficaz. Tuvo la honestidad de reconocer que la célebre encerrona del general Pinochet
a
Juan Pablo II en el 87 fue un error suyo, pero sorteó siempre con garbo situaciones muy complicadas. Un jesuita y hombre de Iglesia como la copa de un pino.

Antonio Pelayo. Roma

Compartir