EDITORIAL VIDA NUEVA | Los obispos españoles acaban de concluir, con una peregrinación a Ávila, a la cuna de Teresa de Jesús, su CV Asamblea Plenaria, un momento para, dentro del espíritu de comunión, reflexionar sobre la marcha de la Iglesia que peregrina en estas tierras.
Múltiples retos y desafíos a los que, en estos inicios del tercer milenio, cuando el olvido de Dios es patente incluso entre los creyentes, quieren hacer frente colegiadamente, y conscientes de que su labor no es otra que la del anuncio de Evangelio en medio de la sociedad y al servicio de todos. Desde esta clave pidió el presidente Blázquez que sea entendida la misión de la Iglesia, y no como la de un “contrincante político”.
Entender de esta manera sus pronunciamientos, realizados desde una perspectiva pastoral, es propio de sociedades maduras. A los obispos les toca saber comunicarlo de tal forma que no los puedan malinterpretar o utilizar. Y no siempre ha sido así.
En el nº 2.938 de Vida Nueva. Del 25 de abril al 1 de mayo de 2015
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