Amancio Prada: “Cantar es una forma de ofrecer el alma”

El cantautor estrena ‘La voz descalza’, donde versiona a Teresa de Jesús

Amancio Prada

JUAN CARLOS RODRÍGUEZ | El gran cantautor de la poesía española participa en este V Centenario del nacimiento de Teresa de Jesús con un acercamiento íntimo y místico, La voz descalza, en el que vuelve a san Juan de la Cruz y se adentra en la santa andariega como nunca antes lo había hecho. “Vivo sin vivir en mí” era, hasta ahora, el único poema de la mística abulense que había versionado, hace ya casi tres décadas. Lo incluyó en el disco Trovadores, místicos y románticos (1990).

En La voz descalza –en el disco y en el concierto con el que recorre todas las ciudades teresianas– estrena ocho poemas de la Santa. “Le puse música al famoso poema de santa Teresa porque me lo pidió un director de cine francés, Pierre Gauge, quien en 1981 vino a España para hacer una película sobre ella, con motivo del IV centenario de su muerte. Él conocía mi versión del Cántico y por eso pensó que podría cantar también su ‘Vivo sin vivir en mí’ –admite–. Me daba miedo, la verdad, me parecía una temeridad intentarlo. Pero sí, caí en la in-tentación”.

PREGUNTA.- Y salió bien…

RESPUESTA.- Recuerdo que hicimos la grabación en el convento de la Encarnación, en el locutorio donde dicen que san Juan se entrevistaba con santa Teresa y sus palomas. Más tarde, descubrí la versión de san Juan, también a lo divino, del estribillo popular Que muero porque no muero, y lo canto a veces con la misma música, que le cuadra igualmente. Y ya no me doy cuenta de cuándo estoy cantando a san Juan o a santa Teresa. Porque ese poema es el paradigma de las dos llamas de amor ardiendo en un mismo fuego, un mismo amor.

P.- ¿Qué es lo que ha descubierto en santa Teresa que antes no había visto?

R.- En santa Teresa percibo un decir más entrañable, de entraña femenina. “Ahora es tiempo que veamos adónde llega el querer, si es verdad que nos amamos, pues ya me vengo a esconder entre este árbol y sus ramos”… Es impresionante su ‘Soberano Esposo mío’. Sí, santa Teresa es la esposa de la canción, la esposa del Cántico. Y en los escogidos versos suyos que ahora canto se puede comparar con san Juan, poeta máximo. A veces uno mira y no ve. Y otras veces, ve sin mirar. Como diría san Juan, “todo se me dio, cuando con amor propio no lo busqué”.

P.- Usted ha escrito estas ocho nuevas canciones “en una especie de rapto o trance” dedicadas a su madre, cuyo nombre es Teresa Prada. ¿Cómo ha sido ese proceso de creación, iluminación, réquiem y oratorio?

R.- Algo así. Pero no sé bien lo que me pasó. No sé. Fue un desbordamiento emocional y estético. Por ejemplo, la canción ‘Soberano Esposo mío’ la compuse con el tono de las últimas palabras que pronunció mi madre. Para mí es la canción de una buena muerte. Estaba naciendo la canción y, al cantarla, sentía una alegría inmensa, pero no dejaba de llorar.

Entrevista completa solo para suscriptores

En el nº 2.938 de Vida Nueva

 

ESPECIAL TERESA DE JESÚS:

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