‘Felices 140’: el precio de la amistad

Fotograma de 'Felices 140'

J. L. CELADA | A principios de los 90, Los amigos de Peter se reunieron para celebrar su cumpleaños invitados por el británico Kenneth Branagh. Ya en este siglo, el francés Guillaume Canet sacaba a relucir las Pequeñas mentiras sin importancia que otro grupo de cuarentones intercambiaba durante unos días de descanso en la playa, antes de que su compatriota Eric Lavaine organizara una Barbacoa de amigos con propósitos similares y el pasado como incómodo huésped. Son solo tres ejemplos del melodrama generacional, un subgénero que reproduce esquemas narrativos, pero que suele incorporar matices decisivos para seguir despertando el interés del espectador.

Felices 140, penúltima propuesta en sumarse a esta larga lista, lleva la firma de Gracia Querejeta, y no parece casual que sea producida por Gerardo Herrero, director de Las razones de mis amigos (2000). Los de la protagonista (Maribel Verdú), cuando acuden a celebrar con ella su 40º cumpleaños, también aducen las suyas, si bien cuestionan muy seriamente la relación que mantienen con la anfitriona.

Fotograma de 'Felices 140'En una lujosa casa junto al mar y rodeada de la gente que más quiere, el fin de semana se presenta inolvidable. ¡Y vaya si lo es! En torno a la mesa, cada cual cuenta lo mejor que le ha pasado en el último año o qué le gustaría cambiar de su vida. Entre las respuestas, pocas novedades respecto a otros títulos sobre el complejo universo de las relaciones: cuchillos volando, sinceridad que hiere, juicios apresurados, envidia malsana, sarcasmo a raudales… Y, mientras tanto, una pregunta que flota en el ambiente: ¿el dinero da la felicidad?

Puestos en antecedentes con la ayuda de una presentación a cámara de los personajes que no aporta gran cosa –tampoco cinematográficamente hablando–, y conocidas las sorpresas reservadas para la ocasión –sobre todo, la que guarda celosamente la homenajeada–, el guión introduce un giro inesperado que conduce a la cinta del drama a la tragedia con situaciones próximas a la comedia negra. Es entonces cuando, de la mano de un espléndido reparto (mención especial para la propia Verdú, el inquietante Antonio de la Torre, el camaleónico Eduard Fernández, la serena madurez de Nora Navas o la emergente Marian Álvarez), Felices 140 eleva el vuelo hasta alcanzar cotas de gran cine.

Ahora bien, cualquier disfrute que esta notable película pueda proporcionarnos corre el riesgo de desvanecerse cuando uno cae en la cuenta de que la mezquindad y la avaricia humanas, como buitres al acecho, se disponen a devorar los restos de coherencia y dignidad que han sobrevivido a la catarsis. Cada primer plano que la realizadora pone en danza no solo es una declaración de intenciones, sino una seria advertencia contra quienes tratan de poner precio a la amistad. Aunque todavía hay algo más ruin: convertirla en un botín a repartir.

FICHA TÉCNICA

Título original: Felices 140.

Dirección: Gracia Querejeta.

Guión: Ignacio Mercero y Gracia Querejeta.

Fotografía: Juan Carlos Gómez.

Música: Federico Jusid.

Producción: Gerardo Herrero, Mariela Besuievsky, Carlos Rodríguez y Javier López Blanco.

Intérpretes: Maribel Verdú, Antonio de la Torre, Eduard Fernández, Nora Navas, Marian Álvarez, Alex O’Dogherty, Ginés García Millán, Paula Cancio, Marcos Ruiz.

En el nº 2.937 de Vida Nueva

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