Osorno se levanta contra su nuevo obispo

Críticas al nombramiento para esta diócesis chilena de Juan Barros, cercano al polémico Karadima

protestas en la diócesis de Osorno en Chile contra el nuevo obispo designado Juan Barros

ROBERTO URBINA (SANTIAGO DE CHILE) | Después de semanas de gran tensión, finalmente, el sábado 21 de marzo, Juan Barros Madrid tomó posesión episcopal de la Diócesis de Osorno, en Chile. Lo hizo arropado por el nuncio, Ivo Scapolo, quien, una semana antes, emitió un comunicado donde reafirmaba su “confianza y apoyo” al prelado. Para conocer el trasfondo del problema, hay que indicar que Juan Barros es uno de los cinco obispos que fueron formados por el padre Fernando Karadima.

Este sacerdote, tras ser acusado de abusos, cumple actualmente sanción de silencio recluido en un convento de religiosas en Santiago, con prohibición de ejercicio público de su ministerio y de contacto con quienes integraron la Unión Sacerdotal dirigida por él.

Uno de sus denunciantes, Juan Carlos Cruz, envió una carta al nuncio, el pasado 3 de febrero, en la que expresaba su pesar: “Conozco a Juan Barros desde el año 1980, desde que era seminarista y uno de los más cercanos al padre Fernando Karadima. El problema no es que haya sido cercano a Karadima, como mucha gente critica; hay muchos que lo fuimos y nos vimos abusados, utilizados, y otros, hasta arrepentidos, se alejaron. Juan Barros fue un hombre, un seminarista, un sacerdote y un obispo que hizo todo el trabajo sucio de Fernando Karadima”.

Tras relatar diversas situaciones en las que Barros estaría personalmente involucrado, Cruz agregaba: “También testifiqué, además de estos hechos, en los que puedo profundizar y detallar más si usted así lo requiere, cómo yo veía al padre Fernando Karadima y a Juan Barros besarse y tocarse mutuamente”.

La respuesta del nuncio, el 13 de febrero, fue entregada por teléfono a través de su secretario: “No tengo nada que decir y no hay más comunicación”. Al informar de esta respuesta, Cruz agregó: “Lo lamento por Osorno y por Chile. Otro obispo encubridor de abuso sexual impune en Chile. No debería sorprenderme, pero me da pena, rabia y mucha frustración”.

El rechazo ha ido más allá de lo estrictamente eclesial51 diputados enviaron una carta al Papa pidiendo que se revirtiera la designación–, aunque ha sido en la Iglesia donde, en todos los órdenes, más oposición se ha dado. Así, 30 sacerdotes y diáconos de Osorno, a mediados de febrero, enviaron otra misiva al nuncio en un tono de gran dureza: “No nos sentimos acogidos, menos comprendidos, por la jerarquía de nuestra Iglesia. Seguimos confundidos e irritados desde el momento del comunicado del nombramiento”.

En otra carta pública dirigida al clero de su diócesis, el 16 de marzo, varios cientos de laicos de todas las parroquias de Osorno expresaron igualmente su malestar: “Nos angustian las consecuencias pastorales de que alguien carente de autoridad moral frente a nosotros, a ustedes y a la sociedad civil tenga el báculo episcopal (…). Llegará un pastor sin olor a oveja y que tampoco respeta a sus hermanos pastores. (…) Nos duele el silencio que los obispos y el nuncio mantienen, y al que muchos de ustedes se han acoplado”.

El mismo administrador apostólico de Osorno hasta la toma de posesión de Barros, Fernando Chomalí, se entrevistó con el Papa en la primera semana de marzo. Por la sucesión de los hechos, parece evidente que ratificó su apoyo al nuevo obispo.

 Juan Barros Madrid Osorno

Juan Barros Madrid

“No he participado en esos hechos”

El día 16, cinco días antes de su toma de posesión, llegó también la respuesta de Barros a las acusaciones: “Jamás tuve conocimiento de alguna denuncia al sacerdote Karadima siendo secretario del cardenal Fresno, ni imaginé de aquellos graves abusos que cometía con sus víctimas. No he aprobado ni participado en esos hechos gravemente deshonestos. Hubo una investigación exhaustiva por instancias competentes civiles y eclesiásticas para discernir responsabilidades y sanciones. Con la gracia de Dios, llevo más de 30 años de sacerdote y casi 20 de obispo, y mucha gente me ha conocido en distintas parroquias y diócesis con un feliz ministerio”.

“No hay lugar en el sacerdocio –añade– para quienes cometen estos abusos. La prevención y promoción del buen trato deben ser un pilar de nuestro caminar eclesial”.

Para concluir estrechando puentes: “Comprendo a quienes hayan sentido tristeza y molestia, pero confío en que, al conocernos y trabajar juntos por la comunidad de Osorno, podamos todos ir creciendo con la serena unidad en nuestra tan alegre tarea evangelizadora”.

En el nº 2.935 de Vida Nueva.

 

LEA TAMBIÉN:

Compartir