Obispos de todo el mundo, contra el comercio que financia guerras en el Sur

Exigen a la UE que vigile el mercado en zonas de conflicto

Un hombre recoge mandioca en el Congo

Un hombre recoge mandioca en el Congo

MIGUEL ÁNGEL MALAVIA | Hasta 122 obispos y cardenales de 36 países de Europa, África, Asia y América han hecho público un comunicado dirigido a la Unión Europea (UE) en el que exigen a sus estados el cese del comercio irresponsable de empresas que están bajo su jurisdicción y que se nutren de la inestabilidad de ciertos ámbitos, temiéndose incluso que generen los propios conflictos para facilitar su actividad económica.

“Ciertos productos vendidos por empresas europeas –denuncian– contienen recursos naturales que financian violencia y provocan sufrimiento. Instamos a la UE a que acabe con esta situación”. “En algunos países del Sur –detallan–, sobre todo en los que son ricos en recursos naturales (minerales, madera, gas, petróleo…), su control, extracción, procesamiento y comercio financian grupos armados y fuerzas de seguridad que cometen graves violaciones de los derechos humanos”.

Un dislate que se da con productos cotidianos: “Ordenadores, teléfonos y muchos otros dispositivos electrónicos, utilizados por la mayoría diariamente y vendidos por las empresas europeas, a menudo pueden contener recursos naturales cuya extracción y comercio ocasionan violencia y sufrimiento”. Ante esto, “los ciudadanos quieren garantías de que no son cómplices”.

Entre los firmantes se encuentran los españoles Juan José Omella y Jesús Fernández, y otros compatriotas que pastorean diócesis de todo el mundo, como José Luis Azcona y Pedro Casaldáliga, en Brasil; Miguel Ángel Sebastián, en Chad; o Ángel Garachana, en Honduras.

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En el nº 2.931 de Vida Nueva

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