Sergio Torres: “Toda la Iglesia tiene que contagiarse de la renovación que trae Francisco”

Teólogo chileno, fundador de Amerindia

Sergio Torres, teólogo chileno, fundador de Amerindia

MIGUEL ESTUPIÑÁN (BOGOTÁ) | Amerindia se define como una red de católicos de las Américas con espíritu ecuménico y abierta a la cooperación interreligiosa con otras instituciones. Desde sus inicios en 1978, con ocasión de la preparación de la Conferencia de Puebla, la red ha querido mantener y actualizar el aporte de la Teología de la liberación. El teólogo chileno Sergio Torres es su fundador. En conversación con Vida Nueva, se refiere al momento actual que vive la Iglesia y hace énfasis en el congreso continental que Amerindia tiene pensado llevar a cabo en octubre, cuando se optará por una reforma con espíritu y desde los pobres.

PREGUNTA.- Amerindia se suma a quienes hablan de una “nueva primavera eclesial” con la llegada al papado de Francisco. ¿Cuál es el contenido de esta expresión a la luz de su experiencia?

RESPUESTA.- Los veinte primeros años de aplicación del Concilio Vaticano II (1965-1985) son una época simbólica, donde se vivió con euforia, con alegría, con entusiasmo, y donde América Latina leyó y releyó el Concilio desde la Conferencia General del Episcopado Latinoamericano llevada a cabo en Medellín en el año 1968. Nosotros tenemos una historia hermosa: en esos primeros veinte años de andadura conciliar hubo un trabajo conjunto de obispos, sacerdotes, Vida Religiosa… muy participativo, de mucha corresponsabilidad. Eso se perdió un poco y aparecieron signos de un nuevo clericalismo. Amerindia acogió la semilla de Medellín y vivió los años duros de la Teología de la liberación. Muchas personas de la Iglesia, a lo mejor sin haber leído a los teólogos de la liberación, la atacaron; incluso hubo desde la Congregación para la Doctrina de la Fe un examen riguroso. Pero, de repente, han aparecido dos hechos nuevos: por un lado, el papa Francisco recibe a Gustavo Gutiérrez en una audiencia. Segundo: en el puesto que había ocupado el cardenal Ratzinger en la prefectura de la Congregación para la Doctrina de la Fe, está ahora un obispo alemán, Gerhard Müller, amigo de Gutiérrez.

P.- ¿Cómo califica el proyecto renovador del papa Francisco?

R.- La reforma del Papa es una vuelta a Jesús, a lo que Él quiso de la Iglesia, a lo que vivieron las primeras comunidades cristianas y a los verdaderos reformadores. Pero Francisco ha agregado también otro elemento: “Yo quiero una Iglesia pobre y para los pobres”. Retoma lo que el cardenal Lercaro había dicho en el Concilio, lo que el mismo Juan XXIII dijo en uno de los discursos preparatorios. Eso trae una gran novedad, un gran desafío, porque no hay duda de que un debate interno en la Iglesia ha sido a propósito de la Teología de la liberación, pero también por los movimientos eclesiales que trabajan con los grupos acomodados, por la gente que tiene poder en la Iglesia. Hay una división, y el Papa, sin tomar partido, ha planteado que quiere, en primer lugar, una Iglesia pobre y para los pobres. (…) En Amerindia estamos apresurados y diciendo que es urgente. Todos tenemos que movilizarnos. No basta con que estemos felices con el Papa, que lo alabemos, que estemos contentos con sus discursos, con sus gestos; sino que todos tenemos que hacer algo, cada uno desde su lugar; para que toda la Iglesia se contagie de esta renovación.

Entrevista íntegra solo para suscriptores

En el nº 2.930 de Vida Nueva

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