Antonios Aziz Mina: “Hay mil modos pacíficos de combatir al Estado Islámico”

Antonios Aziz Mina, obispo católico copto de Guizeh (Egipto)

Obispo católico copto de Guizeh (Egipto)

Antonios Aziz Mina, obispo católico copto de Guizeh (Egipto)

La última atrocidad contra los cristianos en Egipto [extracto]

BLANCA RUIZ ANTÓN. Foto: AIN | “Son cristianos y los han matado sin duda por odio a la fe, pero también son ciudadanos egipcios y esa es la verdadera razón por la que los han asesinado. Es un acto terrorista principalmente contra Egipto y, en segundo lugar, contra los cristianos, porque nosotros somos una minoría”. Antonios Aziz Mina, obispo católico copto de Guizeh (Egipto), precisa que el asesinato colectivo por decapitación sin el más mínimo escrúpulo de 21 cristianos ortodoxos en Libia es una maniobra del Estado Islámico para desestabilizar el país.

El obispo copto precisa, en este sentido, que el hostigamiento a los cristianos es “un medio para conseguir” dicha desestabilización general: “Si los musulmanes no hubieran tenido una reacción a la altura de lo sucedido, se hubiera creado un conflicto, tal y como el Estado Islámico pretendía. Toman a los cristianos para hacer que se enfrenten con los musulmanes y dividir así al pueblo egipcio, pero no lo conseguirán, porque en Egipto no hay una persona que no haya llorado por esta tragedia, sean cristianos o musulmanes”.

Tras las decapitaciones, El Cairo respondió con bombardeos a enclaves del Estado Islámico en Libia. Se calcula que hasta ahora se han cobrado la vida de 64 supuestos yihaidistas y siete civiles, entre ellos tres menores de edad.

La tesis del obispo copto cobra fuerza tras el reciente secuestro de 35 egipcios residentes en Libia. Se calcula que en este país hay cerca de un millón de ciudadanos egipcios, a quienes los yihaidistas han dado un ultimátum de 24 horas para que abandonen el país. Aunque la Iglesia ortodoxa copta representa tan solo el 10% de la población de Egipto en un país eminentemente musulmán, equivale a unos nueve millones de personas y es la denominación cristiana más numerosa en los países árabes.

No tolerar más ataques

Antonios Aziz Mina asegura que, como cristiano, perdona a los terroristas, pero afirma al mismo tiempo que es necesario parar el avance del Estado Islámico: “No tenemos por qué sufrir un acto terrorista tras otro y dejarlo pasar porque les perdonamos. Hay que tomar una postura clara que les haga ver que no vamos a tolerar más ataques. No digo matarlos o bombardearlos, hay mil modos pacíficos de combatirlos”.

Por eso subraya la importancia de restringir el comercio de armas a ejércitos reconocidos y rastrear el tráfico de dinero que reciben los grupos terroristas para poder cortarlos.

“Hay que ser conscientes de la capacidad y fuerza de nuestro enemigo. En el mundo hay alrededor de 1.157 millones de musulmanes, y ni el 10% de ellos son fundamentalistas. Por eso tenemos que apoyar a los musulmanes moderados a ser más fuertes que los radicales”. Hay que “insistir sobre un modo de conseguir la paz, un mundo de justicia e igualdad”, asegura el obispo de Guizeh.

Y es que, según precisa, el aumento del fundamentalismo islámico tiene sus bases en la pobreza y en la ignorancia de los jóvenes, que “no tienen trabajo, no tienen futuro y tampoco perspectivas de que eso pueda mejorar”. “Si combatimos así la pobreza y la ignorancia, combatiremos también al fundamentalismo –precisa–. Los países en los que más se fomenta el terrorismo son países pobres; en ellos, los jóvenes están desesperados, no encuentran trabajo y ven en el terrorismo un modo de escapar, un modo de encontrar su sitio en el cielo, ya que en la Tierra no lo tienen”.

Finalmente, el prelado lamenta que los medios de comunicación no le escucharan cuando habló en su día del crecimiento del fundamentalismo islámico en los países musulmanes: “Cuando advertí de que esto podía ocurrir hace varios años, nadie me escuchó; ahora se ve lo que realmente pretenden. Quieren controlar Egipto, los países árabes e islamizar el mundo entero, ese es su proyecto de Estado Islámico”.

En el nº 2.930 de Vida Nueva

 

LEA TAMBIÉN:

Compartir