En busca de la Acción Católica del siglo XXI

Las asociaciones laicales actualizarán su funcionamiento en colaboración con la CEE

JOSÉ LUIS PALACIOS | La Acción Católica de España no quiere perder el tren de la historia. Las nueve asociaciones de laicos que componen la federación –creada en 1993– han sido llamadas a revisar su funcionamiento y actualizar sus modos de compartir el mensaje evangélico con sus contemporáneos.

En la última Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal Española (CEE), celebrada en noviembre pasado, el obispo de Teruel y consiliario de la Acción Católica, Carlos Escribano, informó del plan de análisis y revisión de la estructura de la Federación de Movimientos. El 14 de febrero se celebra el Consejo de Acción Católica, donde se hablará de la metodología a emplear en este itinerario.

“Ha llegado el momento de hacer una revisión después de más de 20 años con la misma configuración, más aún cuando la Acción Católica General (ACG) ha procedido a su refundación. Desde 2009 se dotó de una estructura nueva, iniciando una dinámica muy positiva”, explica a Vida Nueva Carlos Escribano.

Así lo confirma el presidente de la ACG, Higinio Junquera, al hablar de un presente ilusionante: “Estamos logrando la continuidad en las distintas etapas formativas, sobre todo en las comunidades parroquiales, con un número de adolescentes en el sector de jóvenes muy significativo”.

La asociaciones de laicos han recibido el encargo con optimismo. Y una vez que se ha conocido la intención de la CEE, los posibles recelos se desvanecen. Eso es lo que dice Estíbaliz Fraca, presidenta de la Juventud Obrera Cristiana (JOC): “Ha habido un tiempo en que oíamos hablar de una comisión de obispos que estaban trabajando en este asunto y llegamos a pensar que se podrían haber tomado decisiones sin que pudiéramos participar”.

También hay quien desearía cambios más drásticos, tal vez por razones históricas o coyunturales. Es el caso de María Dolores Ferrández, de las Mujeres Trabajadoras Cristianas: “Cada vez somos menos y tenemos más dificultades económicas, por lo que puede ser un buen momento para ver si somos siempre los mismos haciendo de todo, si estamos o no restando potencialidad a la Acción Católica. Todo ha cambiado y también hemos de dar con las nuevas formas para evangelizar”.

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En el nº 2.929 de Vida Nueva

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