Libros

‘Completar la vida’ y ‘Comprender al enfermo’


Dos títulos para vivir conscientemente la enfermedad y el tránsito hacia la muerte (Sal Terrae). Recensiona Jesús Martínez Carracedo

JESÚS MARTÍNEZ CARRACEDO | En una sociedad marcada por la libertad personal, hay dimensiones de nuestra vida que –paradójicamente– dejamos en manos de otros. Una de estas es la salud/enfermedad. La hemos despersonalizado y deshumanizado.

Recuerdo un momento de una guardia en el hospital del Meixoeiro (Vigo) en que, estando con una hematóloga, le suena el busca. Al otro lado, el residente le pregunta qué hace con un paciente de urgencias que tiene unos índices de hematocrito bajísimos. La compañera médico le pregunta: “¿Está sentado? ¿Está consciente?”. “Sí”, responde el residente. “Entonces, están equivocados los resultados, algo en los análisis ha fallado, no serán de ese paciente”, contesta. El residente insiste: “Pero el ordenador dice que está todo correcto”. La compañera, ya con cierto enfado, contesta: “Pero, ¿le has mirado a los ojos o solo has comprobado el ordenador?”.

Esta anécdota muestra claramente la diferencia entre una medicina basada en la técnica y otra centrada en la persona. Una buena técnica “sin mirar a los ojos” resulta pobre; a veces, deshumanizada; y otras, equivocada o contraproducente.

Título: Completar la vida. Primeros pasos en el camino del buen morir

Autor: Juan José Valverde

Editorial: Sal Terrae, 2014

Ciudad: Santander

Páginas: 136

Los dos trabajos que aquí presento son referentes de este segundo tipo de atención médica y propuesta de recuperar la responsabilidad personal. El primero de ellos (Comprender al enfermo. Para una relación humana en el mundo de la salud), de Ángel Cornago, nos adentra en todas las dimensiones de la enfermedad humanizada. El segundo (Completar la vida. Primeros pasos en el camino del buen morir), de Juan José Valverde, nos ayuda a mirar a la muerte a los ojos y manejar conscientemente y en primera persona el proceso previo a ella.

Este modelo también está caracterizado por centrarse en la persona y no en el facultativo. Encarna el principio de autonomía. La medicina paternalista dejaba al paciente en una actitud pasiva, pero este lo moviliza, lo responsabiliza. El paciente toma las riendas de su proceso y de su vida, marcados por sus valores. Es verdad que no todos están dispuestos a hacerlo, o que nuestra cultura social aún los vive como tabúes o no facilita un proceso de enfermedad o muerte compartido. Pero para todos aquellos y aquellas que lo deseen, debemos construir este espacio y clima: la enfermedad y la muerte son, seguramente, los dos momentos vitales más intensos de la vida, por lo que hacerlos nuestros y vivirlos conscientemente es el mejor regalo que tanto la sociedad en general como la sanidad nos pueden ofrecer. Además de ser un derecho a garantizar.

Con un lenguaje ágil, claro, concreto, Ángel Cornago nos ofrece un texto de referencia obligada para todos los profesionales sanitarios (no solo médicos, sino todos aquellos que trabajan y cuidan profesionalmente al enfermo), pero también para quienes están a su lado e incluso para el enfermo mismo. No solo oportuno para el momento de la enfermedad, sino que yo lo sugeriría mejor para leer y repensar cuando estamos sanos, y así prepararnos y adquirir recursos y actitudes personales de cara al momento en que tengamos que enfrentarnos a esta situación, que puede ser leve o grave, pero que no deja de ser un momento clave.

Título: Comprender al enfermo. Para una relación humana en el mundo de la salud

Autor: Ángel Cornago

Editorial: Sal Terrae, 2014

Ciudad: Salamanca

Páginas: 224

Ángel es médico y, desde su visión de facultativo que mira a los ojos al paciente, nos ofrece un precioso recorrido: desde la vulnerabilidad del enfermo en cada circunstancia y la de los que lo acompañan, hace un camino que tiene como puntos clave: el dolor y sufrimiento, la bioética, la organización sanitaria, el encuentro sanitario-paciente, el tratamiento y la medicina alternativa, la salud y el trabajo, la enfermedad crónica, la vejez y la muerte. Todos ellos desde esa perspectiva humanizadora y de autonomía acompañada.

En esta misma línea, Juan José Valverde nos ofrece en el suyo una propuesta valiente, que elimina tabúes, realista. Ideal para quien acompaña en cuidados paliativos, bien sea profesional, familiar o amigo; pero central para quien se tenga que enfrentar al proceso final de la vida.

Hablar de la muerte hoy parece “pornográfico”. Nuestra sociedad esquiva este tema. Todos sabemos que está ahí, pero, “¡por favor!, no hables de eso”. Incluso dentro de la Iglesia se hace difícil hablar de ella en términos personales.

Tampoco resulta fácil para el enfermo abordar este tema, pero antes o después tendrá que hacerlo (de lo contrario, alguien decidirá por ti cómo hacértelo pasar, y no siempre coincidirá con lo que tú desearías). Para vivirlo conscientemente, tienes que tener la valentía de “cogerlo por los cuernos”, de “mirarlo a los ojos”, cara a cara. Este libro es una excelente herramienta para conseguirlo.

Te prometo que estas dos obras que ahora presento te ayudarán a ello. Sé valiente. Concédete el placer y el derecho a vivir tu vida –también su final– y que nadie decida por ti en tu enfermedad o en tu muerte.

En el nº 2.928 de Vida Nueva

Actualizado
06/02/2015 | 04:07
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