Editorial

Hermanados en el “ecumenismo de sangre”

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EDITORIAL VIDA NUEVA | A lo largo de su vida ministerial, Jorge Mario Bergoglio ha prestado una destacada atención al tema de la unidad de los cristianos, una división que no deja de escandalizarle también en su nuevo rol de Pontífice.

Francisco nunca da muestras de la menor pereza en abordar la cuestión, ni tampoco en ahondar en el diálogo interreligioso, todavía recientes sus llamamientos durante su viaje a Asia. Ahora, como colofón a la Semana de Oración por la Unidad, ha vuelto a hacer hincapié en el “ecumenismo de sangre”, ese que nos une con la cada vez más numerosa comunidad de cristianos de distintas confesiones perseguidos y asesinados por testimoniar a Jesucristo.

Su sufrimiento –que hace sonrojar nuestras pequeñas afliciones– genera una corriente invisible que nos hermana aún más y que muy bien podría –como pide el Papa– ser sostenida y alentada por el progreso en el diálogo teológico entre las Iglesias.

En el nº 2.927 de Vida Nueva. Del 30 de enero al 6 de febrero de 2015