El derecho a unos padres responsables

Expertos consultados por Vida Nueva analizan qué quiso decir el Papa cuando habló de “conejos”

bebé con su familia paternidad responsable

El pequeño Mateo junto a sus padres

MARÍA PÉREZ. Fotos: JESÚS G. FERIA | Francisco lo ha vuelto a hacer. Poner el panorama social, informativo, y eclesial patas arriba. “Algunos creen que, disculpen la palabra, que para ser buenos católicos tenemos que ser como conejos. No. Paternidad responsable”, dijo en el vuelo que lo llevó de regreso a Roma desde Filipinas. No podría haber usado expresión más coloquial: “como conejos”. Una pena que los que ya han afilado los cuchillos para lanzar a Bergoglio no se hayan enterado de que este no es un planteamiento nuevo. Y es que, tal y como aseguró el Papa en el avión, en la Iglesia hay muchos expertos y muchas maneras de llevarla a cabo.


Corría el año 1968. París se convertía en escenario de las huelgas y protestas del mayo francés. En la antigua Checoslovaquia, la Primavera de Praga anunciaba la crisis del imperio soviético. Estados Unidos amanecía con la muerte de Martin Luther King y Bob Kennedy, a la vez que el movimiento en contra de la guerra de Vietnam tomaba fuerza. La revolución estaba a la orden del día.

La Iglesia católica no se libraba del caos. El 25 de julio de 1968, el papa Pablo VI publica la encíclica Humanae Vitae. En ella, en contra del malthusianismo imperante (una teoría demográfica que considera que el origen de todos los males radica en el exceso de población), el papa Montini acuña el término de “paternidad responsable”, esto es, una apuesta por la actitud generosa de los padres ante la transmisión de la vida, que, al espaciar responsablemente los nacimientos de sus hijos, tienen en cuenta los motivos físicos, psicológicos, económicos y sociales relativos a su matrimonio, todo ello utilizando el conocimiento de la fertilidad humana; lo que implica un rechazo de la anticoncepción, la esterilización y el aborto. Pablo VI fue entonces tachado de conservador.

Juan Pablo II aclarará más tarde, en la misma línea de Francisco que “lo que la Iglesia llama paternidad responsable no significa una procreación ilimitada”. familia padres con un bebé

Los que Dios… pueda

¿Cuál es la novedad que introduce el papa Francisco? “Decirlo como lo podría estar diciendo el párroco de un pueblo a sus feligreses, que es como nosotros lo entendemos”, señala María Álvarez de las Asturias, defensora del Vínculo en el Tribunal Eclesiástico de Madrid y directora del Instituto Coincidir.

“El Papa lo ha dicho de una manera muy coloquial, porque tiene el don de poner en palabras llanas que todo el mundo entiende, lo que ha sido siempre la doctrina de la Iglesia”: “No se trata de traer hijos al mundo uno detrás de otro sin pensar”. “Que haya que tener tantos hijos como vengan no deja de ser una interpretación, pero eso no lo dice el Magisterio”, es lo primero que explica a Vida Nueva la doctora María Eugenia Huete, directora del Centro de Orientación Familiar (COF) de Getafe. Entonces, ¿por qué causan tanto desconcierto las palabras del papa Francisco afirmando que los católicos no tienen que tener hijos como conejos?

Para la Conferencia Episcopal Española (CEE), “no se pueden leer las palabras de Francisco fuera de su contexto”, sostiene Carlos Escribano, obispo de Teruel y Albarracín y miembro de la Subcomisión Episcopal para la Familia y Defensa de la Vida.

“Quizá, la cuestión de fondo con estas palabras del Papa sea hacer comprender a toda la sociedad qué quiere decir la Iglesia con este con este concepto: que los esposos deben sentirse llamados por Dios a tener los hijos que ellos consideren en conciencia que pueden tener, criar y educar, con criterios de verdadera generosidad cristiana”, señala a Vida Nueva.

En España y dependientes de la CEE, los COF llevan a cabo una amplia labor asesorando a padres y madres. Es el caso de la Fundación COF de Getafe, que imparte anualmente el único curso en España con certificación académica sobre Métodos Naturales de Reconocimiento de la Fertilidad, cuyo título está expedido por la Universidad Alfonso X el Sabio.

“Recibimos tanto matrimonios de parroquia como profesionales del entorno sanitario (médicos, farmacéuticos, pediatras, enfermeros, matronas) que buscan una formación integral con rango académico”, explica a Vida Nueva el director del curso y doctor en Farmacia Antonio Castillo. Pero, ¿en qué se basan estos métodos? “Ayudamos a las parejas a observar los síntomas de la fertilidad para determinar, de manera rigurosa, las fases fértiles e infértiles de la mujer con un doble fin: espaciar los embarazos o ayudar a las parejas a que ocurra”.

Efectivamente y más allá del rango universitario de este curso, ya hay estudios que avalan su eficacia. “Por poner un ejemplo, el método sintotérmico (estudio combinado de la temperatura corporal, moco cervical y cuello uterino) arroja una eficacia similar utilizado como método para aplazar embarazos a los distintos anticonceptivos antinaturales como la píldora o el DIU”, prosigue Castillo.

Reportaje completo, íntegro solo para suscriptores

En el nº 2.927 de Vida Nueva.

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