Níger, sin pupitre ni altar ni cruz

disturbios en Níger enero 2015

Los disturbios se han saldado con diez muertos y decenas de heridos

JOSEP FRIGOLA, Misionero de África, NIAMEY (NÍGER) | El viernes 16 de enero, tras el rezo musulmán de la tarde, en Zinder –al sur de Níger y segunda ciudad del país–, una multitud compuesta sobre todo por jóvenes y organizada en varios grupos atacó siete iglesias, varias casas y comercios de cristianos, muchos bares y restaurantes, la casa de los misioneros y la de las religiosas, la gran escuela de la misión católica, el Centro Cultural Francés y la sede del partido gobernante. Hubo cinco muertos y decenas de heridos.

Las fuerzas del orden no llegaron a intervenir a tiempo ni en todos los sitios. Finalmente, los misioneros y buena parte de la comunidad cristiana fueron evacuados bajo protección a un campo militar. Allí, 300 personas han pasado unos cuantos días refugiados. A última hora, muchos de ellos, desposeídos de todo, están emigrando a otro lugar en busca de acogida.

Mientras, en Niamey y en otras ciudades como Agadez y Maradi, se aprovechó el rezo de la una de la tarde del viernes para dar las consignas de una intervención masiva el sábado 17 por la mañana. Lo que ocurrió en la capital fue horroroso: el mismo estilo de ataque y destrucción que en Zinder, pero con efectos mucho más devastadores.

Cuando se intenta buscar una explicación a estos terribles sucesos, nos encontramos frente al muro espeso de la sinrazón, y solo podemos constatar ese comportamiento fanático y salvaje de unas minorías que dejan pasmada y pasiva a la mayor parte de la población. Incluso la policía les tiene miedo y no interviene cuando más falta hace.

En medio de tal confusión, ¿es posible descifrar las causas de toda esta hecatombe? Los gritos de los manifestantes y algunas declaraciones permiten pensar que la razón encubierta de todo es una reacción feroz en contra de lo ocurrido en París la semana pasada, ofendidos por el carácter blasfemo de las caricaturas del Profeta. Muy probablemente, miembros de grupos terroristas –en particular, Boko Haram– se habrían infiltrado entre los organizadores. Aunque –la verdad sea dicha– la publicación de Charlie Hebdo hiere profundamente la fe de todo buen y honrado musulmán.

Pero hay más causas que han alimentado las hogueras de estos días.

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En el nº 2.926 de Vida Nueva

 

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