Los desaires políticos y la crisis mexicana, protagonistas de la Cumbre Iberoamericana

Veracruz, convertida en un búnker, cede el testigo a Colombia 2016

XXIV CUMBRE IBEROAMERICANA

FELIPE MONROY (MÉXICO DF) | No importó lo mucho que se insistiera en los ‘éxitos’ y los acuerdos alcanzados entre las naciones participantes. Fuera del búnker de seguridad que el Gobierno mexicano preparó para la XXIV Cumbre Iberoamericana (Veracruz, 8 y 9 de diciembre), el sentimiento fue que la agenda no logró la ‘renovación’ deseada por el único foro en el que participan líderes de América Latina, España y Portugal.

Como anfitrión de la cita, el presidente Enrique Peña Nieto se halla en su peor momento desde que ascendió al poder en 2012. La crisis institucional –que se visibilizó a nivel internacional con la ominosa desaparición de 43 estudiantes de la escuela normal rural de Ayotzinapa de manos de autoridades corruptas e involucradas con el crimen organizado, así como el posterior descubrimiento de un número incuantificable de fosas clandestinas en el estado de Guerrero– habría pasado factura en la popularidad del mandatario y en la confianza en las reformas estructurales logradas en el primer semestre del año.

Así las cosas, esta Cumbre Iberoamericana tampoco recibió comentarios halagadores; primero fue el presidente de Bolivia, Evo Morales, quien se refirió al encuentro como “un invento de los monarcas de España para sus propios intereses”; más tarde, los mandatarios latinoamericanos reconocieron mayores efectos en cumbres regionales como la UNASUR o la Alianza del Pacífico. Rafael Correa, de Ecuador, por ejemplo, dijo que la Cumbre “está a prueba y dependerá de los resultados en esta nueva etapa su prevalencia en el futuro”.

Sin embargo, el rey Felipe VI insistió en llamar “familia” al complejo orden de naciones iberoamericanas allí reunidas y consideró incluso positivas las diferencias geopolíticas y económicas entre los países miembros.

Aunque el Gobierno mexicano destacó que Veracruz logró la mejor convocatoria de jefes de Estado y de gobierno, fue notable la ausencia de algunos líderes. A las ya anunciadas de Cristina Fernández (Argentina) y Dilma Rousseff (Brasil), se sumaron las de los presidentes de Bolivia, Nicaragua, Venezuela y Cuba. Sobre este último, la agencia Notimex aseguró que Raúl Castro habría llegado a Veracruz a la sesión a puerta cerrada de los jefes de Estado, aunque nadie más consignó la noticia ni fue confirmada por parte del Gobierno cubano.

Entre los 31 acuerdos alcanzados, figuran la redistribución de cuotas para fortalecer una relación más horizontal entre los países, un programa para impulsar la movilidad de estudiantes, profesores e investigadores en la región, así como un convenio para invertir en una “agenda cultural digital”. Para Rebeca Grynspan, secretaria general de la Cumbre, la reunión fue “la primera que se ha enfocado a resultados concretos con temas definidos”, y destacó que, con la aprobación de un programa de educación e innovación para la movilidad académica y laboral, se armonizará mejor el trabajo entre las naciones integradas. A su juicio, el reto en esta nueva etapa es la relación simétrica entre países.

En la conclusión del encuentro, el presidente de México pasó el testigo al mandatario de Colombia, Juan Manuel Santos, para 2016. A partir de ahora, la Cumbre será bienal y no anual como se venía realizando desde 1991.

Un normalista menos

Las protestas por los acontecimientos de Iguala (Guerrero) no dejaron de hacerse presentes en torno a la Cumbre Iberoamericana, frente a cuya sede se personó un grupo de manifestantes pese a la presencia de elementos del Ejército, la Marina y miembros de la nueva agrupación policiaca federal.

Tan solo diez días antes del encuentro, Peña Nieto había ofrecido un Mensaje a la Nación en el cual admitía que el Estado “había cedido espacios”, sugería “recomponer el rumbo” y dijo “asumir personalmente la responsabilidad de liberar a México de la criminalidad, la corrupción y la impunidad”. Sin embargo, las voces que aún exigen la presentación con vida de los normalistas no han cedido.

Con todo, la víspera de la inauguración de la Cumbre, los peritos antropólogos que recogieron las muestras óseas encontradas en una fosa clandestina en Cocula (Guerrero) afirmaron haber identificado el cadáver de uno de los normalistas, Alexander Mora Venancio. Los familiares fueron notificados, al tiempo que el arzobispo de Acapulco se puso en contacto con ellos para ofrecerles acompañamiento en el duelo.

En el nº 2.921 de Vida Nueva

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