Tensión en Tierra Santa en pleno auge de la militarización

El papa Francisco rechaza la “inaceptable violencia”

Cinco fieles han sido asesinados en una sinagoga de Jerusalén

Cinco fieles han sido asesinados en una sinagoga de Jerusalén

M. Á. MALAVIA | Pese a que la tensión está ya muy presente en todos los ámbitos de Tierra Santa desde que en agosto concluyera la última ofensiva israelí en Gaza, en las últimas semanas se ha recrudecido la hostilidad y se han registrado varios casos de enfrentamientos que han terminado en muertes. El mayor episodio de violencia se dio el pasado día 18, cuando dos miembros de Hamas entraron en una sinagoga de Jerusalén, en el barrio de Har Nof, y, armados con un hacha, cuchillos y pistolas, asesinaron a cinco personas e hirieron a otras ocho, antes de ser abatidos ellos mismos por el ejército hebreo.

Inmediatamente, el patriarca latino de Jerusalén, Fouad Twal, remitió un comunicado a Fides en el que condenó el atentado y animó a los distintos gobernantes a comprometerse realmente por alcanzar un acuerdo de convivencia definitivo:

“Más que nunca, oramos para que el Señor nos ayude y ayude a los líderes políticos a tomar las medidas adecuadas para que haya paz y seguridad para todos, todos, todos”. En este sentido, lamentó lo que considera una excesiva militarización de las calles con la pretensión de garantizar la seguridad: “Es una señal de que la situación está lejos de ser normal, las medidas de control no pueden por sí solas resolver la gravedad de los problemas. Tenemos que ir a la raíz, a eliminar las causas de la desesperación que engendra violencia, detener la interminable espiral de venganza. De lo contrario, todos nosotros viviremos en el miedo, sin libertad ni dignidad”.

Al día siguiente, representantes de todas las confesiones (cristianos, judíos y musulmanes) acudieron juntos a rezar a la sinagoga en la que se registró el atentado. A la salida de este significativo encuentro, Twal reiteró la importancia de que los políticos se comprometan por la paz, aunque fue más allá e hizo autocrítica: “Hemos recordado la responsabilidad de los dirigentes políticos, pero también de los líderes religiosos, que deberían transmitir a sus comunidades respectivas sentimientos de paz y concordia, y vigilar para que no se desarrollen malas semillas de odio e intolerancia”.

En la audiencia general del miércoles 19, el papa Francisco rechazó la “inaceptable violencia” que “no respeta ni los lugares de culto”. “Construir la paz es difícil, pero vivir sin paz es un tormento”, concluyó.

En el nº 2.919 de Vida Nueva

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