La poderosa mediación evangelizadora del cine

La Semana de Cine Espiritual alcanza en su XI edición los 160.000 espectadores, en su mayoría jóvenes, en 60 ciudades

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La poderosa mediación evangelizadora del cine [íntegro suscriptores]

JUAN CARLOS RODRÍGUEZ | El concepto ‘cine espiritual’ apunta a las relaciones entre cine y espiritualidad. Son aquellas películas que plantean las cuestiones últimas –sobre el sentido de la vida y de la muerte, sobre la libertad y el amor, sobre la solidaridad y la fraternidad o sobre la belleza y sus fuentes–, reconociendo la dimensión trascendente del ser humano, es decir, filmando el alma en apertura al misterio de Dios”, explica Peio Sánchez, creador e impulsor de la Semana de Cine Espiritual, que alcanza este año su XI edición y se desarrolla en 60 ciudades españolas durante todo el curso 2014-2015. El concepto, amplio sin duda, de cine espiritual lo define este sacerdote y crítico cinematográfico con ejemplos muy conocidos: “Aquí tendríamos que considerar muchas películas de cine de autor como Gran Torino, de Clint Eastwood, o Hannah Arendt, de Margarethe von Trotta, y también películas comerciales como las trilogías de El hobbit, El señor de los anillos y Las crónicas de Narnia. En este sentido, el cine espiritual comprende el cine religioso, ecuménico y interreligioso de calidad técnica y artística”. Todas ellas se han visto en algunas de las diez ediciones que hasta ahora se han celebrado de una innovadora propuesta surgida en el año 2004 en Barcelona. Y que, entre otras conclusiones, ha demostrado que el mensaje de Dios está presente en el cine contemporáneo.

Peio Sánchez

Peio Sánchez

“La experiencia de estos años –afirma Peio Sánchez– es que el cine se ha convertido en una poderosa mediación evangelizadora. No cualquier cine ni cualquier reflexión sobre el cine. Hay que señalar las películas de huella espiritual y hay que elaborar materiales para el acompañamiento”. En este sentido, la Semana de Cine Espiritual es, y así lo destaca el sacerdote, “pionera a nivel mundial”. Este año, por ejemplo, “160.000 jóvenes verán las películas y reflexionarán sobre ellas. Se multiplican las iniciativas para preparar materiales con las editoriales educativas, de formación del profesorado, selección de secuencias, elaboración de tesinas y tesis de doctorado sobre teología y cine, de certámenes de cortometrajes”, como Cortos con fondo o Clipmetrajes. El cine es, en este caso, una herramienta más del diálogo entre fe y cultura: “El arte que expresa la belleza nunca es ajeno a la fe y, por lo tanto, tampoco el cine –manifiesta Peio Sánchez–. Hubo una época, que es mejor olvidar, en que la Iglesia se dedicó a la clasificación moral de las películas acercándose a los mecanismos de la censura. Hoy sabemos que lo importante en la relación con la cultura está en fijarnos en las posibilidades, en este caso, señalando las películas de cine espiritual”. Este año, SIGNIS España, entidad que convoca la Semana, ha elegido el lema El misterio del amor. Peio Sánchez explica que “siempre escogemos un lema acorde con la selección de las películas y en contraste con educadores y pastoralistas. Este año tenemos la iniciación al amor de Blanca como la nieve, roja como la sangre, la entrega de amor de Un Dios prohibido, el poder del amor de Incondicional, la resistencia motivada por el amor de 12 años de esclavitud, el amor defraudado de Maléfica o la búsqueda del amor de Gravity. De los títulos surgió el lema”.

jcrodriguez@vidanueva.es

Artículo íntegro para suscriptores en el nº 2.918 de Vida Nueva

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