“Habéis protagonizado una historia de dolor, sed protagonistas de la esperanza”

Bullas (Murcia) llora a las 14 víctimas de un accidente de autobús

F. OTERO FANDIÑO | MURCIA. La tragedia se cebó a última hora del sábado 8 con un grupo de la parroquia Nuestra Señora del Rosario de Bullas (Murcia) cuando volvía de peregrinar para honrar “a la santa del pueblo”, Madre Maravillas de Jesús. A pocos kilómetros para llegar a casa, 14 de las 55 personas que viajaban en el autobús siniestrado encontraron la muerte; entre ellas, el párroco, Miguel Conesa, que, con 36 años, lo era desde dos meses antes.

Lope Nadal es seminarista natural de Bullas. Nada más conocer la noticia salió de Murcia para acompañar al sacerdote, que en esos momentos estaba hospitalizado. Visiblemente emocionado, reconoce que, si hubiera estado en Bullas, también hubiera ido a la peregrinación y probablemente habría fallecido, porque iría al lado de Miguel. Pese a la dureza del momento, Lope ha estado en todo momento pendiente de las familias en el pabellón municipal, que hizo las veces de capilla ardiente. Apenas durmió la noche del domingo al lunes. Se fue a casa a las 12 de la noche y regresó a las 4 “para estar con la gente”. Además, ayudó en la preparación del funeral y atendió amablemente a los medios.

ESPINARDO DESPIDE AL PÁRROCO DE BULLAS FALLECIDO EN EL ACCIDENTE DE CIEZAEn una red social, el seminarista agradecía las muestras de apoyo y, sobre todo, la cercanía del obispo de Cartagena, José Manuel Lorca Planes. “El pueblo de Bullas nunca podrá agradecerle su cercanía en este dolor”, escribió el joven. Lorca Planes presidió el funeral por las víctimas, también en el polideportivo, y al que asistieron los Reyes. El prelado llegó con mucha antelación al recinto deportivo y saludó uno a uno a los familiares de las víctimas, dedicando una especial atención a los más jóvenes. “Bullas es un pueblo especial, con una gran fe. Me han dado muchas lecciones”, diría luego a la prensa.

En un homilía llena de sensibilidad y cercanía, reconocía que “no es fácil en este momento tratar de consolar cuando uno también tiene el corazón roto, cuando estás contemplando a tu alrededor la dramática situación que ha dejado este golpe seco”. A pesar de todo, el obispo pidió a los familiares y a los vecinos de Bullas, que se congregaron por miles, que fueran signos de esperanza: “Habéis sido protagonistas de una historia de dolor. Os pido, en nombre del Señor, que seáis protagonistas de una historia de esperanza”. A lo que añadió: “Mi familia también ha perdido un hijo; los sacerdotes hemos perdido a un hermano, al párroco, a don Miguel”.

Lorca gradeció a los Reyes su presencia y “el gran corazón y la sensibilidad” mostrados, al igual que habían hecho años atrás en Lorca con el terremoto. También reconoció la labor realizada estos días por la policía, bomberos, sanitarios, protección civil y medios de comunicación. Bullas también recibió el aliento del papa Francisco, que, a través de una carta enviada por el secretario de Estado del Vaticano, Pietro Parolin, expresó su “cercanía espiritual” con familiares de las víctimas mortales y con los heridos, a los que deseó una pronta recuperación y aseguró sus oraciones. Unas palabras a las que se sumó del mismo modo el nuncio en España, Renzo Fratini.

 

 

La entrega y sencillez de Don Miguel

El párroco de Nuestra Señora del Rosario, Miguel Conesa, tuvo su propio funeral la tarde del lunes 10 en Espinardo, su pueblo natal, por deseo expreso de la familia. Sin embargo, fueron muchas las referencias que se hicieron a este joven sacerdote en el funeral de la mañana. Fue el obispo de Cartagena quien se refirió a él como “hijo y hermano” y le definió como “sencillo, directo, entregado, amable, atento, servicial, sacrificado…”. “Solamente Dios sabe lo que esta criatura llevaba adelante y el bien que estaba haciendo a tantísimas personas”, agregó.
Lorca Planes reconoce que pensó en él para Bullas porque sabía que conectaría bien con los fieles y por eso le encargó su cuidado pastoral. Tomó posesión el pasado 8 de septiembre y pudo celebrar las fiestas patronales, las de Nuestra Señora del Rosario, cuya imagen presidía el funeral. Según narran los vecinos, Miguel Conesa ayudaba a un joven con problemas para salir adelante; precisamente, este viajaba con él en el momento del accidente. Aún hospitalizado, el chico no deja de preguntar a todos por el sacerdote. Ante esta situación, algunos parroquianos de Bullas se han propuesto continuar la labor de Miguel con él..

En el nº 2.917 de Vida Nueva

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