Un Sínodo que se abaja para abrazar a la familia

Se apuesta por un acompañamiento pastoral que “parta de los aspectos positivos”

Todos los participantes coinciden en señalar la significativa importancia de este Sínodo.

Todos los participantes coinciden en señalar la significativa importancia de este Sínodo.

Especial Sínodo extraordinario

ANTONIO PELAYO (ROMA) | La III Asamblea Extraordinaria del Sínodo de los Obispos ha entrado en su recta final. El domingo 19 será clausurada con la beatificación de Pablo VI, que hace medio siglo restauró, a petición de los padres del Vaticano II, el Sínodo como instrumento de la colegialidad episcopal.

Creo no equivocarme al afirmar que esta asamblea sinodal tendrá efectos muy notables y servirá al objetivo que le ha marcado el papa Francisco: abrir la pista del consenso a unas soluciones para afrontar los “desafíos” de la familia y el matrimonio en esta hora del mundo. Será, en efecto, la prevista Asamblea del Sínodo en 2015 la encargada de recoger el guante. Este lunes 13 se hizo público que Bergoglio convocaba la XIV Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos, del 4 al 25 de octubre del año próximo, con el tema La vocación y la misión de la familia en la Iglesia y el mundo contemporáneo.

Finalizadas las diez congregaciones generales [ver síntesis de ellas], en las que se han sucedido más de 200 intervenciones, los trabajos van a continuar en el seno de los diez circuli minores (grupos linguísticos), hasta llegar a la discusión de la relatio finalis y del mensaje final, en cuya elaboración está trabajando el cardenal Gianfranco Ravasi, ayudado por un equipo integrado por Donald W. Wuerl, arzobispo de Washington; el arzobispo argentino Víctor Manuel Fernández, teólogo de confianza del Pontífice; Carlos Aguiar, presidente del CELAM; el obispo coreano de Cheju, Kang U-il; y Adolfo Nicolás, prepósito general de los jesuitas.

Los dos círculos de lengua castellana son presididos por los cardenales Francisco Robles Ortega, arzobispo de Guadalajara, y Lluís Martínez Sistach, arzobispo de Barcelona. En el primero, será relator Luis Augusto Castro Quiroga, obispo de Tunja (Colombia) y, en el segundo, el guatemalteco Rodolfo Valenzuela Núñez, obispo de Verapaz. Desaparece el grupo en latín, cuya defunción como lengua “oficial” del Sínodo se certifica en esta asamblea.

La mañana del lunes 14 estuvo centrada en la audición de la llamada relatio post disceptationem [ver íntegra], que, en la jerga sinodal, es el informe que hace el relator general, el cardenal Peter Erdö, de la precedente semana de intervenciones en el aula.

Antes de entrar en el análisis del documento, quiero adelantar un juicio de valor: estamos ante un documento objetivo, sereno, equilibrado, orientador y respetuoso de la libertad de expresión que han usado los padres sinodales, siguiendo la invitación del Santo Padre, al que nadie, objetivamente, podrá acusar de sectarismo o de parcialidad.

A Erdö, arzobispo de Esztergom-Budapest, hay que reconocerle el mérito de haber sido capaz, en solo 48 horas, de sintetizar un material enorme sin tergiversar ni manipular nada. No siempre sucedió así en sínodos anteriores.

La relatio consta de ocho páginas en su versión española y, en su introducción, el cardenal presenta su trabajo dividido en tres partes:

La escucha, para mirar la realidad de la familia hoy, en la complejidad de sus luces y de sus sombras; la mirada fija en Cristo, para repensar con renovada frescura y entusiasmo cuanto la revelación, transmitida en la fe de la Iglesia, nos dice sobre la belleza y la dignidad de la familia; el encuentro con el Señor Jesús, para discernir los caminos con los cuales renovar la Iglesia y la sociedad en su compromiso por la familia.

Espigaremos algunos pasajes del documento que nos parecen más interesantes:

hand-vintageSoledad y precariedad. “La prueba más grande para las familias de nuestro tiempo –se dice al hablar del contexto sociocultural– es, a menudo, la soledad que destruye y provoca una sensación general de impotencia con relación a la realidad socio-económica que muchas veces termina por aplastarlos. Esto se debe a la creciente precariedad laboral, que es vivida tantas veces como una verdadera pesadilla o por motivo de los impuestos demasiado pesados que, por cierto, no animan a los jóvenes al matrimonio”.

hand-vintageMujer. “La condición de la mujer –se afirma– todavía tiene necesidad de ser defendida y promovida, ya que se registran no pocas situaciones de violencia dentro de las familias. Los niños frecuentemente son objeto de disputas entre padres, y los hijos son las verdaderas víctimas de las laceraciones familiares”.

hand-vintageIndividualismo y hedonismo. “Los grandes valores del matrimonio y de la familia cristiana –se abunda–corresponden a la búsqueda que atraviesa la existencia humana también en un tiempo marcado por el individualismo y el hedonismo. Es necesario aceptar a las personas con su existencia concreta, saber sostener la búsqueda, alentar el deseo de Dios y la voluntad de sentirse plenamente parte de la Iglesia, incluso de quien ha experimentado el fracaso o se encuentra en las situaciones más desesperadas”.

hand-vintageParejas ‘de hecho’ y divorciados. De la segunda parte de la relatio me gustaría destacar este párrafo, que describe en mi opinión la perspectiva deseada por el Papa para afrontar estos problemas: “Se hace, por lo tanto, necesario un discernimiento espiritual acerca de las convivencias y de los matrimonios civiles y divorciados vueltos a casar; compete a la Iglesia reconocer esas semillas del Verbo dispersas más allá de sus confines visibles y sacramentales. Siguiendo la amplia mirada de Cristo, cuya luz ilumina a todo hombre, la Iglesia se dirige con respeto a aquellos que participan en su vida de modo incompleto e imperfecto, apreciando más los valores positivos que custodian en vez de los límites y las faltas”.

“En otros países –se aborda en la tercera parte–, las uniones ‘de hecho’ son muy numerosas; no por motivo de rechazo de los valores cristianos sobre la familia y el matrimonio, sino, sobre todo, por el hecho de que casarse es un lujo (…). También en tales uniones es posible acoger los valores familiares auténticos o, al menos, el deseo de ellos. Es necesario que el acompañamiento pastoral parta siempre de estos aspectos positivos”.

 

Afloran las discrepancias

La publicación de la relatio ha causado tal revuelo que la Santa Sede ha reaccionado con una nota del padre Lombardi [ver íntegra] aclarando que “dicho texto es un documento de trabajo” y que se le ha atribuido “un valor que no corresponde a su naturaleza”.

Y es que la contrariedad de algunos padres sinodales es manifiesta. El presidente de la Conferencia Episcopal Polaca, Stanislaw Gadecki, no se ha recatado al afirmar que el texto es “inaceptable para muchos obispos; se distancia de las enseñanzas de los papas precedentes y tiene trazas de ideología antimatrimonial”.

Por su parte, el cardenal Wilfrid Napier, arzobispo surafricano de Durban, entrevistado por CNS, acusa al texto de su colega húngaro Erdö de haber optado por “la opción más cómoda, que es siempre la más fácil”. Y se pregunta si la apertura a la Eucaristía de los divorciados vueltos a casar (“envueltos en sucesivas poligamias”) podría o no aplicarse a los africanos “polígamos simultáneos”.

El cardenal Raymond Burke va más allá y estima que la información sobre los trabajos del Sínodo está siendo manipulada, “pero muchos obispos que no comparten esas ideas no lo saben”.

En el Corriere della Sera, el cardenal Christoph Schönborn, uno de los alumnos predilectos del papa emérito, Joseph Ratzinger, explicaba con mayor amplitud su opinión sobre la “gradualidad”. “Es algo sencillo –afirma–; en cada situación puede verse lo que falta o lo que ya está. (…) La Iglesia católica ha optado por ver en las otras religiones no lo que faltaba (eso ya lo sabemos), sino sobre todo lo que está. Si falta algo no quiere decir que no tengan cosas positivas que, como dice el Concilio, ‘empujan hacia’. Lo mismo puede decirse de los que están en camino ‘hacia’. Muchos jóvenes y no tan jóvenes hoy conviven sin matrimonio, pero pueden descubrir poco a poco su belleza, su sentido. Esa es la idea de la gradualidad: no la gradualidad de la ley, sino la del descubrimiento y la del cumplimiento de la ley, de vivirla”.

Un Sínodo que se abaja para abrazar a la familia [íntegro suscriptores]

En el nº 2.913 de Vida Nueva

 

  • Presentación íntegra de la Relatio post disceptationem por el cardenal Erdö (en italiano original):

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